Mucho tiempo había esperado la hinchada de la Seleção para poder festejar desde el último de los títulos importantes de su equipo nacional, pero hoy finalmente llegó el día.
Gloria para Brasil, cuya joven selección bajo las riendas del mago Felipe Scolari ha conseguido obtener el podio de Confederaciones por cuarta vez en su historia, tercero de manera consecutiva, y recuperar de paso el favoritismo para el Mundial que acogerán el próximo año. Dia negro para la España campeona del mundo y dos veces titular de Europa, que privada de este trofeo, el único que aún falta en sus vitrinas, vio cortada en 26 la racha record de encuentros oficiales consecutivos sin perder.
EL PARTIDO
Los anfitriones salieron decididos a marcarle el terreno al campeón mundial. Y el premio llegó más rápido de lo esperado: tras un centro de Hulk, Piqué no pudo rechazar, el balón quedó botando en el área chica y Fred, desde el piso, empujó la pelota hasta el fondo del arco con lo cual puso fin a los 304 minutos que llevaba La Roja sin recibir goles.
Brasil presionaba a España en el centro del campo y no le dejaba tener posesión ni desarrollar el tiqui-taca; luego de los primeros quince minutos, los anfitriones tenían 56 por ciento de posesión, por 44 los visitantes.
Los locales ahogaron el grito del segundo gol de nuevo en los pies de Fred, que perdió un claro mano a mano con Casillas en rebote doble al minuto 32. Sin embargo, después de una milagrosa barrida de David Luiz ante un tiro de Pedro Rodríguez que parecía poner el empate (41'), la verde amarela estiró la ventaja con un imponente zurdazo de Neymar, quien festejó entre el público el 2-0 casi lapidario poco antes de irse al descanso.
Las tribunas del Maracaná no podían aguantar más y estallaron al grito que habían ensayado en las jornadas anteriores: oe, oe, oe, oe, Neymar, Neymar. El ídolo de la torcida local volvía a aupar a los suyos.
Luego de un primer tiempo brillante, los europeos pensaron que en el complementario la Canarinha iba a aflojar, pero de eso nada: en esa segunda mitad España se enfrentó al peor escenario posible desde el mismísimo comienzo. Primero, porque Neymar vio entrar a Fred por detrás suyo, dejó pasar un balón que iba para él y se deleitó con la definición cruzada del goleador (3-0, 47’). Y luego cuando España (55’) falló el cobro de la penalización de una falta infantil de Marcelo sobre Jesús Navas.
Sorpresivamente fue Sergio Ramos quien pidió ejecutar el tiro desde el manchón de los doce pasos, pero para colmo de desgracias su disparo salió desviado rozando el poste a la derecha de Julio César.
Así, se diluía el que pudo ser el punto de inflexión al estado de cosas en el Maracaná. Y lo demás ya es historia, incluidas otras dos oportunidades claras de los ibéricos, ambas sin éxito por méritos del cancerbero anfitrión, quien se lució ante Pedro (81’) y "El Guaje" Villa (87’), este último sumado junto a Navas entre las variantes ensayadas por Vicente del Bosque para darle un vuelco a la tortilla.
Pero así vienen las cosas cuando salen de revés. Haciendo valer aquello de que al desgraciado hasta los perros vienen y lo mean, el once titular del mundo se metió aún en más problemas cuando Gerard Piqué se fue expulsado por derribar a Neymar (68’).
De modo que si el marcador paró en tres goles se debe sólo al azar, porque mientras España fallaba los dos citados, Brasil desperdició el doble, con lo cual hubiese adquirido ribetes de escándalo este Maracanazo al revés.
FIESTA, SAMBA Y SEÑAL
El ambiente futbolero que poco a poco fue adueñándose de Río al mismo tiempo que su equipo subía al podio a recibir las medallas, estalló al fin cuando Thiago Silva levantó el trofeo en medio de una nube de papeles dorados y fuegos de artificio multiplidos en la urbe.
Los locales se llevaron también los trofeos de mejor portero (Julio Cesar), la bota de plata (Fred) y la de bronce (Neymar) a los máximos goleadores, y el primer (Neymar) y tercer (Paulinho) premios de mejores jugadores de la lid.
La fiesta ya anima a Brasil en toda su geografía: mientras la afición celebra al grito de “tetracampeón“, en un jolgorio que tal vez sorprenda a miles en las calles al amanecer de este lunes, el equipo de Luiz Felipe Scolari ha enviado al mundo una clara señal: estamos listos para el desafío que se avecina el próximo año.
En declaraciones a la prensa al término del choque, el técnico brasileño dijo: “No estaba previsto un resultado tan amplio, y menos ante el campeón del mundo. Pero no hay que marearse, esto va más allá de un título: confirmamos que vamos por el camino correcto, y nos aseguraremos recorrerlo con un poco más de confianza. Quisiera destacar lo que se generó en torno a este equipo también fuera del campo: es un mensaje para todo Brasil, pues tenemos que tener amistad y unión para que las cosas crezcan y evolucionen”.
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