Edmundo García (*)
En el número impreso del periódico El Diablo Cojuelo, dos jóvenes patriotas que se rebelaron contra la servidumbre de la prensa en la Cuba colonial escribieron: “El Diario de la Marina tiene desgracia. Lo que él aconseja por bueno, es justamente lo que todos tenemos por más malo.” Esos jóvenes, que no eran otros que José Martí y Fermín Valdés Domínguez, no podían quedar pasivos ante un periódico poderoso que sin embargo se proyectaba respecto a la independencia de Cuba como si fuera la Gaceta Oficial de Madrid o el Diario del Ministerio de la Guerra español. De esta misma forma, imitando a lo peor del Diario de la Marina, actúa en Miami Radio Mambí, porque como hubiera dicho El Diablo Cojuelo de Martí y Valdés Domínguez, Radio Mambí tiene desgracia. Lo que Radio Mambí aconseja por bueno, es justamente lo que todos tenemos por más malo y peor.
Como muchos saben, el cabecilla de esa caverna malintencionada que es Radio Mambí es su llamado Director General Silvio Armando Pérez Roura; rebautizado por el fallecido periodista y comentarista Álvaro Sánchez Cifuentes como “la vergüenza de Ceiba Mocha”.
Silvio Armando, antiguo y oscuro locutor de la emisora cubana Radio Reloj, amante de la pelota que se jugaba en el Palmar de Junco e imitador de las cursilerías de José Ángel Buesa, fue trepando gracias a sus dotes de adulador hasta colarse en el entorno del dictador Fulgencio Batista y Zaldívar cuando este último logró salir ileso del ataque al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957. Tracatanes y lacayos probados de Batista que aún se reúnen los 4 de septiembre en Miami no se pueden explicar todavía cómo fue que Pérez Roura se las arregló para llegar primero que ellos a jalarle la leva, o el jacket, al dictador sobreviviente en Palacio. Gracias a esa velocidad de piernas, Pérez Roura se convirtió en maestro de ceremonia en los actos de Batista. Tampoco se explican algunos extremistas de Miami, cómo consiguió Pérez Roura hacer una carrera tan vertiginosa como miliciano en los primeros días de enero de 1959, y de dónde sacó méritos para participar tan activamente en la intervención de CMQ; viejo consorcio de la radio y la televisión cubana de la cual era empleado. Esto no quiere decir otra cosa que Pérez Roura intervino a la propia empresa que le daba de comer.
Es en el fondo el mismo tipo de pregunta que se hace la gente cuando le escucha engolar la voz cada día en su malsana emisora: Si Pérez Roura llegó a Miami por el 1968, disponiendo de 9 años (¡casi una década!) para hacerse un expediente como luchador anticastrista duro, en época de verdad fuerte de acciones de la contrarrevolución en Cuba, ¿por qué es que el locutor de Ceiba Mocha no tiene siquiera una gloriosa anécdota contrarrevolucionaria para anotarse? Y lo que es más raro todavía: si Pérez Roura no tiene historial contrarrevolucionario, si ni siquiera estuvo detenido un minuto aunque se invente un calvario en prisión, entonces, ¿cómo es que ha podido colarse en Miami como principal vocero de la contrarrevolución? Más personal aún: si carece de ese tipo de trayectoria, ¿cómo es que Pérez Roura tiene cara para incitar al pueblo de Cuba a que se rebele, o acusar de pasividad a los cubanos de Miami, o de traidores a los que viajan a la isla?
Pues si ustedes no tienen la respuesta yo se las voy a dar: Silvio Armando Pérez Roura ha logrado todo eso porque es el ser más guataca que yo he conocido sobre la tierra. Igual que ayer llegó de primero a chicharronearle a Batista a Palacio, hoy corre como una centella a coger el teléfono cuando Ileana Ros-Lehtinen llama a la emisora, o se le cae la baba cuando Lincoln Diaz-Balart pasa por Radio Mambí, o cuando Marco Rubio hace un simple comentario. Tan guataca es Silvio Armando, que después de apoyar al perdedor Julio Robaina en la carrera por la alcaldía de Miami Dade, el día que el ganador Carlos Giménez fue a comunicar su victoria a Radio Mambí, le dijo que él siempre había confiado en su triunfo. Silvio Armando tiene una receta muy amplia para sus guataquerías, pero hay un recurso que no le falla. Conociendo la vanidad de sus invitados, le dice a cada uno de ellos que él los ve como futuros presidentes de Cuba. Así, le ha entregado la presidencia de su Nueva República de Cuba a Lincoln Diaz-Balart, a Roberto Martín Pérez y a Diego Suárez. Por la misma vía de creerse un futuro mandamás, le otorgó la dirección del Centro Cultural de Polonia en Cuba a Lech Walesa, el de El Salvador al ex Presidente de ese país Francisco Flores y el del Perú a Alberto Fujimori. Pero igual ha sido generoso con las mujeres: a la ex Presidenta de Panamá Mireya Moscoso le ofreció una estatua en el Parque de la Fraternidad; a su colega Ninoska Lucrecia Pérez Castellón le dio la condición vitalicia de Primera Dama; a Silvia Iriondo la Embajada Cubana en la UNESCO y a Reina Luisa Tamayo le confirió el título de nueva Mariana Grajales.
Por cierto, un título que después le quitó cuando Reina Luisa declaró a un canal de televisión de Miami que la habían abandonado sin darle lo prometido. Porque eso tiene el Salón de la Infamia de Radio Mambí, te suben hoy y te bajan mañana si no dices lo que a Silvio Armando y a su banda les conviene. En el Hall de la Infamia de Radio Mambí han subido y bajado sucesivamente Amnistía Internacional, Mario Vargas Llosa, Yoani Sánchez, el Coco Fariñas, Martha Beatriz Roque, Elizardo Sánchez y últimamente hasta se tambaleó en el podio Antúnez, por decir que los trece que se colaron en el templo diocesano de La Habana eran disidentes inventados que nadie conocía en Cuba. Finalmente lo subieron de nuevo unas horas después, cuando todos los que habían criticado la ocupación de la iglesia se alinearon al discurso oficial de los interventores y sus jefes verdaderos.
Pérez Roura era un nadie en el ambiente porrista del Miami de fines de los 60 y 70 dominado por Rolando Masferrer, Posada Carriles, Orlando Bosch y otros criminales de la mayor peligrosidad. Pero empezó a hacer méritos en su enfrentamiento radial a los promotores del diálogo con Cuba en 1978. Pasó como locutor por cuanta emisora contrarrevolucionaria funcionaba en Miami hasta que desde la WQBA reclamó la liberación de Gustavo Castillo, preso por intentar secuestrar al cónsul cubano en Mérida Daniel Ferrer, acto que terminó con la muerte del técnico cubano Artaignan Díaz. Eso lo puso en el bombo. Pérez Roura dio cobertura radial favorable a Orlando Bosch (a quien visitaba en la cárcel) cuando era juzgado en Venezuela por el derribo del avión de Cubana en Barbados; y en abril de 1983 declaró justificativamente a The Miami Herald que en el vuelo derribado iban militares cubanos procedentes de Angola, espías norcoreanos y agentes de la inteligencia cubana; así que le parecía bien perpetrado el crimen.
Más o menos esto es lo que sigue haciendo hoy desde Radio Mambí Armando Pérez Roura: proteger y defender contrarrevolucionarios violentos; halagar a los políticos Republicanos; guataquear a criminales y terroristas, tal vez porque piensa que al exhibirse en esas compañías en una ciudad como Miami, va a recibir el respeto que no se ganó en las calles ante ellos; además de recibir protección de esos mismos personajes e inspirar un poco de miedo. Es por eso que Pérez Roura, aunque no ha ido a visitar a Arocena a la cárcel, le califica como un patriota y luchador por la libertad; siendo un convicto por hechos violentos que ni el mismo George W. Bush quiso indultar. Por lo mismo, Pérez Roura convocó a una verbena terrorista en Radio Mambí el martes 17 de enero pasado, donde participó la ex presidenta de Panamá Mireya Moscoso, junto a prominentes criminales como Santiago Álvarez, Luis Posada Carriles, Gaspar Jiménez Escobedo, Pedro Remón y Guillermo Novo Sampol. Por si fuera poco, en la mayor de las faltas de respeto que se le puede hacer a Cuba, se llevó a la banda completa a un supuesto homenaje a José Martí en el Teatro Artime, en el día de su nacimiento el pasado 28 de enero, donde el propio Pérez Roura fungió como anfitrión y líder de la convocante Unidad Cubana, una anacrónica organización que él dirige.
Alguna gente que ha visto la foto de Silvio Armando Pérez Roura dormido en la cabina de Radio Mambí, en plena emisión de sus programas, dice que todo esto puede deberse a la pérdida de la razón por parte del locutor. Pero me parece que no, creo que aún le queda algo de aquella mala fe de la que hablaba Martí en El Diablo Cojuelo. Pérez Roura sabe todavía vivir de lo único que ha vivido siempre: del cuento; y lo mismo organiza una velada, una colecta o una marcha para sacarle el quilo a los cubanos de Miami. Hay que cogerle miedo a las llamadas “causas” de Pérez Roura.
Toda esta trama en Radio Mambí, Pérez Roura la hace en complicidad con la Primera Dama de su Cuba inventada: que no es otra que la locutora, declamadora, poeta, pintora y biógrafa de Jorge Mas Canosa, Ninoska Lucrecia Pérez Castellón. Como periodista, que es su título preferido, tiene entre sus hazañas realizar llamadas anónimas a Cuba para sorprender con trampas políticas a humildes trabajadores de oficinas y hoteles, impostando acento español o mexicano; algo que la ha hecho deslucir muchísimo entre sus colegas.
Silvio Armando y Ninoska Lucrecia son, al mismo tiempo, los empleados que más tiempo de aire tienen en la emisora Radio Mambí y los que menos trabajan. ¿Cómo es esto posible? Muy fácil. Cada mañana, a las 8 y media en punto cuando empieza el programa “En caliente”, el dúo anticubano llega al estudio y se planta ante los micrófonos con la edición del día de El Nuevo Herald. Entonces leen los titulares, dicen algunas boberías sobre las fotos de la portada y 10 minutos después abren los micrófonos a los oyentes, que son los que hacen el show. Esta babosería continúa por hora y media hasta las 10 de la mañana. Por si fuera poco, Ninoska regresa a las 3 para dedicar otra hora al mismo periódico y a la misma rabieta. Silvio Armando consume dos horas más en la Mesa Redonda de Miami, de 6 a 8 de la noche, con igual letanía. Por supuesto, el clarín de Ceiba Mocha tiene un especial los lunes junto al profesor Bonachea; un viejito vivaracho con el que imagina una Cuba futura con juicios masivos, cacerías de brujas, paredones, legislación penal y constituciones neoliberales redactadas por ellos mismos; además de proscripción del Partido Comunista y de todos los revolucionarios cubanos.
Pero cuando decía que los oyentes de Radio Mambí y no sus locutores son los que hacen los programas, no lo hice para celebrarlos. En su inmensa mayoría los oyentes de esa emisora son extremistas frustrados o ancianos colgados a un ayer muy falseado: la famosa tacita de oro que fue la República. Los radioescuchas de esa emisora piden un futuro de venganza que nunca llegará. No se puede olvidar que el fallecido periodista Agustín Tamargo, también a través de esa emisora y para complacer a ese tipo de oyente, pedía tres días de gracia para hacer correr la sangre en Cuba y saciar la sed de venganza.
Ninoska Lucrecia Pérez Castellón está casada con Roberto Martín Pérez, uno de los futuros Presidentes de Cuba, según Pérez Roura. Así que Radio Mambí se proyecta como un tipo de clan radial. El Presidente Roberto es el hijo del ex Coronel batistiano Lutgardo Martín Pérez, recordado por su crueldad en el ejercicio de la autoridad bajo Batista. En el historial del Presidente Roberto (que ya escribió su autobiografía) destaca la participación en la conspiración trujillista desde República Dominicana en el propio 1959, cuando tenía unos 19 años. Dicha conspiración no fue más que una invasión mercenaria en la que al llegar a Cuba no se gritó ni siquiera “Abajo Fidel”, ni “Abajo la Reforma Agraria” ni “Abajo la Revolución”, sino, a coro, “Viva el General Trujillo”.
Pero no solo por esa parte le viene lo de batistiana a Ninoska Lucrecia. Ella también es hija de un comandante de la policía de Batista conocido como Paco Pérez; llegó a Miami a los 7 años, echando un pie junto a muchos cómplices de la dictadura derrocada; y aquí, en la distancia y por más de medio siglo, ha acumulado un odio enorme a un país y a un pueblo que apenas conoce. Todas las manipulaciones anticubanas de Ninoska Lucrecia evidencian una rabia peligrosa y digna de ayuda psiquiátrica profesional. Hoy por hoy, y en esto hay que ser objetivo, ni siquiera Pérez Roura transmite el desprecio y el rechazo a Cuba que puede comprobarse en Ninoska Lucrecia. Aunque al final ambos practican un odio compartido, como el que por estos días han derramado sobre el Cardenal Ortega, el Arzobispo Wenski, el mismo Papa Benedicto XVI y por extensión sobre todos los feligreses que asistirán a las misas programadas en esta visita pastoral de Su Santidad a Cuba.
En Miami Joe García, ex secretario ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano Americana, ha definido a Ninoska Lucrecia como un pastor alemán que funcionaba muy bien gracias a un domador como Jorge Mas Canosa, quien igual que la achujaba la recogía. Fallecido Mas Canosa, el pastor alemán anda suelto por ahí, sin vacunar, y tirando dentelladas a quien se le arrime. Hace unos días Ninoska dijo no saber por qué Eduardo Arocena estaba preso. Ella lo sabe perfectamente bien, pero intenta silenciarlo. Igual vale la pena recordárselo: Eduardo Arocena está preso por terrorista. Y lo puso preso un fiscal llamado Rudy Giuliani. Arocena llegó a jactarse ante un juez de haber introducido el dengue hemorrágico en Cuba provocando la muerte de niños inocentes y ancianos. Lo que pasa es que para Ninoska Lucrecia solo valen sus víctimas, que son los mismos criminales de siempre; y no toma en cuenta los más de tres mil cubanos que han muerto y padecido por la práctica del terrorismo contra el pueblo cubano por más de cincuenta años.
Para Ninoska todo es simple: quienes no piensen como ella son comunistas. A quienes no repiten lo que a ella le gusta escuchar se les cuelga el teléfono, se les ofende o se les tapa la boca de algún modo. Para Ninoska el New York Times es un periódico comunista; Carter, Clinton y Obama han sido presidentes comunistas; el Partido Demócrata es la versión de un Partido Comunista. Y Kennedy fue un traidor porque se negó a bombardear a la población civil cubana para apoyar a los mercenarios, cuando había sido derrotada ya la invasión por Playa Girón.
Es muy grave que esta forma de hacer periodismo, que se sale de los estándares de la práctica profesional que se dice se aprueba en los Estados Unidos, sea admitida por la empresa Univisión Radio a la que pertenece Radio Mambí. Y muchísimos más grave es que Univisión Radio permanezca indiferente ante unas transmisiones donde algunos oyentes tratan a los demás grupos hispanos como “indios” ignorantes. A veces pienso que gracias a que los afroamericanos del sur de la Florida no hablan español y no se enteran de lo que se dice por ahí, aquí no se ha armado una guerra civil. En Radio Mambí se ha sido muy ofensivo con el Presidente Obama por su origen racial. Y particularmente con la Primera Dama se ha llegado a la grosería y crueldad de palabras. En una ocasión el FBI se presentó en dicha emisora a reclamar un record por haber recibido el Presidente Obama una amenaza de muerte de parte de un oyente.
Un anuncio que repite la emisora afirma que Radio Mambí “sí es cubana, cubana de corazón”, y que cuenta con “experiencia” y “credibilidad”. Nada más lejos de la verdad. Los locutores de Radio Mambí constantemente tergiversan informaciones relacionadas con Cuba; o silencian aquellas noticias y opiniones que no son de su agrado. Profesionalmente Radio Mambí se parece más a un circo que a una institución informativa; ni siquiera llega al peor de los circos. Radio Mambí tiende a la payasada barata y se pasa del absurdo. Hay programas que se han mantenido en el aire después de fallecidos sus conductores, como si nada hubiera sucedido, sin mediar explicación suficiente; como ocurre con el espacio de Santiago Aranegui y ocurrió con el de Jaime de Aldeaseca. Otros programas no son más que charlas informales sacadas al aire, sin rigor y plan alguno, como los que llevan las señoras Marta Casañas y Marta Flores. El programa “En mi opinión”, de Lourdes de Kendall, que es como de tercera categoría en la programación, se aprovecha del desconocimiento del inglés de los oyentes para presentarles como ideas propias traducciones de lo que el día antes ha dicho la media conservadora a través de Hannity, Glenn Beck, O’Reilly o Rush Limbaugh; a los cuales no les da crédito, por lo que constituye una estafa al público.
Los locutores de Radio Mambí se quedarán con muchos sueños frustrados. Ninoska no será Primera Dama de la República de Cuba, ni Pérez Roura alcanzará siquiera a ser una réplica de José Pardo Llada, a quien ha admirado y envidiado en silencio a lo largo de toda su vida. Ni siquiera creo que podrán regresar de visita alguna vez. Cuba es un país que ha madurado, que se encuentra en cambio y lleva un rumbo que ninguno de ellos podrá variar. He escrito este artículo también con la esperanza de que Silvio Armando Pérez Roura, quien jamás se atreve a tener una discusión pública conmigo sobre ningún tema, que es además junto a Ninoska el principal difamador de los Los 5 luchadores antiterroristas en esta comunidad, por lo menos envíe unos padrinos con la especificación del arma que usaremos en el duelo: sable, florete, mosquete o con liga y a los taquitos. Porque dar a traición, como ha hecho otras veces, no es propio de caballeros.
(*) El autor es periodista cubano residente en EEUU, conductor del programa "La Noche se Mueve".
No hay comentarios:
Publicar un comentario