La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, defendió hoy a los médicos extranjeros que llegaron al país para trabajar en zonas rurales y periferias de las ciudades, dentro del programa gubernamental “Más Médicos”.
“Esos médicos vienen a Brasil a trabajar donde los médicos brasileños no quieren”, en la Amazonía y otras zonas alejadas de las ciudades, resaltó Rousseff en declaraciones a una emisora de radio de Minas Gerais.
Criticó a galenos de este país que agreden de manera verbal a estos especialistas, incluidos los primeros 400 cubanos que acudieron al llamado para colaborar y ayudar a elevar la atención del sistema público de salud en el gigante sudamericano.
En el caso de los profesionales de la Isla, contra quienes se orquesta una ponzoñosa campaña mediática, el Consejo Federal de Medicina de Brasil alega que la llegada de los brigadistas “expone la salud de la población a situaciones de riesgo”. Sin embargo, sólo un millar de galenos brasileños aceptaron ir a trabajar a algunos de los 701 municipios rurales en los que nunca ha habido un médico. Parece un absurdo decir que para los enfermos de esas regiones es mejor vivir sin cuidados sanitarios que atendidos por los galenos cubanos.
Entre otras razones, el colegio brasileño aduce que la formación de sus colegas cubanos es deficiente. Sin embargo, se trata de médicos “todoterreno”, dispuestos a radicarse en las zonas más inhóspitas, capaces de trabajar con mínimos recursos, preparados para organizar campañas preventivas de salud y muy experimentados en el diagnóstico clínico, imprescindible en lugares donde no se cuenta con equipos ni laboratorios.
Por si fuera poco, gremio y oposición unen esfuerzos para acusar a Dilma de contratar cooperantes cubanos por razones ideológicas, pero el Ministerio de Salud ha respondido rotundo que la gran mayoría de los galenos de la isla irá a zonas del norte y noreste del país, justamente a aquellos lugares que no fueron elegidos ni por los brasileños ni por los extranjeros que calificaron para el programa.
Mas esta no es una historia nueva. El enfrentamiento de los colegios médicos de América Latina comenzó apenas Cuba afectó sus intereses corporativos con el envío de las primeras brigadas de salud a diferentes países de la región. Se agudizó después con la creación de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), institución que forma gratuitamente miles de jóvenes y los devuelve convertidos en médicos a sus comunidades. O la Operación Milagro, que restituyó la vista a cientos de miles de personas en la región sin cobrar un centavo, afectando los bolsillos de los oftalmólogos que cobraban 2.000 dólares por una operación quirúrgica de apenas 15 minutos.
En muchos países de la región los colegios médicos ponen trabas para convalidar los títulos de las facultades de medicina cubanas pero poco a poco han tenido que ceder terreno cuando las campañas de descrédito caen, por su propio peso, como castillos de naipes.
CAMPAÑA BIEN URDIDA
La manifestación de estos prejuicios forma parte de una bien urdida campaña en la que no faltan aderezos xenófobos. Pero frente a la avalancha, la mandataria y el ministerio brasileño de salud se han mantenido firmes, alegando que la decisión de convocar a profesionales extranjeros busca mejorar la salud pública de los millones de hombres y mujeres que hoy no disponen de ese servicio básico.
En las declaraciones radiales en Minas Gerais, Dilma Rousseff rememoró que Brasil no es el único que contrata a galenos de otras naciones y señaló que Estados Unidos también lo hace. Allí el 25 % de los profesionales de la salud son extranjeros y esa tasa en Brasil no pasa del 2 %.
La participación cubana se logró tras la firma de un acuerdo de cooperación del Ministerio de Salud Pública de la isla con la Organización Panamericana de la Salud para la prestación de servicios en la atención básica de salud en Brasil, enmarcado en los principios de cooperación Sur-Sur.
El programa “Más Médicos”, lanzado por Rousseff en julio último, surgió a partir de la voluntad del gobierno de garantizar salud y vida a todos los brasileños. El plan para extender la cobertura sanitaria a todo el país, sin dudas ambicioso por su alcance, requiere de 54.000 médicos. La pasada semana se incorporaron 244 profesionales de Portugal, España, Argentina y Uruguay pero optando por trabajar sólo en las ciudades, y los primeros 400 de la brigada de 4 000 cubanos que lo hará en el plazo de un año. Cuba es la única nación capaz de enviar, en un tiempo muy breve, un contingente de miles de galenos a las zonas más necesitadas. Un lujo que puede permitirse porque cuenta con casi 80.000 graduados en Medicina, uno por cada 150 habitantes, la mejor tasa del mundo. (Con información de agencias)
El pueblo apoya a los médicos cubanos. Eso és lo que importa.
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