La guerrilla colombiana de las FARC liberó este domingo sanos y salvos, durante un procedimiento humanitario con asistencia del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), a un general del ejército y a otros dos rehenes capturados hace dos semanas, allanando con ello el camino para que se reanuden en La Habana las negociaciones de paz que el gobierno había suspendido por las capturas.
En su cuenta de Twitter, el presidente Juan Manuel Santos confirmó la noticia y escribió: “Liberado Alzate, abogada Urrego y cabo Rodríguez en perfectas condiciones y esperando condiciones climáticas para regreso a sus familias”.
El general Rubén Alzate el oficial de más alto rango capturado por la guerrilla, había sido retenido por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) desde el pasado 16 de noviembre. Alzate y sus dos acompañantes, habían sido capturados en la selva del departamento del Chocó, después de desembarcar de una lancha en el caserío de Las Mercedes, a orillas del río Atrato.
El proceso de paz entre los rebeldes y el equipo negociador del presidente Juan Manuel Santos ha logrado más avances que todos los intentos anteriores, pero quedó sumido en su peor crisis cuando a raíz del episodio el mandatario suspendió unilateralmente las conversaciones y condicionó su continuidad a que se liberara al general Rubén Darío Alzate y otros cuatro detenidos.
Pese a que la liberación del general abre la puerta para reanudar las negociaciones, las FARC dijeron que no será fácil retomarlas porque la confianza construida se rompió con la suspensión.
En un mensaje desde La Habana, transmitido por la cadena multinacional TeleSUR y leído por el comandante Iván Márquez, las FARC-EP confirmaron que la operación se realizó “pronta y sin sobresaltos” y agradecieron el acompañamiento de los países garantes de los diálogos de paz (Cuba y Noruega).
La guerrilla se pronunció por el rediseño de las ”reglas del juego”, al considerar que un proceso de paz que ha llegado hasta este punto, no puede estar sometido a “actitudes precipitadas e irreflexivas” que aplazan el advenimiento de la reconciliación nacional, una “tarea histórica y hermosa”.
“Zafémosnos de la incoherencia de hablar de reconciliación (...) sin apagar el fuero de los fusiles (..) que atizan la guerra”, señaló Márquez, quien concluyó que “ha llegado la hora de la justicia”.
Cuba y Noruega, garantes del proceso, ayudaron a facilitar un acuerdo para liberar a los rehenes. Con anterioridad también regresaron a sus hogares dos soldados apresados por las FARC-EP durante un combate en Arauca en el noreste colombiano.
Porque aunque las partes han estado dialogando en La Habana, siguen combatiendo sin tregua en las selvas y montañas de Colombia. Santos se ha negado a firmar un cese bilateral del fuego como piden las FARC porque cree que los guerrilleros podrían aprovecharlo para dilatar indefinidamente la negociación. Los bombardeos de los militares son frecuentes, así como los ataques y secuestros de la insurgencia.
En el proceso que busca acabar con medio siglo de conflicto, se estiman en más de 200 mil los muertos y en 6 millones las personas perjudicadas de forma directa por los enfrentamientos.
Tras el término del protocolo humanitario especial, quedan abiertas las puertas nuevamente para reanudar el diálogo entre las partes beligerantes, que ya alcanzaron consensos en temas como reforma rural integral, participación política y drogas ilícitas. Aún quedan pendientes temas complejos como la compensación a las víctimas, el fin de la violencia y la aprobación por parte de los colombianos de los acuerdos.
Representantes de diversos sectores, activistas, defensores de derechos humanos instan al pronto restablecimiento de las pláticas para lograr la esperada firma de la paz. (Resumen de agencias)
No hay comentarios:
Publicar un comentario