jueves, 10 de octubre de 2013
Un presidente cercado, un mundo amenazado
En las últimas horas del tercer día de la paralización del gobierno de Estados Unidos, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Christine Lagarde lanzó una advertencia: si ese país no logra subir su límite de endeudamiento no solo dañaría a su economía, sino también la del resto del mundo y estimó que es necesaria una urgente solución.
Si la parálisis producida por la negativa a aprobar el presupuesto “es ya suficientemente nefasta, la incapacidad de subir el techo de la deuda sería peor aún”, dijo Lagarde, mientras que el Departamento del Tesoro recordó que el país “agotará su capacidad de endeudamiento” a más tardar el 17 de octubre próximo.
Si no se llega a un acuerdo para subir el límite del país para endeudarse, los analistas esperan que después de esa fecha el gobierno se quede sin dinero para pagar las cuentas.
Esta es la realidad, pero suponiendo una solución, las pérdidas no son sólo económicas. En el marco de un mundo incierto, con una Europa en crisis, con un fundamentalista esquema de guerras de expansión increíbles en el siglo XXI, que no han podido ganar en ninguno de los casos. Afganistán, Irak, Libia, e incluso Siria, que está bajo ataque de las fuerzas mercenarias de la Organización del Atlántico Norte, la situación externa también es grave, tanto como la interna.
Estados Unidos y sus aliados han perdido credibilidad y podría decirse que solo están sostenidos por palabras: la poderosa organización, asimilada a la política de guerra, que son los medios masivos de comunicación y las nuevas tecnologías informáticas.
Perder credibilidad aumenta la inestabilidad, especialmente en Europa, que ha perdido demasiado con las guerras terroristas que se escenifican bajo el nombre de “guerra antiterrorista”, preventiva, sin límites y sin fronteras.
Los dirigentes europeos se encuentran frente a un espejo astillado, con severas crisis económicas y dramáticas realidades sociales. Esta nueva situación cae sobre esos países, que están actuando en total dependencia de Estados Unidos y los organismos financieros. “Si Estados Unidos pone a su deuda en default, se corre el peligro de enviar una señal a los mercados de que el país no es un tomador de préstamos creíble. Y a la vista del volumen de la deuda que circula en el sistema estadunidense, eso podría ser catastrófico”, advirtió desde Australia, David Smith, del Centro de estudios sobre Estados Unidos de la Universidad de Sidney.
Podría también golpear a América, Asia y África, precisamente en todos estos casos cuando se estaba viviendo una moderada “recuperación de la recesión de 2007-2008” señala otro analista.
GOLPES
El 30 de julio de 2012, David Brooks, corresponsal en Estados Unidos del periódico “La Jornada” titulaba su nota como “¿Golpe de Estado en Estados Unidos?”.
Advertía Brooks que los “súper ricos de Estados Unidos, y sus contrapartes en otras regiones del mundo han cometido lo que solo se podría describir como un intento de golpe de Estado. No solo controlan la economía, sobre todo mediante el sector financiero, sino buscan tomar el control de los procesos políticos”.
Estados Unidos estaba mostrando altos índices de pobreza, igual que los países que cumplieron las recetas neoliberales- rechazadas por los pueblos latinoamericanos desde fines del siglo pasado y en lo que va de este siglo y por los gobiernos actuales de la mayoría de sus países.
Estados Unidos es el país con mayor desigualdad social en el llamado Primer Mundo. Y a esto se agrega una concentración de la riqueza “sin precedentes, desde el periodo anterior de la gran depresión” recuerda Brooks.
Para esa fecha de 2012, 400 personas eran dueñas de más riqueza “que la mitad más pobre de la población estadunidense, 150 millones de personas (ahora calculadas en casi 200 millones). La familia Walton, los herederos de Wal-Mart, con una fortuna de casi 90 mil millones de dólares, tienen más riqueza que el 40 por ciento de abajo de la población estadunidense. El uno por ciento más rico controla 40 por ciento de la riqueza nacional”.
Ya los analistas esperaban entonces que el nivel de pobreza ascendiera a su punto más alto en 50 años. Se calcula ahora que uno de cada cuatro niños estadunidenses viven en la pobreza y va en escala ascendente.
“Según una investigación de economistas de la Universidad de California, mientras los ingresos del 1 por ciento más rico en Estados Unidos se duplicaron entre 1980 y 2010 (los del 0.1 se triplicaron), los ingresos del 90 por ciento de abajo se desplomaron casi 5 por ciento” señala el periodista. Y esto era a principios de 2012 .
Brooks recuerda que “igual que en los países en desarrollo, los ricos aquí insisten en que ellos son el motor de la economía; que sus intereses son los intereses nacionales, y que ellos son los que generan empleo, inversión, y oportunidad, así como los recursos para el desarrollo por medio de los impuestos que pagan. Pero igual que los ricos de los países que todos conocemos en el tercer mundo, los intereses de los ricos tienen poco que ver con los intereses nacionales”.
Y en este caso el informe de la Universidad de California analiza que los ricos no invierten sus fortunas en sus países ni pagan los impuestos que deben a su nación, sino hacen todo por ocultar sus riquezas y evadir sus responsabilidades fiscales.
“Entre 21 y 32 billones de dólares en riqueza financiera están escondidos en paraísos fiscales o en bancos en el extranjero (unas 80 jurisdicciones extranjeras), fondos tanto legales como de negocios ilícitos” sostiene el nuevo informe The Price of Offshore evisited de la red de investigaciones Tax Justice Network. “Ese monto equivale a más del PIB anual combinado de Estados Unidos y Japón”.
Este es un pincelazo sobre lo que sucede al interior del país, que se considera más rico y más democrático del mundo. Ahora en una crisis que se profundiza con cada día del cierre del gobierno.
Publicado por
storm captain
en
11:30:00 p. m.
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Etiquetas:
capitalismo,
crisis económica mundial,
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