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sábado, 19 de octubre de 2013

Arnold Schwarzenegger, el admirador de Franco, quiere ser presidente de USA

Arnold dirá que si Reagan, tan mal actor como  él, logró colarse en la Casa Blanca, porque no podrá intentarlo también.
El exgobernador de California Arnold Schwarzenegger podría impugnar la ley para tratar de postularse a la presidencia de Estados Unidos en 2016.
Según el diario The New York Post, el actor de 66 años, de filiación republicana, pretende lanzar un desafío legal a la sección de la Constitución que prohíbe a personas nacidas en el extranjero aspirar al máximo cargo del país.
Schwarzenegger, quien nació en Austria y se convirtió en ciudadano estadounidense en 1983, ha hecho declaraciones públicas sobre sus intenciones y dice estar listo para presentar documentos legales que le permitan ir contra las reglas, señaló al diario una fuente no identificada.
En 2003 reemplazó al gobernador Gray Davis en una elección de destitución, y se desempeñó en el cargo hasta 2011 cuando renunció para mantenerse desde entonces ausente de la vida política.   
No muy favorecido por la crítica en ocasiones, Schwarzenegger ganó fama en las películas de acción, conocido por sus papeles protagónicos en películas como Conan the Barbarian, Terminator, Commando y Total Recall. Ahora está trabajando en un nuevo filme con Sylvester Stallone: Escape Plan.

El pasado 11 de septiembre, mientras el mundo recordaba el duodécimo aniversario del ¿atentado? a las Torres Gemelas de Nueva York, el exgobernador californiano honró la memoria del dictador español Francisco Franco frente a su tumba, luego de recorrer, impresionado y boquiabierto, el llamado Valle de los Caídos, suerte de Mausoleo a uno de los períodos más oscuros de la historia peninsular.
De sortear los escollos legales y además ganar la presidencia (algo bien improbable, aunque no imposible en el país de las grandes sorpresas políticas), de seguro José María, aquel del bigotito a lo Adolf Hitler -hoy rasurado contra su voluntad porque el mostacho le agradaba-, dará saltos de alegría por contar con otro aliado con quien planear nuevas tropelías. Da lo mismo si para invadir a Irán o seguir apretándole las tuercas a Cuba y a Venezuela.

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