La paranoia es mala consejera. Y más cuando en sus actos conductuales un gobierno comienza a aplicar medidas que desdicen su línea discursiva. Tal es el caso del guerrerista Estados Unidos, autotitulado paladín de la libre expresión y los derechos humanos.
Me explico: desde el Ministerio de Defensa yanki han llegado órdenes e instrucciones a los mandos del Ejército imperial para detectar la radicalización en el comportamiento de sus soldados, y conste que la alerta no vincula a hipotéticos lectores de El Capital u obras de Lenin, sino especialmente a aquellos que utilizan mucho las redes sociales. ¿Se imaginan la paradoja?
Pues bien, el portal Wired accedió a las conclusiones de un análisis que en 2011 realizó el Grupo de Guerra Asimétrica, una unidad del Ejército de EEUU creada durante la guerra contra el terrorismo.
Según el resumen, el Grupo elaboró una guía para identificar la radicalización en el comportamiento de personas y prevenir la violencia extremista. Así se indica, por ejemplo, que la “frustración con las ideologías dominantes”, ser “muy emocional, joven” y "activo en las redes sociales" son para el Ejército de EEUU algunos signos de extremismo.
Si se trata de unidades desplazadas en Afganistán también debería analizarse el comportamiento de los afganos. Un factor de riesgo lo representan personas “encerradas en sí mismas”, que han mantenido “discusiones peculiares” o “interesadas en armas de destrucción masiva”. También aquellos que “han cambiado su comportamiento de extremista a normal para probablemente ocultar sus ideas radicales”.
Sin embargo, muchos de estos ‘síntomas’ de radicalización son ambiguos, según considera el especialista de Wired, Spencer Ackerman. Así por ejemplo, reconocer cambios en las ideas de un afgano es difícil sin el dominio de las lenguas locales. Además, hay señales que no se pueden calificar de sospechosas fuera de contexto como, por ejemplo, cuando una persona “realiza viajes no anunciados”. En este caso no se puede decir exactamente si esto demuestra vínculos con grupos terroristas o se trata de un viaje por motivos personales.
Nada, que una vez más se evidencia aquello de la existencia de mercaderes capaces de sentir miedo cuando se enfrentan a lo adquirido. En buen cubano: Estados Unidos compró pescado y le ha cogido miedo a los ojos. (Con información de Russia Today)
No hay comentarios:
Publicar un comentario