Lázaro Fariñas*
Los senadores anti cubanos Marco Rubio y Bob Menéndez están muy disgustados porque el zunzún de la USAID dejó de zunzunear. En realidad, el disgusto de estos personajes no es ninguna noticia y solamente en un periódico de tan baja credibilidad, como el que nos gastamos aquí en Miami, el Nuevo Herald, lo destaca en su primera página. Ambos se quejan de que el senador Patrick Leahy haya calificado de estúpido el proyecto de la agencia para el desarrollo de Estados Unidos.
El flamante y poco presentable senador Robert Menéndez, en su afán de defender la labor de la USAID, llegó a afirmar que lo que se estaba haciendo con Cuba no era diferente de lo que estaban haciendo en Ucrania, Rusia, China, Corea del Norte etc., etc. Es decir que, mientras el gobierno de este país está contra la pared en la opinión pública internacional por motivo de los escándalos de escuchas telefónicas y espionajes electrónicos, el bobo de Menéndez sale a vanagloriarse del intervencionismo del gobierno de los Estados Unidos.
Es más, que mientras el secretario de prensa de la Casa Blanca declara que la USAID es una agencia que solo se dedica a realizar una labor puramente humanitaria, este caballero se presta a felicitar públicamente al director de dicha agencia, Rajiv Shah, al decirle en una audiencia en el Senado lo siguiente "Ud. llega en un momento en que la USAID está saliendo en los titulares por hacer, simplemente, la labor que le asignaron hacer". ¿Entonces, cuál es realmente la labor de la Agencia para el desarrollo de los Estados Unidos, la que dice el secretario de prensa de La Casa Blanca o la que dice Mr. Menéndez? Todo hace indicar, por lo que ha estado saliendo a la luz pública en los últimos años, que la labor de esta agencia norteamericana es la que dice Menéndez. De hecho ya esta gente han sido expulsada de otros países por llevar a cabo labores de inteligencia, así que no es nada extraño que durante muchísimo tiempo hayan designado varios proyectos clandestinos para Cuba y los hayan llevado a cabo sin importarles las consecuencia de los mismos.
En este caso, el del ZunZuneo, llama la atención que insistan en afirmar que es totalmente legal y de acuerdo con las leyes internacionales y la de los Estados Unidos, cuando es mentira de la USAID y ellos saben que miente cuando hacen ese tipo de afirmación. Servidores en diferentes países, cuentas clandestinas en Gran Caimán, compañías fantasmas en España y robo de números telefónicos, no puede ser legal en ninguna parte del mundo. De entrada, es ilegal el enviar mensajes no solicitados a celulares y aún más ilegal si se le hace a celulares de otros países. Además es un robo de alta calidad cuando se apoderan de información personal de los usuarios. Aquí el congreso hace años aprobó una ley que específicamente prohíbe el envió de dichos mensajes y el robo de ese tipo de información. Sin embargo, Radio Martí se vanagloria públicamente en Miami de tener un servicio de mensajería hacia Cuba, sin importarle a nadie la ilegalidad en que incurre un organismo gubernamental violando impunemente la ley de este país, y cuando menos, también las leyes imperantes en la Republica de Cuba.
Marco Rubio va mas allá de Menéndez y propone, no solamente la necesidad de alabar el proyecto, sino que hay que restablecerlo y ampliarlo. El pintoresco senador por La Florida que se las da, como decimos en buen cubano, de bonitillo, hizo un gesto de valentía incalculable y envió un mensaje a Cuba desde el mismo salón del Senado en donde se llevaba a cabo la audiencia con el director de la USAID, para afirmar con voz firme, "Si hago esto en Cuba, estoy preso". ¿En qué mundo viven estos personajes de pacotilla? ¿Del teatro vernáculo cubano? Es decir que, cuando en Cuba ETECSA acaba de inaugurar un nuevo servicio para la telefonía celular que amplía la mensajería de texto, este payaso senador anticubano afirma en Washington, sin tan siquiera sonrojarse, que si manda un mensaje en Cuba, termina en la prisión. Hay que tener fuerza de cara para hacer una declaración de ese tipo. Bueno, ya sabemos que fuerza de cara es lo que les sobra a todos estos legisladores que de una forma u otra descienden de cubanos.
Las declaraciones en el Senado de Washington, tanto de Menéndez como de Rubio, son una raya más para el tigre. El odio que esta gente le tiene a Cuba y a su pueblo es un tema viejo, pero el daño que le tratan de hacer a los que allá viven, es constante y malévolo y no se limita a un simple ZunZuneo.
(*) Periodista cubano radicado en Miami.
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