Iglesia de La Caridad en La Habana. Foto: Efe |
El show mediático en curso: la ocupación de la Iglesia de la Caridad, en La Habana, por parte de trece individuos, y los intentos de desarrollar este tipo de provocación en otras ciudades de la Isla, fue planeado desde Miami, con la finalidad de enrarecer la próxima visita de Benedicto XVI a Cuba. Pruebas sobre eso, existen en abundancia.
En primer lugar, existen evidencias de que los miembros del Partido Republicano de Cuba, asentados en Miami, fueron los instigadores de esta irrespetuosa actitud, dirigida a emplear a una iglesia cubana como tribuna para presionar tanto a la Iglesia como a las autoridades cubanas.
Este grupúsculo contrarrevolucionario, fundado el 1 de septiembre del 2003, en la ciudad de Hialeh, en La Florida, por 15 personas representativas de las posiciones más cavernícolas dentro de la mafia anticubana, ha recurrido a la promoción de actividades violentas dentro de la Isla.
Su discurso político programático se resume en el apoyo abierto a la contrarrevolución interna, la promoción de la desobediencia social y cualquier tipo de actividad que propicie la caída de la Revolución; la captación de sectores dentro de la intelectualidad cubana para sumarlos a su discurso ideológico; el apoyo incondicional a la provocadora Radio Martí y su programación alentando la subversión interna; el mantenimiento del bloqueo contra Cuba, así como apoyar decididamente cualquier forma de lucha, incluida el terrorismo, para lograr sus objetivos constitutivos.
El presidente de este grupo es Ibrahim López Bosch, su Director Ejecutivo es Vladimir Calderón Frías y su Vicedirectora Ejecutiva es Nagdelivia Hidalgo González. Integran la llamada dirección nacional del PRC los siguientes contrarrevolucionarios: José R. Cásares Soto (Pinar del Río), Julio Beltrán Iglesias (La Habana), Ignacio E. Cepero (Villa Clara), Kadir Culley (Camagüey), Alberto Hernández Ávila (Las Tunas), José Ramón Pupo Nieves (Holguín), Emiliano González Olivera (Granma), Samuel Leblan Pavón (Santiago de Cuba), Adel López Nápoles (Isla de la Juventud), Rosa María Naranjo Nieves (Tesorera), Nairovi Morales Rodríguez, Julio César Morales González, Jorge Luis González Tanquero, Adela Soto Álvarez, José Silva Morales, René Hernández y Eloy Oliveros.
Luego de recibir las indicaciones pertinentes por vía telefónica por parte de sus jefes en Miami, Vladimir Calderón se dedicó a movilizar a un grupo de contrarrevolucionarios para irrumpir arbitrariamente en varias iglesias del país. La llamada se hizo a su celular, identificado con el número 5 339 0836, garantizándole que su acción recibiría cobertura de inmediato por Radio Martí, el blog del PRC y la red social Facebook. A tal efecto, se creó un grupo en dicha red social, administrado por Miguel Ángel Rodríguez, denominado Cuba Siempre, cuyo link es http://www.facebook.com/groups/342445269132868.
Uno de los mensajes iniciales enviado a sus acólitos dentro de la Isla es evidente por su carácter incitador y fue firmado por Víctor Reinaldo Infante Estrada: "Carga al machete: Toma las Iglesias cubanas, que se sienta el hambre y la miseria. Como en los tiempos de tomar embajadas".
A partir de ese momento, se empezaron a desarrollar intentos de ocupación forzosa de varias iglesias en diferentes ciudades. En la ciudad de Holguín, penetraron en la iglesia de San Isidoro, siendo desalojados a solicitud del Obispo Emilio Aranguren. Los implicados eran miembros del PRC, la organización Impacto Juvenil Republicano y de la FLAMUR. Eran dirigidos por los contrarrevolucionarios María Rosa Naranjo Nieves y Rubier Cruz.
Otro intento fue desarticulado en Pinar del Río, en la Iglesia de La Catedral, de donde fueron expulsados pacíficamente los provocadores dirigidos por José Rolando Cásares.
El la ciudad de Las Tunas, varios individuos penetraron en la Iglesia de San Gerónimo, siendo expulsados con la anuencia de las autoridades eclesiáticas. El grupo estaba integrado por Maiky Martorell Mayans, Ramón Velázquez Toranso, Roberto Ramayo López y Emilio Calvo Díaz. Posteriormente, estas personas fueron liberadas por las autoridades.
Otro intento similar se desarrolló en la Iglesia San José, en Puerto Padre, donde siete contrarrevolucionarios trataron de penetrar en la misma, con el mismo propósito que sus socios de correrías.
En todos los casos, los contrarrevolucionarios se dedicaron a transmitir vía telefónica, empleando sus celulares, a sus jefes en Miami y a la emisora contrarrevolucionaria Radio Martí, cuyos periodistas esperaban de antemano sus denuncias sobre supuestos actos represivos contra ellos.
El asalto a la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad
Este repudiable e irreverente hecho fue perpetrado por trece contrarrevolucionarios, entre ellos cinco mujeres, quienes fueron lidereados por Vladimir Calderón Frías. La composición social de los integrantes, varios de los cuales presentan antecedentes penales, deja mucho que desear. El propio sacerdote Roberto Betancourt puede atestiguar sobre la forma grosera e irrespetuosa a que respondieron al llamado a abandonar su actitud de tomar a esta iglesia como tribuna política.
Desde el martes 13, a las 9 a.m., permanecen en la instalación religiosa los siguientes contrarrevolucionarios: Vladimir Calderón, Josiel Díaz Piloto, Emilio Torres Pérez, Miguel López Santos, Orlando Corzo González, Pastor Pérez Sánchez, Ferd Calderón Muñoz, Roniel Valentín Aguillón, Yenifer de La Caridad Hernández Piloto, Deixis Ponce Arencibia, Yudit Ferrer Segura, Madelaine Caraballo Betancourt y Niola Araujo.
Varios contrarrevolucionarios, mientras transmitían a Miami y a Radio Martí, respondieron con palabras ofensivas a las autoridades eclesiásticas, ante el reclamo de las mismas de que depusieran su actitud o se verían obligados a acudir a las autoridades.
Un ejemplo de la confabulación mediática alrededor de este reprobable incidente ,lo podemos encontrar en el grupo de Facebook conocido "Por el levantamiento Popular en Cuba", donde la contrarrevolucionaria María Restoy colocó el siguiente comentario: "Esto tiene que propagarse en la internet en ingles. Me lo llevo a Occupy Cuba. No se quien esta a cargo de Ocupy Cuba pero es hora de propagar todo esto en Ingles. Miren lo que paso con Joseph Kony. Necesitamos con urgencia que esto se difunda por el mundo antes de que el Papa llegue a Cuba. La represión esta a punto de empeorar en cualquier momento. (...) Puse la noticia que salio en ABC News en el muro de Human Rights Watch tres veces y me la borraron. Nada en ese muro es sobre Cuba. Tienen dobles Standard???"
Es bueno destacar que no es la primera ocasión en que miembros del PRC han usado las iglesias para realizar provocaciones similares, tal como ocurrió a fines del pasado mes de enero.
El inicio de la manipulación mediática
Ante la descomunal metedura de pata de los miembros del PRC, repudiada por la propia Iglesia y muchos de los miembros de la contrarrevolución interna, sus organizadores, confabulados con El Nuevo Herald y Radio Martí, iniciaron hoy una campaña que apunta a dos direcciones: a) supuesto temor ante "brutales represalias" por parte del gobierno y b) hacerse las víctimas ante el mundo, arguyendo que las autoridades les niegan acceso a alimentos.
“Llevamos aquí dos días y nos han cortado la alimentación desde el miércoles. No hemos podido comer absolutamente nada”. (...) “La policía política no ha permitido que ninguna persona traiga alimentos al lugar”, dijo al Nuevo Herald el propio instigador de los hechos, Vladimir Calderón.
El propio Radio Martí puso su dósis de tragicomedia al asunto, al comentar hoy lo siguiente: "El arzobispado de la Habana aseguró que las autoridades cubanas se comprometieron a no actuar contra ellos, pero los ocupantes han declarado que temen por lo que les pueda ocurrir si deciden salir del lugar."
¿Quién los retiene allí, me pregunto? ¿Es acaso responsabilidad del gobierno garantizar alimentos a estos provocadores que se encuentran allí contra la voluntad de la propia Iglesia? Ellos están allí manteniendo su show mediático, en franco irrespeto hacia los feligreses y el resto de la ciudadanía. Ellos son responsables de las limitaciones que escogieron asumir al desacatar los llamados de los representantes eclesiásticos para que abandonaran el lugar.
Por supuesto, varios de los más representativos miembros del mercenarismo en Cuba se han distanciado apresuradamente de los provocadores. Ni Berta Soler, jefa de las Damas de Blanco; ni Guillermo Fariñas, ni Martha Beatriz Roque Cabello, ni José Daniel Ferrer, entre otros, han apoyado este tipo de provocación. Saben que hacerlo perjudicaría su ya malograda imagen.
Es importante destacar que los partidarios de la línea dura de la mafia anticubana han criticado el papel de la Iglesia en estos acontecimientos y, particularmente, el contenido serio y honesto de la Nota de Prensa del Arzobispado, a quien culpan de estar alienados con el gobierno cubano. Para ellos, por supuesto, una brecha entre la Iglesia y las autoridades sería caldo de cultivo para su guerra mediática.
Casi en esa misma ambigua dirección se han posicionado los contrarrevolucionarios Roberto de Jesús Guerra, Orlando Luis Pardo Lazo y Elizardo Sánchez Santacruz, quienes tácitamente justifican el irrespetuoso allanamiento del templo ubicado en el municipio de Centro Habana.
Un papel condenable en estos eventos lo ha desempeñado la mal llamada Radio Martí, a pesar de ser una emisora financiada con dinero del gobierno norteamericano. Sin pudor alguno, sus principales locutores como Lizandra Díaz Blanco, Oscar del Río y Amado Gil, han difundido la noticia prácticamente justificando a los provocadores y su irrespetuoso comportamiento hacia la Iglesia y a los devotos cubanos.
Realmente no sabemos cómo desembocarán estos acontecimientos, pero considero particularmente que estos irresponsables deben ser desalojados a solicitud de las autoridades eclesiásticas, lo más rápidamente. Este precedente pretende afectar la imagen de Cuba ante el mundo y pone sobre el tapete otro hecho que no se puede negar: la contrarrevolución anticubana lo mismo acude al terrorismo como al irrespeto de los valores morales y religiosos en función de lograr sus perversos objetivos, basados en el sucio protagonismo y la desmedida ambición. Sin pensarlo, nos han dado la razón.
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