Héctor R. Castillo Toledo
Los Marineros del Cienfuegos negociaron esta tarde un magro empate sin goles con la selección de Granma durante la quinta fecha del 97 Campeonato Nacional de Fútbol, resultado que desdice lo ocurrido en el "Luis Pérez Lozano", sobre cuya maltrecha grama hubo despliegue de voluntad del renovado conjunto local y mejores opciones, pero ni la una ni la otra sirven de nada si al final el esfuerzo no cuaja en anotaciones.
Toda la ofensiva desplegada por el once marinero en cinco salidas se limita a cuatro dianas, cifra explicable hasta este encuentro de hoy luego de haber enfrentado a los conjuntos con mejor promedio de goles aceptados. Pero el de esta tarde resulta (y las salidas del cancerbero visitante no dejaron margen a dudas sobre el punto flaco de Granma en su valla), el segundo peor total de dianas contrarias del torneo (9), sólo superado por el de Las Tunas, que tras caer esta tarde 1-0 frente a Guantánamo llegó a 11.
Más obligado por el fuerte y constante viento lateral que por intuición, Cienfuegos jugó un primer tiempo dando un trato noble al balón: pases en corto, buena triangulación, el típico toca-toca de sus antecesores. En recompensa, sobre aproximadamente el minuto 10, un servicio a altura media fue enganchado de media volea por Yasmani Bernal, disparo con muy malas intenciones que a última hora detuvo la testa del tan pequeño como veterano Jorge Luis Ramírez Rondón, justo cuando parecía que la blanquinegra haría mover el cortinaje de las redes visitantes.
En esa propia mitad inicial, Yosniel "Africa" Benítez desperdició a puerta descubierta la oportunidad más clara de Cienfuegos en los 93 minutos del encuentro. Quizás por ello y por las evidentes muestras de sus desaciertos en recepciones y entregas fue sustituido desde el descanso por el novel Janiel Puig, el muchacho del gol en Morón, a quien hoy vimos con poca "química" en su labor de acompañamiento en la punta a Diosney "Coqui" Pez, siempre voluntarioso pero con lagunas a la hora de la definición. Suya fue otra ocasión malgastada, cuando en cobro lateral enviado a la zona de ebullición, le dio de testarazo, pero alto, por sobre el larguero.
Todavía quedaría un gol atragantado y a medio cantar en riflazo a balón parado que detuvo por detrás del vencido portero granmense uno de los hombres de la zaga. Desde nuestra perspectiva visual nos pareció que el balón extralimitó la raya de sentencia (a otros con mejor ubicación que la mía a mitad de cancha les sucedió igual), pero pese a reclamos y rechiflas para el principal, el lance no pasó a mayores.
Los incansables demostraron que al menos en el ADN al equipo le quedan razones como para validar el mote que hizo célebres a aquellos granmenses de finales de los 90 y la primera década del tercer milenio. Mas en habilidades técnico tácticas les falta un mundo por delante para igualar a la última generación. A lo sumo tuvieron un par, tal vez tres oportunidades de peligro sobre la valla guarnecida por Denni Luis, pero como a la mayoría (y parece un mal del cual no se salva ningún equipo, y sumo al nacional) les falta ese destello fugaz de genialidad que en el fútbol marca el instante del golpeo preciso para vencer al contrario.
Mas no son sólo esos los males que aquejan al clásico doméstico, que sigue adoleciendo de sus problemas seculares relacionados con divulgación y comunicación. Harto difícil hacerse con los resultados de otros tres choques, dos de ellos imposibles, uno conseguido tras rastreo digital hasta el sitio web del periódico tunero, que pese a los cinco descalabros de su equipo continúa fiel al apego por una de las disciplinas de más arraigo en ese territorio.
Según el reporte de Dubler R. Vázquez, Las Tunas puso el fútbol pero Guantánamo el gol, y los del Guaso llegaron a nueve puntos en la tabla pese a jugar más de una hora con un hombre de menos (roja directa para Alexis "El Loco" Zuaznábar).
Tal como lo cuenta el colega del Balcón del Oriente cubano, Guantánamo encontró una recompensa desmesurada en relación a su pobre propuesta futbolística, cuando el experimentado Kanier Dranguet envió un saque de banda al corazón del área tunera y, con defensa y portero en pleno despiste, Yudisniel Basil peinó la blanquinegra para marcar el gol de la victoria.
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