prometió la víspera, el Portal Cubasí lanzó este miércoles, Target Di$idencia, el primero de una serie de libros digitales dedicados a desenmascarar a grupúsculos de mercenarios al servicio del gobierno de Estados Unidos.
Target Di$idencia, de la bloguera Norelys Morales, es una radiografía realizada, a partir de sus actos y declaraciones, de la más reciente hornada de los llamados "disidentes" cubanos, trasnochados representantes del fracaso de sucesivas administraciones norteamericanas en su intento de provocar un cambio de gobierno en la Isla.
Publicados con anterioridad en el Blog Isla Mia, así como en su columna del sitio digital español CubainformaciónTV, los post que conforman esta recopilación, abordan el tema de la contrarrevolución cubana durante el año 2013 y están ordenados en forma descendente, acorde a la fecha de publicación.
Signados por la urgencia que impone el diarismo de la blogosfera, los 37 textos de la antología dan una visión certera de la labor de la llamada disidencia anticubana, siempre a partir de los antecedentes de cada suceso; y desnuda ante los internautas la labor de esos personajes, ajenos a los verdaderos intereses de sus coterráneos, y servidores sumisos de las agresiones estadounidenses contra la Isla.
Los dejo con el prólogo que hace la autora a la primera de estas entregas digitales:
Introducción
En una entrevista al representante David Rivera, fuertemente involucrado con el negocio de la contrarrevolución en Cuba admitió el financiamiento a la “disidencia” cubana. A la pregunta del blog Along the Malecón de si llega a los disidentes en Cuba el suficiente dinero de los fondos para la democracia del Gobierno de Estados Unidos, respondió:
“Se hace el mayor esfuerzo posible para asegurar que ese dinero llegue al movimiento disidente en la isla en las formas del tipo de recursos que ellos puedan necesitar para desarrollar su importante trabajo de construcción democrática y de construcción de la sociedad civil. Esa es la tarea de agencias tales como la Agencia para el Desarrollo Internacional.
Los llamados “disidentes” y “opositores” isleños, no pueden sustraerse del hecho de ser una entelequia, además de que, sin trabajar, como vagos profesionales, viven del dinero que les llega por agencias federales de Estados Unidos y por la Oficina de Intereses en La Habana, SINA.
Atados por fondos subversivos contra el gobierno de Cuba a estos personajes con alto perfil mediático no les es posible hallar un pensamiento independiente y menos aún, condenar el bloqueo de Estados Unidos contra su propio pueblo, aunque lo haga la mayoría absoluta de las naciones del orbe. Prefieren alinearse al discurso gringo de “embargo”, “cambio de régimen” o que el bloqueo es “un pretexto”.
Ir contra la política de sus pagadores sería un pecado, al mismo tiempo, aunque voces miamenses griten sobre “la nueva disidencia”, la “ola represiva”, alimentada desde la Isla a instancias de la SINA, entre otras, es la misma contrarrevolución de siempre, que el cubano de a pie, con sus disgustos y carencias, con su orgullo y nacionalismo, desconoce y prefieriendo enmendar su sistema y darse al consenso nacional antes que a los “opositores” de pacotilla, sumergidos en sus egos y aspiraciones personales.
En el fraude de entrevista que Barack Obama respondió a Yoani Sánchez, que luego se supo por cables de WikiLeaks que fue redactada en la SINA, se indicó que la oposición cubana no suele ponerse de acuerdo entre sí. Los “disidentes” y “opositores”, viven colmados de bajas pasiones, con un ego desbordado. Son dados a la difamación, y a la primera de cambio se comportan como animales en celo cuando notan que pierden protagonismo. Así han sido descritos por un blog contrarrevolucionario.
El trasfondo de las incomprensiones entre los grupúsculos, casi nunca es por un determinado proyecto político. El pleito es o por dinero o por tener mayor influencia de liderazgo dentro de ellos mismos. Luchan por aparecer como interlocutores válidos con el gobierno de Estados Unidos o con la Unión Europea, sumidos en la mediocridad y el descrédito.
Calco y copia de la cochambre politiquera de Miami, actúa en la Isla una menguada, y ridícula disidencia que vive para sí, atada al cordón umbilical de Estados Unidos, que no oculta asignaciones de dinero, o las capitales europeas, cuyos personeros se desesperan y practican en Cuba la injerencia.
Si se quiere demostración está el caso del norteamericano Alan Gross, preso en Cuba, del español Ángel Carromero, juzgado benévolamente por accidente del tránsito, y el sueco Jens Aron Modig libre en su país, entre otros.
Total, que Cuba por su derecho a la independencia, no merece esta entelequia de disidencia promocionada, ni menesteres democráticos poco honorables de los poderosos que intentan dictar sus políticas fracasadas en otros lugares.
La Autora
Noviembre, 2013
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