Manuel Benítez del Río
Ahora mismo 80 ciudades de España están en la calle, de norte a sur y de este a oeste.
Decenas de miles en Madrid al igual que en todo el país, protestando contra las últimas medidas de austeridad del gobierno, aprobadas por el Congreso con los votos del PP. Y solo del PP.
Entre los manifestantes, todos los sectores de la sociedad desde policías hasta bomberos, administrativos, pensionistas, estudiantes, familias e inmigrantes de todo el mundo.
No podemos hacer otra cosa que tirarnos a la calle. Nos suben los impuestos, todo es más caro, si no vamos a comprar los comercios van a cerrar y despedirán más gentes.
Estas nuevas medidas incluyen una subida del IVA, la reducción de la prestación para los desempleados a partir del sexto mes, así como la supresión de la paga de Navidad en 2012 para los funcionarios con el fin de ahorrar unos 65 mil millones de euros de aquí a finales de 2014.
Según mari-Ano Rajoy, la situación es tal que el ejecutivo "desgraciadamente, no puede decidir entre un bien y un mal, tiene que decidir entre un mal y un mal peor".
Su ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, advertía que "no hay dinero en las arcas públicas para pagar servicios públicos".
"El inicio del inicio" fue la frase con que Soraya Sáenz de Santamaría, tras el primer Consejo de Ministros del 31 de diciembre de 2011, adelantaba la ruina que le esperaba a gran parte de la ciudadanía española.
Y aunque anunció que las medidas eran temporales, el escaso tiempo transcurrido está demostrando que de aquí pálante no hay más pueblo.
Estalló Bankia y lo hizo de forma que salpicó al país entero. El ruido llegó a Mario Draghi quien dio la voz de alarma.
Allá fue el mari-Ano pegado a las faldas de la Merkel y con cara de Abelardito empollón. Le bajaron tal gaznatón que Guindos tuvo que ir a recibir órdenes acerca de nuestra intervención. Se suplicó a Europa hasta de rodillas.
Al final los países ricos, nuestros jefes, decidieron 'prestarnos' hasta 100 mil millones de euros para sanear la banca, a cambio de mandar ellos en nuestro país. Y desde entonces mandan.
Mari-Ano fue tildado de torpe pues lo calaron en seguida: puede memorizar y repetir lo que le dicen, pero incapaz de tener ni crear pensamientos propios, ese es su coeficiente intelectual. El de un loro desplumao.
España quedaba desmantelada por completo. Irreconocible en los muchos logros a cambio del sacrificio y entrega de tanta gente tras la muerte del dictador.
Por eso estamos en la calle. Madrid tomada por la ciudadanía -no hay otra solución, de momento-, policía y antidisturbios uniéndose a aquellos que exigen sus derechos. Esto es también "el inicio del inicio".
Mari-Ano dice muy poco y miente más que un cochino bellaco, por suerte Internet nos ampara: ahí encontramos periódicos digitales y redes sociales, y aunque los dictadores no quieran sabemos lo que ocurre en el mundo y lo que dice Bruselas.
Pero conste que el robo no ha finalizado. Para septiembre, si Europa no manda otra cosa, van a por los jubilados. Aquí no se salva nadie a excepción de la Iglesia, las grandes fortunas, los expoliadores y los que han evadido su capital.
Contamos con los periódicos digitales, con las redes sociales, con el apoyo de mucha ciudadanía del exterior, y sobre todo con la convicción de que tenemos la razón pero...
Hay que conseguir la dimisión de mari-Ano, o habrá que sacarlo de La Moncloa antes de que acabe de joder a España.
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