Manuel Benítez del Río
Como un cubo de agua fría me cayó la victoria de Alina Dumitru sobre la cubana Dayaris Mestre por Hansoku-Make o descalificación, en los 48 kg del judo femenino.
Según dijeron los árbitros, decretaron penalización al apreciar que uno de los ataques de Dayaris comprometía la integridad física de la europea, que se quejaba de una molestia en la pierna derecha. Pero los árbitros siempre hacen, y dicen, lo que les da la gana.
A esta hora todavía no he leído la reacción de Cuba* pero me atrevo a decir que ha sido una decisión injusta, no es la primera vez que nos ocurren estas cosas en unos Juegos Olímpicos.
Hoy puede hacer historia la cienfueguera Yanet Bermoy, 52 kg, subcampeona de Beijing’08. La cubanita va por el oro frente a An Kum Ae, de la República Popular Democrática de Corea, luego de sortear importantes escollos.
Por su parte, la española Judit Ignacio no ha podido pasar a las semifinales de los 100 mariposa.
Y como si fuera poco, algo insólito: Phelps quedó fuera del podio olímpico nada menos que por un compatriota estadounidense que durante una década había estado bajo su sombra.
Tales noticias acaparan aquí la atención general, seguidas de otras como la exhibición del poderío deportivo de China y el susto que Roger Federer se llevó para vencer al colombiano Alejandro Falla en el césped de Wimbledon.
A los Juegos Olímpicos más ecológicos de la historia, España llega en medio de un relevo generacional y con la muerte del ex presidente del COI Juan Antonio Samaranch aún muy presente.
Desde la cita de 1908 a la de hoy, hay un cambio de lema que no escapa a la vista de nadie: "Lo importante no es ganar sino participar" dijo el barón de Coubertain al clausurar los Juegos Olímpicos de 1908.
Aquellas fueron unas olimpiadas marcadas por la erupción del Vesubio, que obligó a trasladar la sede de Roma a Londres y por el dramático final de Dorando Petri, tras 42 kilómetros de maratón una caída le impidió llegar a la meta. En recompensa por su esfuerzo, la Reina Alejandra le regaló una copa de oro.
La edición de 1948 no se recordará por ser la más brillante, pero si por la paz e ilusión que supuso para una Europa castigada por la Segunda Guerra Mundial y sumida en la miseria. Tras dos ediciones suspendidas por la contienda militar, estos austeros juegos supusieron una vuelta a la normalidad.
Y sirvieron para recuperar una tradición que se ha mantenido hasta hoy cuando bajo el lema "inspirar una generación" se pretende seguir defendiendo los valores de respeto, excelencia y amistad promovidos por la candidatura.
Sin lugar a dudas, la candidatura británica ha llevado a cabo una potente inversión en el Parque Olímpico, donde destacan el Centro Acuático diseñado por el famoso arquitecto Zaha Hadid, cuyo techo simula una espectacular ola de 160 metros y alberga las pruebas de natación.
Y la Villa Olímpica para 17 mil deportistas, que tras los juegos se transformará en 2 mil 800 viviendas.
En este mismo momento la Olimpiada reúne a los grandes nombres del deporte mundial, desde los Kobe Bryant, Le Bron James y demás integrantes del Dream Team hasta tenistas de excepción como el suizo Roger Federer o el escocés Andy Murray.
Como cada edición la prueba de los 100 metros lisos concentra todas las miradas, el enfrentamiento entre Bolt y Blake seguro hará las delicias de los 80 mil espectadores del Estadio Olímpico.
En Londres es la primera vez que un atleta paralímpico compita en unos juegos, es el caso de Oscar Pistorius que tras meses de pelea con el COI finalmente podrá cumplir su sueño.
A pesar de la ausencia de Samuel Wanjiru, poseedor del record olímpico de maratón, los keniatas buscaran mantener su hegemonía en su prueba reina.
Isinbayeva, Chris Hoy, Stephanie Rice, Kai Zou... Muchos son los nombres que se han dado cita en la capital inglesa en busca de un record o un metal que les permita entrar en los libros de historia de esta milenaria competición.
La Eurocopa conseguida este verano unida a la 'Edad de Oro' que esta viviendo el deporte español, hace que el equipo nacional haya venido cargado de responsabilidades.
A nadie escapa el hecho de que España se presenta a la cita inmerso en un relevo generacional, muy castigado por los escándalos de dopaje y también por la situación política y económica que vive el país.
Destacan ausencias importantes como la de Alberto Contador sancionado dos años por consumo de Clembuterol o la de "Paquillo" Fernández, implicado en la 'Operación Grial'.
Aunque sin duda lo que más se echa de menos es la presencia de Juan Antonio Samaranch presidente del COI hasta 1991, fallecido en 2010.
(*) Ver explicación de especialistas sobre descalificación de la espirituana Dayaris Mestre. Nota del Editor.
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