Julio Martínez Molina
En un mundo bajo dominio de los poderosos, los pobres no tenemos otra que emprender las batallas por mecanismo de redargución. Esto es, con las propias herramientas del adversario. Internet, nacida como red militar, continúa siendo un medio en posesión y control casi total de Washington con su omnívoro entretejido de agencias de espionaje y observación. Pese a ello, posee innumerables ventajas de todo género -para quien bien sepa ordeñar su ubérrima ubre-; y, mediante las redes sociales, medios digitales y blogs, a una nación subdesarrollada y blanco de asedio constante como Cuba le es posible establecer luchas ideológicas: claves en el escenario actual.
No en balde, al responderle a Ignacio Ramonet alrededor del tema en Cien horas con Fidel, el líder cubano expresaría: “Hoy existen medios de comunicarse con el mundo que nos hacen menos víctimas
o menos dependientes de los grandes medios de difusión masiva, sean cuales sean, privados o del Estado, porque hoy; con la red de Internet, todos los que tienen una aspiración, un objetivo, sean de países subdesarrollados o ricos, harán causa común. También se puede utilizar con las peores intenciones del mundo, como lo proyectan la CIA y el Pentágono, o como al parecer lo hicieron los autores de los atentados del 11 de Septiembre”.
Facebook, la red social que nos ocupa hoy, posee su anverso y reverso, sus bondades y peligros. Así ocurre con prácticamente todo en la red. En el planeta de las tres w la cuestión estriba en saber cómo administrar bien los recursos, en función de un objetivo. Aunque considere, al modo del escritor norteamericano Gay Talese, que sin excluir a nadie, es mejor el periodismo en manos de los profesionales, y que la difusión de mensajes políticos o de otro tipo bien argumentados resulta más factible de conseguirse de forma óptima a través de otras vías (el medio de prensa digital, el blog), es solo una perspectiva personal que en nada demerita el aporte que a través de la criatura de Mark Zuckerberg emprenda quien fuera, desde cualquier tribuna u oficio.
Ahora bien, debe saber donde está metido. La mínima ingenuidad entraña un costo aquí. Facebook existe cual lo conocemos hoy gracias a una inversión de riesgo de la CIA. En su nómina hay emplantillados expertos informáticos de la Agencia. Cual sostuviera Julian Assange, el fundador de Wikileaks, “es la maquinaria de espionaje más espantosa que se ha inventado. En ella tenemos la base de datos más completa del mundo sobre personas, con sus relaciones, sus nombres, sus direcciones, los lugares donde se encuentran y las comunicaciones que mantienen entre sí y con sus parientes... todas alojadas en Estados Unidos, todas accesibles a los servicios de inteligencia estadounidenses. No se trata de que puedan recibir una notificación para facilitar obligatoriamente la información. Es que es una interfaz desarrollada para uso de los servicios de inteligencia estadounidenses”.
Zuckerberg ha puesto su red social en contra del gobierno de Chávez, las guerrillas colombianas, Cuba, los palestinos, el portal de Wikileaks.
Ya en 2010, a escasos años de fundarse por el geniecillo de Harvard, hasta el conservador Wall Street Journal reconoció que “sus usuarios, sin darse cuenta, están brindándoles acceso a sus nombres y, en algunos casos, incluso los nombres de sus amigos a empresas publicitarias y de rastreo de Internet. Este problema afecta a decenas de millones de usuarios de la red social, entre ellos personas que configuran sus perfiles con el mayor nivel de privacidad “.
Sobrepasa todo lo anterior dicho, en tanto constituye el laboratorio, el termómetro de medición social más abarcador de la sociedad Gran Hermano: gnoseología, tendencias, predilecciones… Estamos con el rostro puesto contra un gran reflector encandilador, contra una incomparable esponja de emociones humanas que se vale de la ancestral necesidad de contacto de la especie para radiografiarnos; y que, por otro lado, contribuyó de manera determinante a configurar un proceder light (brevedad de mensaje, no profundidad, multiquehacer, no concentración), en consecuencia con las aspiraciones y la visión política de sujeción mental a largo plazo configurada desde las grandes torres de pensamiento de los centros de poder mundiales, con EUA al frente.
Ya hoy existen pocas mentes iluminadas de referencia que no expresen sus dudas y temores sobre la era Facebook, más allá de reconocer las virtuales virtudes del mundo web 2.0. El filósofo alemán Peter Sloterdjik, pensador ineludible de la actualidad, censuró en fecha reciente “la marginalización literaria promovida por Internet. Es cierto que los escritores siempre fueron una minoría, pero hasta ahora fueron una feliz minoría: seguían ocupando un lugar central. Habrá que ver si esa minoría de escritores, en un mundo que se rinde a Lady Gaga, seguirán siendo felices o empezarán a sentirse desdichados". Mas, Facebook -ni tampoco Twitter o ninguna otra red social- entienden el mundo desde una posición primordialmente intelectual. Son, más la primera -sin inobservar sus aplicaciones e implicaciones diversas-, entretenimiento, diversión, celebración del momento, epifanía del ahora rumiada al calor de la urgencia, de la fugacidad rápida y furiosa de unos pocos caracteres. ¿Justo cuanto se quiso fuéramos? Ni siquiera Orwell ni Huxley la vieron venir.
Permiso, "Lo que dijo Enrique Ubieta sobre Rey Montalvo" http://reymontalvo.blogspot.com/2012/09/escrito-de-enrique-ubieta-sobre-rey.html
ResponderEliminarGracias Guajiro por hacerme partícipe del post en el Blog de Rey. Les dejé un comentario. Gracias reiteradas.
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