Como en el archiconocido cuento de los tres cerditos —y sirva a ilustración del tema la historia del más perezozo— bastaría apenas un soplo para dejar al "Coco" desnudo, nalgas al aire, aun a riesgo de ganarse el feo y repugnante espectáculo que ha de resultar de tal ejercicio.
Porque para el desmontaje de la versión Fariñas del pasado miércoles 26 de noviembre, en la que el mitómano informa con la ayuda de los medios de siempre que "hubo un atentado" en su casa en Santa Clara y que fueron heridas 5 personas entre ellas, dos mujeres pertenecientes a las llamadas "damas de blanco" a manos del que presentan como “colaborador de los Castro”, sirve no mas dar un googlazo y averiguar quién es el tal José Alberto Botell Cárdenas.
Pues al grano: el agresor es un viejo compinche del vividor de Santa Clara, peón de filas desde 2011 ahora tenido a menos, un trapito sucio que sale al aire (circula en Internet sin protección de copyright ©) en documento de la Oficina de Inmigración y Naturalización de la Florida dando respuesta a una solicitud de 'zancadilla' del psicópata al proceso de otorgamiento de visas para viajar a los Estados Unidos de diez correligionarios so argumento de "no debilitar la membresía de la organización".
Bien curioso que los 'avezados' medios de la contra se les haya escapado el fino detalle de la carta de la oficina en Florida del INS (United States Immigration and Naturalization Service). Están perdiendo facultades y eso les puede acarrear problema$ con quienes distribuyen la paga.
Pero vea usted, cosas de la vida: hasta el propio Fariñas reconoce de manera tácita que la sangría de una decena de sus marionetas vocingleras se revertiría en franco proceso enfilado a la extinción de FANTU, la pretendida 'organización humanitaria' que lidera el 'rey de las huelgas de hambre', no por su perseverancia, sino por el número habida cuenta nunca se toma ninguna en serio, como la del famoso 'Caso Aguacate'.
Aunque detrás del asunto no medien tal vez siquiera cuestiones de animadversión personal ni mucho menos, sino maneras de cómo mantener en pie y a cómo dé lugar el tinglado del negocio que un mes tras otro asegura la generosa 'contribución' desde el Estado Mayor General de la contrarrevolución instalado en la SINA, el tal Botell Cárdenas no lo entendió así, y el resto se colige fácil. El asalariado —que por su anatomía semeja más un grequista de la división pesada que 'pacífico' 'luchador' por los derecho$ humano$, enterado de la 'metedera de pie', no se anduvo con miramientos y entró a la carga para cobrarle factura al mañoso que roba, reparte y se queda siempre con la mejor parte.
Con seguridad, ni esos detalles del affaire, como tampoco el contenido del vídeo con las declaraciones de Botell Cárdenas, quien en su afán de minimizar consecuencias se nos presenta como un 'angelito' hasta con aro de santo, serán mostrados a los lectores del libelo oficialista de la mafia ultraderechista cubanoamericana en Miami, por citar sólo a uno de los medios ladradores.
Pero así fueron las cosas en torno al publicitado intento de 'asesinato político' con el que Guillermo 'Coco' Fariñas pretende hacer méritos y engrosar su dossier de mentiras, para dorar la píldora del nuevo show mediático en torno a lo que en realidad resultó ser una bronquita de solar, otra más, allá por la calle Alemán de Santa Clara..., con la esperanza de que los otro nueve zancadillados no decidan también montarle un show al faquir viajero, empeñado en hacer méritos y no parar hasta gerente general de la agencia Disentur.
- Para un completo seguimiento a los detalles de este tema, recomiendo visitar el blog Isla Mía, de la periodista Norelys Morales Aguilera, o sus cuentas en Facebook y Twitter
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| La carta de la oficina del INS en la Florida, íntegra. |
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| Fragmento que motivó el jirigay con Botell Cárdenas. |
De que hay un show en marcha, lo hay. No sé si con ánimo de pugilato por ver quién gana más méritos ante la SINA y the Uncle Sam, pero allá por el Oriente cubano, uno al que llaman el Maharajá de Palmarito del Cauto salió ahora con otro cuento de que fue atacado por la Seguridad del Estado. Tremebundos estos caras de guante vividores.
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