Julio Martínez Molina
La postura observada por las administraciones de los Estados Unidos después del 11-S es el más garrafal error político cometido por gobierno alguno en la historia de la humanidad. De consecuencias impredecibles no solo para el Medio Oriente o el imperio, sino para los destinos de la especie humana.
La difusión el pasado 11 de septiembre del filme La inocencia de los musulmanes es una ofensa alevosa y bien planificada al profeta Mahoma y el sentimiento religioso de los pueblos árabes, sí, pero además un indicador más de la plataforma programática de un sistema fascista el cual pretende imponer su supremacía ideológica, cultural y militar en el resto del orbe.
Lo de este material audiovisual es otra expresión más de incontables atentados cinematográficos, literarios, de comics, periodísticos... No cabrían tres periódicos para enumerar cronológicamente los títulos oprobiosos que guarda mi archivo, ni tampoco es el interés de este texto puesto que ya bastante se ha hablado del tema en los días transcurridos desde la muerte del embajador norteamericano en la tierra donde rodaron por las calles a Khadafi.
Más allá de la sujeción a los díctums de Washington de varias de las mayores potencias económicas árabes (Arabia Saudita, Qatar), cada segundo es mayor el sentimiento antinorteamericano en el escenario musulmán. Millones de muertos en agresiones bárbaras, reliquias culturales destruidas, mujeres violadas, campos de tortura, cadáveres mancillados…, ya es mucha la carga para tanta gente. El polvorín estallará en cualquier momento y no habrá fuerza militar en este planeta capaz de contenerlo.
Los tanques pensantes de Washington fallaron al elucubrar sus malthusianistas, eugenésicas teorías del Nuevo Siglo Americano, porque eludieron la respuesta que en los órdenes moral, religioso, ético tendrían sus oponentes.
Cada día son más las fuentes autorizadas en el planeta que aseguran que los atentados a las Torres Gemelas fueron una obra de ingeniería política interna, a la cual ellos están acostumbrados desde tiempos del Maine.
Este 14 de septiembre, a solo tres días después de la explosión de ira en el mundo árabe, el científico social norteamericano James Petras, recordó algo que no puede perderse de vista nunca, porque explica el rumbo de la historia durante la centuria en curso.
Sostuvo Petras que “debemos tomar en cuenta las consecuencias del 9/11, pero en primera instancia el cuestionamiento sobre el informe de lo que ocurrió ese día. Hay muchas preguntas sin contestar por el gobierno, incluso han ocultado muchas pruebas que demostrarían que fue algo provocado por el gobierno. Incluso informes de la Policía Federal respecto a que hubo un esfuerzo de ubicar a los terroristas que falló por la falta de interés en las cúpulas de los grupos de Inteligencia interna.
“Una hipótesis es que el gobierno permitió los actos terroristas para usarlos para lanzar una serie de guerras subsecuentes. Otra teoría es que incluso el atentado fue hecho por el gobierno a partir de detonaciones dentro de los mismos edificios que provocó la caída de los mismos. Otra hipótesis habla del Estado de Israel involucrado porque en el momento de tumbar los edificios, media docena de agentes del Mossad estaban haciendo un vídeo y luego, saltando y bailando o sea festejando el acontecimiento; todavía no se explica cómo los israelitas estaban enterados de que iban a ocurrir esos hechos y por qué lo celebraron.
“Ahora, el legado de todo esto es que a partir del 9/11 el gobierno lanzó una enorme red de Inteligencia, llamada La Seguridad de la Patria -Homeland Security- con más de 800 mil funcionarios, montando un control sobre todos los medios de comunicación, encarcelando a miles de supuestos sospechosos musulmanes. Y más allá del problema policíaco interno, el montaje de un Estado Policial con la violación de todos los derechos constitucionales, han montado una serie de guerras usando el pretexto de ‘guerra contra el terrorismo’, que empezó en Afganistán dejando miles de muertos y millones de desplazados; después Irak con más de un millón de muertos y siguen hoy las consecuencias con el asesinato ayer de 80 personas y 400 heridos, producto de la manipulación de grupos sectarios por parte del imperialismo. Y siguen con las agresiones contra Somalia, Yemen, Pakistán; así como invadiendo países como Libia, Siria”.
El objetivo del cerco a Siria es asfixiar a Irán y estar a las puertas de Rusia y China, los únicos focos de poder con capacidad de hacer resistencia militar y económica al imperio. Fidel lo ha dicho, como también otros pensadores. Se está jugando ahora mismo sobre el tablero de la historia el mañana de este planeta. El futuro es impredecible, pero si en algo hay coincidencia entre todos los analistas políticos es que Estados Unidos no la tendrá fácil para plantar su bota sobre la cabeza del pueblo árabe. Ni Mahoma ni su gente aceptarán la humillación eterna.
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