Obama, que también se impuso en Nueva York, California y Pensilvania, logró agenciarse además otros dos territorios clave: Virginia y Florida, con lo cual sobrepasaba por amplio margen la franja de 270 votos en el Colegio Electoral que le asegura su reelección, destacaron las principales cadenas de televisión del país norteño. Al cierre de esta nota, Obama ganaría 332 papeletas contra 206 su contrincante.
Acosado por una economía en lenta recuperación, una elevada tasa de desempleo (7,9%) y un abultado déficit fiscal, el mandatario reelecto gobernara hasta el 2017.
En un mensaje por la red social Twitter, el propio presidente agradeció a través de su cuenta @barackobama a sus seguidores por el apoyo en las urnas: "Otros cuatro años. Esto sucedió gracias a ustedes. Gracias", escribió a sus 22 millones de seguidores.
Obama, que hizo historia en 2008 al ser el primer negro elegido presidente de Estados Unidos, lo que consiguió enarbolando un lema de cambio y esperanza, tendrá por delante numerosos retos en su segundo mandato, cuando la economía del país aún se recupera lentamente de la peor crisis de las últimas décadas.
El empuje decisivo
El voto hispano, el afroestadounidense, el voto de las mujeres y de los jóvenes volvió a ser decisivo en la contienda, como hace cuatro años. Aunque analistas consideran que el rescate de la industria automotriz en Ohio y la eficaz actuación casi en el cierre de campaña como coordinador de los esfuerzos para encarar uno de los peores desastres meteorológicos del país en los últimos tiempos, el huracán Sandy, le valieron a Obama un reconocimiento que quizás marcó diferencia en las urnas.
La carrera empezó a definirse poco después del cierre de los primeros estados en la costa este, cuando las televisoras dieron a Obama con ventaja en estados como Pensilvania, Ohio o Wisconsin, o a muy corta distancia de Romney en Florida.
Los republicanos conservaron en cambio su mayoría en la Cámara de Representantes, que en esta jornada también renovaba sus 435 escaños.
En el Senado, donde estaban en juego un tercio de los 100 puestos, los demócratas parecían bien encaminados para mantener su corta mayoría de 53 asientos, lo que auguraba más dificultades en Washington.
Además de elegir presidente, EEUU renueva hoy además los gobernadores de 11 estados y dos territorios libres asociados (Puerto Rico -donde fue reelecto Luis Fortuño- y Samoa).
Obama y Romney pelearon el voto hasta el último minuto, para una elección que presentaron como decisiva para el rumbo del país.
Obama, 51 años, pidió el voto por teléfono a votantes indecisos desde Chicago.
Romney acudió a Ohio y Pensilvania para dos últimos mítines y animar a otro centro de su campaña, para luego regresar a Boston con un discurso de victoria listo en el bolsillo.
Cuatro años después de su rotundo triunfo, Obama pedía un mandato más para enterrar totalmente la crisis económica, instaurar su gran reforma sanitaria y retirar a las tropas de Afganistán en 2014. Aunque en la agenda tiene otras promesas incumplidas en materia de gravamenes impositivos a los más ricos, reforma migratoria y el postergado cierre de la cárcel en la ilegal Base Naval que mantiene en contra de la voluntad del pueblo cubano en la bahía de Guantánamo.
Romney, que dio un giro moderado a su mensaje conservador, intentaba frustrar esos planes con una agenda arriesgada, centrada en los recortes generalizados de impuestos y del gasto público.
Según estimaciones, unos 12,2 millones de hispanos, la primera minoría de Estados Unidos con más de 50 millones de integrantes, podrían haber votado este martes, lo cual supondría un nuevo récord de participación tras los comicios de 2008, en que dos tercios optaron por Obama.
Más de 30 millones de estadounidenses ya habían votado anticipadammente antes de esta jornada. Aunque cuando se ofrezcan las estadísticas finales se podrá hablar del total de electores potenciales que, desmotivados por múltiples razones, prefirieron quedarse en sus hogares y no concurrir a los centros de votación.
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