Asi ha de verse el módulo espacial Philae posado sobre la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko |
El módulo Philae se desprendió de Rosetta como estaba previsto el miércoles y aterrizó unas siete horas después sobre el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.
Philae "está posado en la superficie" del cometa y "nos está hablando", anunciaron en una explosión de júbilo los responsables de vuelo Andrea Accomazzo y Stephan Ulamec, desde el centro de operaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Darmstadt, Alemania.
Desde el 6 de agosto y tras más de 10 años de viaje interplanetario, la sonda no tripulada europea Rosetta se desplazó a escasas decenas de kilómetros junto al cometa, escoltando al cuerpo celeste en su movimiento orbital a medida que se aproxima al Sol.
El módulo Philae cuyo aterrizaje desencadenó una salva de aplausos en el centro espacial alemán, permitirá explorar directamente el núcleo del cometa, es decir la parte sólida que por el efecto de la radiación solar genera la "coma" o cabellera y deja una cola a veces visible de gases y polvo.
"Es un gran paso para la civilización humana", dijo Jacques Dordain, director general del programa espacial europeo. "Somos los primeros que lo logramos -dijo- y eso quedará para siempre".
Por su parte, la NASA consideró este logro como "el avance del momento en la exploración" del sistema solar y "un hito para la cooperación internacional".
Para que se tenga una idea exacta de la distancia a que se realizó esta exitosa operación, sirva este dato: a la velocidad de la luz, los datos enviados a la Tierra mediante señal de radio demoran 28 minutos y 20 segundos en llegar al centro de operaciones de Darmstadt.
Preocupación sobre anclaje
El cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko se encuentra actualmente viajando entre las órbitas de Júpiter y de Marte. Tiene forma irregular, posee dos núcleos y mide aproximadamente unos cuatro kilómetros de diámetro.
A causa de su reducido tamaño, este incansable viajero estelar apenas genera fuerza de gravedad, por lo que fue suficiente un leve impulso mecánico desde la sonda Rosetta para lanzar la operación de aproximación de Philae: siete horas de lenta caída libre que alcanzó la velocidad de un metro por segundo (3,5 km/h) en el momento del impacto.
Repleto de instrumentos de observación, Philae carece de sistema de desplazamiento autónomo, tiene el tamaño aproximado de una heladera y pesa unos 100 kilogramos.
La superficie del cometa está cubierta de polvo, su temperatura es de unos 70ºC bajo cero y a pesar del "aterrizaje" exitoso nada garantiza la ausencia de imprevistos.
El lugar escogido en la superficie del cuerpo celeste para posar al módulo fue bautizado Agilkia, nombre que hace referencia al Antiguo Egipto, al igual que Philae, la isla del Nilo donde estaban los jeroglíficos que permitieron descifrar la piedra de Rosetta.
Para evitar que rebotase sobre la superficie del cometa, Philae está dotado de un sistema de arpones en las patas, destinados a asegurar su anclaje inmediato. Sin embargo, existe preocupación de que estos medios de sujeción no se hayan accionado correctamente.
"Hay indicios de que pueden no haberse activado, lo cual quiere decir que estamos sobre suelo blando y que no estamos anclados", dijo a la prensa el director de vuelo de Philae, Stephan Ulamec.
Si el robot no está fijado al suelo, ello podría dificultar que algunos instrumentos, como la perforadora encargada de tomar muestras del suelo, lleven a cabo eficientemente su misión, declaró a la AFP el jefe del proyecto Rosetta en el Centro Nacional de Estudios Espaciales de Toulouse (Francia), Philippe Gaudon.
Sembrando vida entre los planetas
El contacto en el espacio se produjo tras 6 mil 400 millones de kilómetros de recorrido interplanetario, una operación realizada a un costo de mil 300 millones de euros.
Iniciado en marzo de 2004, el periplo espacial comenzó con varios sobrevuelos de la sonda alrededor de Marte y la Tierra para tomar impulso auxiliada por la fuerza gravitacional de ambos planetas y ganar velocidad.
Luego se mantuvo en un período de hibernación que le permitió ahorrar energía, pero siempre viajando en 'automático' hacia su destino, antes de ser "despertada" nuevamente desde la Tierra al aproximarse a su meta.
Los cometas son agregados de polvo y hielo primordial, escombros restantes del proceso de formación del Sistema Solar ocurrido hace 4 mil 600 millones de años.
Por eso Philae intentará analizar in situ con sus instrumentos esta "bola de nieve sucia" y descifrar las claves para comprender cómo se formaron los planetas alrededor del Sol.
Una de las teorías es que los cometas, al interactuar con la Tierra, ayudaron a sembrar la vida en ella, al transportarle agua y moléculas orgánicas.
Si todo sale bien, Rosetta y su robot seguirán enviando información cuando el cometa esté en el punto de su trayectoria más cercano al Sol, en agosto de 2015.
Luego se anticipa que bajo el efecto del polvo y las proyecciones deje de escrutar los secretos del cuerpo celeste y se dé por finalizada la misión. (Véronique MARTINACHE / AFP)
Recreación ilustrada del robot Philae sobre la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Este material gráfico fue divulgado el 20 de diciembre de 2013. |
El astrofísico Jean-Pierre Bibring afirma que la misión
revelaría si la vida extraterrestre existe.
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