En sus palabras de agradecimiento, tras recibir el Premio Nacional de Literatura 2012, por la obra de toda la vida, en el marco de la Feria Internacional del Libro, el autor de populares novelas como El hombre que amaba a los perros, dijo que como escritor ha sufrido varios sinsabores.
Sin embargo, he sido un hombre libre de decir, dentro y fuera de Cuba, lo que pienso. Mi trabajo, apuntó, me ha permitido ganarme la vida decentemente y seguiré luchando por ser el mismo junto a mi querida esposa, mis perros y mi entrañable amigo Mario Conde, en referencia al mítico personaje de su última trilogía.
Ese policía imaginario reaparecerá en la novela Herejes, que escribe actualmente y debe publicarse en el presente año, anunció Padura.
Padura recordó los inicios de su historia como escritor hace 36 años, mientras estudiaba mecanografía, en tanto reconoció que este premio resulta un acontecimiento importante en su vida, obra y carrera.
Durante su intervención, el ensayista Enrique Sainz reconoció la labor del autor de La novela de mi vida, cuya obra sólida y personajes que se identifican con el imaginario popular le han permitido ser merecedor de innumerables distinciones en varios países.
Padura, precisó, no solo se distingue por la nitidez de su prosa y la construcción de ambientes y acciones, sino también por su sencillez, cubanía y amistad.
El Premio Nacional de Literatura 2012 le fue conferido a Padura en virtud de su capacidad para moverse en el ensayo, la narrativa y el periodismo, entre otros géneros, además del alcance de su obra.
Instaurado en 1982 por el Ministerio de Cultura, este galardón constituye el más importante que otorga Cuba en el campo de las letras en reconocimiento a la obra de un escritor que haya enriquecido la literatura de la isla.
Reynaldo González, acreedor a esa distinción en 2003, presidió el jurado que se decantó por Padura, integrado asimismo por Denia García Ronda, Jorge Fornet, Víctor Fowler, Cira Romero, Astrid Santana y Marilyn Bobes.
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