Alina Rosell Chong
Chávez volvió a impactar al mundo. En la noche del sábado habló de su cáncer recurrente con coraje, entereza, optimismo…, y solamente por eso -sin necesidad de disquisiciones políticas o patrióticas, porque sobran evidencias-, merece otra oportunidad de Dios y la ciencia.
El martes, Venezuela, Cuba y muchas naciones más estuvieron en vilo hasta saber que la cirugía de más de seis horas había concluido exitosamente. Con rezos, oraciones, votos, vigilias, actos, misas, peregrinaciones y mensajes de solidaridad, la gente justa clamó por la vida del líder bolivariano y tantos sentimientos de amor se vieron recompensados.
Y claro que Chávez no ha estado solo; los pedidos por su salud recorrieron la Tierra y el ciberespacio.
Emocionan palabras como las de Eduardo Galeano, periodista y escritor uruguayo: “¡Amigo, hermano…; fuerza. Aún falta para lograr otro mundo posible. Algún día moriremos pero aún no es ese día”, y las de Sean Penn, el famoso actor norteamericano, reclamando del hijo de Barinas fuerzas infinitas, o las tendencias más seguidas en redes sociales como Twitter o Facebook: “¡Vivirá, vivirá, el comandante vivirá!”, “Vivirás y vencerás!, “Orando por Chávez”, “¡Dale, guerrero de la vida!”, “Hay Hugo pa’rato” y “¡Adelante en este momento crucial y con más fuerza!.
Hoy los venezolanos exhiben su unidad con ímpetus renovados y confían en las elecciones regionales del próximo domingo. De sobra saben que su presidente los acompañará desde La Habana.
Ahora los ruegos persisten por la recuperación del hermano y la salvación de Latinoamérica.
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