En términos coloquiales habría que decir que está calentito, como recién salido del horno, para aplicar un simil propio de la repostería. Y es que a menos de 24 horas de ver la luz en el ciberespacio, y de manera particular en la Blogosfera Cuba, así puede hablarse de Soy un espía, dicen, el recién lanzado blog de René González Sehwerert, el primero de nuestros cinco luchadores antiterroristas que logró salir de la prisión estadounidense donde cumplió injusta condena, no sin antes purgar íntegros los trece años solicitados por el ministerio fiscal tras amañado juicio en Miami, más un período añadido -que a muchos nos pareció un siglo de espera- de libertad vigilada en aquel país.
Desde entonces, ya en Cuba, René no ha hecho otra cosa que dedicar cada minuto de su existencia a librar denodada batalla por el regreso de sus hermanos aún confinados en cárceles de los Estados Unidos.
Primero cuatro, ahora tres tras la excarcelación de Fernando González Llort en términos como los suyos: cumplimiento a rajatabla de la sentencia.
De modo que el blogroll de Fanal Cubano ha aumentado en otro miembro, sí, porque Soy un espía, dicen aparece ya en mi lista de blogs, donde espero verlo siempre arriba, en señal de la frecuente actualización de esta bitácora que será como el diario para dejar constancia de cada nuevo esfuerzo, cada nuevo combate por el regreso de Gerardo, Tony y Ramón.
Aquí les va el primer post de René, quien en su estreno como bloguero confiesa las razones que le llevaron a incursionar en la blogosfera.
Por qué me enredo en la red
(Read english version)
Este post constituye mi presentación en el mundo de la blogosfera. Para él he contado con la gentileza de personas que me han precedido en este campo. No todos comparten el mismo pensamiento, pero les une el deseo de una Cuba mejor y una honestidad intelectual que respeto. También les une el apoyo a la causa de los Cinco. En este punto representan a millones de personas tanto en Cuba como en el resto del mundo.
He querido que este cuestionario responda a algunas de las interrogantes de esos millones de personas. Aspiro a que con el desarrollo del blog vayan apareciendo más respuestas, incluso para muchos otros que no conocen del caso o que conociéndolo, por razones diversas, no están hoy del lado de los Cinco.
Creo sinceramente en la verdad como valor. Creo que acceder a ella beneficia a todos, aun los que se rehúsen a escucharla. Confío en que se abrirá paso a través de esta bitácora.
1- Por Acerca de Cuba y Blogs Cubanos: Josephcalvet
Cuando se abre un blog se tiene presente por qué se hace, qué se desea compartir. En tu caso, René, qué pretendes con el blog. Mucha suerte y seguro que será muy bien acogido.
Obviamente, todo lo que me mueve tiene relación con la causa de mis hermanos presos. Espero que el blog sea una contribución a la ruptura del muro de silencio que se ha tendido sobre el caso. Se trata de un juicio largo y complejo, viciado por la venganza y fragmentariamente divulgado. En mis contactos con las personas me doy cuenta de que esa fragmentación se refleja en el conocimiento sobre sus pormenores.
El blog ofrece una oportunidad de que la historia sea abordada directamente por nosotros Cinco, utilizando un formato que permite el diálogo personal, fluido y permanente con quienes deseen aproximarse a ella. Aspiro a una contraposición respetuosa de los diversos abordajes al caso y a través de ella a esclarecer los puntos oscuros del mismo. Espero que este formato sirva para extender el conocimiento del tema a audiencias que si bien no tienen que ser de izquierda, por un sentido de justicia elemental pudieran rechazar la burda revancha que motivó a los fiscales. Este rechazo desde fuera de la izquierda ya se ha dado, y si no se ha replicado más es precisamente debido a la poca exposición de las personas al proceso.
En ese sentido, el blog será también un repositorio de documentación original sobre el juicio y su zaga, de modo que el que lo desee pueda usarlo como referencia y –al decir de un amigo- “sacar sus propias conclusiones”.
2- Por La Joven Cuba: Harold, Osmany y Roberto.
En el proceso de cambios que atraviesa el país la blogosfera cubana participa activamente, según su opinión: ¿Resulta legítimo que medios alternativos como los blogs cubran los silencios que deja la prensa nacional? ¿Existen límites para la crítica en un bloguero revolucionario?
Creo que lo que legitima a un blog es el ser una manifestación de un derecho natural: El derecho a expresarse. Es normal y legítimo que si la prensa deja silencios estos sean llenados por otras manifestaciones de la expresión, y los blogs serán una de ellas; pero aun cuando se invente la prensa sin silencios –y este blog busca precisamente llenar uno de los más ensordecedores que pueda concebirse, erigido alrededor del caso de los Cinco- las personas seguirán ejerciendo el derecho legítimo a expresarse ya sea a través de blogs o de cualquier otra manera. Claro, luego estará la opinión del lector en cuanto a la legitimidad o no de lo que expresa el blog, pero eso es otra historia.
Yo pienso que el límite a la crítica en un bloguero revolucionario debe de ser autoimpuesto a partir de su sentido de la responsabilidad; lo que plantea sobre ese bloguero un reto más elevado que el que enfrentaría otro bloguero no comprometido con los fenómenos sociales. Las aseveraciones tienen impacto en el mundo real; y ese impacto debe de ser medido en todo lo posible por quien las va a emitir desde el compromiso con la suerte de sus semejantes. La verdad, la objetividad y el rigor son valores intrínsecamente revolucionarios y límite suficiente para el ejercicio de la crítica por quien lo sea.
3- Por La Pupila Insomne: Iroel Sánchez.
Desde que leí en la prensa fragmentos del diario que escribiste durante el juicio contra ti y tus compañeros, me impresionó tu facilidad para redactar de manera atractiva, con una gran capacidad de síntesis, aguda observación y el empleo hábil de recursos como la ironía. Pero hace alrededor de un año, en un encuentro con blogueros cubanos, en que evidenciaste un conocimiento profundo del fenómeno de los blogs en Cuba, dijiste “la blogosfera es una vocación, yo no tengo esa vocación” ¿Qué ha cambiado en ti, o en las circunstancias, para que te hayas decidido a dar este paso y abrir un blog?
Gracias por los elogios, que espero merecer. En realidad lo único que cambió fue que me reuní con ustedes. Todo lo demás sigue igual.
Desde luego, compartía con ustedes el concepto de que hay que ir dando la batalla también en las redes, y de que es un campo como cualquier otro que no hay por qué ceder al adversario. Sólo que ustedes me convencieron de que yo debía de participar personalmente en él y eso fue lo que hice.
No sé si algún día desarrollaré la vocación por la blogosfera. Entre mis vocaciones está la de revolucionario, y como tal la del ejercicio del debate. Por lo pronto lo que me impulsa es la lealtad hacia mis tres hermanos injustamente presos y la urgencia de hacer algo para poner fin a tal injusticia. Entretanto, me alegra que haya tantos cubanos talentosos que tengan esa disposición. Ellos son los precursores de una blogosfera que espero algún día, bajo mejores condiciones, pueda aportar un rico y profundo contenido a unas redes que bien lo necesitan.
4- Por Paquito el de Cuba: Francisco Rodríguez Cruz.
Todavía retenido en los Estados Unidos después de salir de prisión, nos sorprendiste con tu apoyo a quienes en Cuba hacemos activismo por los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y trans, y fue tu participación en la Jornada Cubana contra la Homofobia una de tus primeras actividades públicas al regresar de manera definitiva a tu patria. ¿Cómo la blogosfera te permitió estar al tanto de las nuevas luchas revolucionarias en nuestro país y en qué medida piensas que este nuevo blog tuyo pueda contribuir a combinar la justa causa de la libertad de los Cinco con otras tantas aspiraciones de nuestra juventud y nuestro pueblo?
Aún en prisión pudimos tener cierto contacto con la blogosfera a través de los compañeros de la Sección de Intereses en Washington, que nos proveyeron sistemáticamente de contenidos diversos generados en ella. Así entramos en contacto con una pluralidad de opiniones que no habíamos experimentado en la época en que vivíamos en la isla. Luego aprovechamos la libertad supervisada para conectarnos y palpar “en vivo” esa pluralidad; reflejo natural de una realidad que demanda cambios más profundos de los que demandábamos entonces.
La causa de los Cinco y las aspiraciones de nuestra juventud y de nuestro pueblo están ligadas por su justicia inherente, más allá de la existencia de este blog. Nuestro pueblo y sus jóvenes nos manifiestan un cariño que sólo puede ser respondido por la adhesión con que nosotros decidimos un día arriesgarlo todo por ellos, y por el compromiso hacia todos en que ese cariño nos pone en lo adelante. Tan justo es luchar por la libertad de los Cinco como por la construcción de esa sociedad con todos y para el bien de todos que aspiramos heredar a nuestros hijos. No se pueden separar ambas causas.
Creo que esa comunión se manifestará espontáneamente en los intercambios que se produzcan en el blog; y aunque no debo de pecar de presuntuoso sería bueno si en alguna medida tales intercambios contribuyen al debate abierto y plural que necesitamos en el camino a la materialización de esas aspiraciones a que haces referencia.
5- Por Yadira Escobar: Yadira Escobar.
René González, usted nació en los Estados Unidos, pero por razones particulares se vio en la necesidad de renunciar a su ciudadanía. También se relacionó e hizo amigos dentro de la comunidad cubano-americana. Es una comunidad donde viven muchos que rechazan el terrorismo, y que aunque no comparten los valores de la Revolución cubana, conservan lazos sentimentales con su país de origen ¿Cree usted que a pesar de las diferencias ideológicas vale la pena una gestión de acercamiento cultural con vistas a una reconciliación entre cubanos en el área política?
Como bien dices dejé buenos amigos en la comunidad cubano-americana. También una familia que se portó muy bien conmigo, y que puso a un lado sus preferencias políticas para apoyarme cuando más lo necesité. Cada uno ha respetado los criterios políticos del otro sin necesidad de que intervenga un proceso de reconciliación, dado que nunca medió un conflicto personal entre nosotros.
Por eso me pregunto si el quid de la solución a nuestras separaciones radica en verdad en una reconciliación, o si es que reside en el fin de la política de agresiones contra Cuba desde el gobierno norteamericano. ¿Qué pasará cuando todos a ambos lados del Estrecho de la Florida dejemos de ser rehenes de tal política? Quizá en lugar de reconciliación lo que veremos será, en la inmensa mayoría de los casos, un reencuentro. Al menos eso es lo que ha demostrado la práctica. Por lo pronto, esa política sigue condicionando actitudes y conductas en ambas orillas que me atrevería a decir son impuestas por esa circunstancia, pero no resistirían la normalización de relaciones entre los dos países. Son comportamientos que se irían desvaneciendo porque hemos sido forzados por una política deliberada a sostenerlos.
Por el mismo hecho de ser anormales, las circunstancias actuales tienen que desaparecer. Quienes se resisten a ese inevitable ven un peligro en el intercambio cultural, y lo combaten como pueden. Los que queremos que esas condiciones desaparezcan creemos que es válido el intercambio, y pensamos que es un buen paso en la consecución de la normalización de relaciones. Una vez levantado ese obstáculo se producirá ese proceso que –repito- en mi opinión para la abrumadora suma de los cubanos en ambas orillas será no una reconciliación sino un reencuentro. Claro, habrá casos particulares de rencores –justificados o no- y también quienes con más o menos razón se sienten victimizados por eventos desarrollados en estos años, pero estamos hablando del impacto que para el cubano promedio tendría en ambas orillas un cambio en la situación.
Desde luego, se refinarán las mañas del gobierno norteamericano para conquistarnos mediante otras formas bajo las nuevas circunstancias. No se puede ser ingenuo en eso, y quienes defendemos el proyecto revolucionario tenemos que lograr que sea ese proyecto el que defina las condiciones de tal reencuentro. Pero esto no significa que haya que rehuir el reto. Yo apuesto por la normalización, y creo que el intercambio cultural tiene un papel positivo que jugar en ella. De hecho lo está jugando, a juzgar por las reacciones de quienes se le oponen.
6- Por El Adversario Cubano: Raul Capote.
¿Cómo piensas se inserte tu bitácora en la blogosfera cubana en medio del debate de ideas que generan los cambios en el modelo económico cubano?
Aunque no es el propósito primario de esta bitácora el insertarse en un debate de ideas de naturaleza más amplia que la idea que la anima, por lógica es de esperar que la participación de los foristas haga derivar ciertos intercambios hacia el tema. Quizá uno que otro post se aventure al abordaje de los cambios en el modelo económico, por las implicaciones que tiene para todos y el lógico interés que para cualquier revolucionario despiertan.
No se puede obviar que alrededor de esos cambios se gestan también proyectos de restauración capitalista. La gama de posiciones tanto desde la Revolución como desde la contrarrevolución es muy amplia. Es imposible que un blog comprometido con la construcción del socialismo se pueda sustraer a la discusión de dichos temas.
Dando eso por descontado, lo que resta es tratar de que el blog juegue un papel constructivo en relación a la realidad en que se insertarán mis tres hermanos presos una vez que hayamos logrado traerlos de vuelta a casa.
7- Por Cartas desde Cuba: Fernando Ravsberg.
La distancia a veces nos engaña y tendemos a idealizar lo que amamos. Al llegar a Cuba te habrás encontrado con corrupción, ineficiencia, falta de productividad, una burocracia de fábula y un duro bloqueo interno. ¿Cómo fue tu choque con la realidad?
Bueno, la distancia desde Miami tiene otra connotación. Allí engaña la prensa para hacerte creer que lo que amamos dejó de existir. De hecho, se requiere de un considerable esfuerzo para encontrar esa realidad aprisionada entre la idealización que te acompaña y la propaganda perversa de los medios.
Tanto los familiares en sus visitas a la cárcel, como los compañeros de la Sección de Intereses en Washington, me fueron revelando no solo la realidad cubana sino también la diversidad de interpretaciones que de ella han derivado. De modo que yo no utilizaría la palabra “choque”. Tal vez mejor decir que un abordaje. No he encontrado muchas cosas que me sorprendan, de lo que me alegro.
Aplicando una perspectiva dialéctica y acudiendo a Lenin, la historia avanza dos pasos y retrocede uno. No se puede ignorar lo que significó para Cuba la humillante rendición incondicional de los soviéticos. Casi se puede decir que el mundo retrocedió dos pasos. Falta por ver si logramos avanzar tres. Por lo pronto, regresamos a un universo en que prima la corrupción –comenzando por la de los más elementales valores-, en que la productividad y la eficiencia de un polo se erigen sobre la miseria de otro, en que la burocracia ya había sentado cátedra y el bloqueo yanqui se ha extremado. Aspirar a que el mundo sufriera esa reversión y esta pequeña islita siguiera siendo igual era ilusorio. No se puede construir el socialismo en una burbuja.
Yo creo que al final es una etapa interesante para estar en Cuba y participar de su proceso político. En la cárcel aprendes que se puede crecer a la sombra de las peores circunstancias, y eso también es aplicable a un pueblo que despierta a un entorno nuevo y más agresivo, aun cuando ese cambio ha inducido retrocesos. También ha promovido avances como la superación de dogmas, una pluralidad de visiones que es saludable y un debate que vale la pena estimular.
Ahora se trata -parafraseando ese aforismo que algunos atribuyen a la madre África- de encontrar el valor para cambiar lo que puede ser cambiado, la serenidad para aceptar lo que no puede ser cambiado, y la sabiduría para distinguir entre ambas cosas.
Con ese espíritu asumo este abordaje de la situación cubana.
7- Por La Isla Desconocida: Enrique Ubieta.
René, los superhéroes norteamericanos (ya sean del “tipo” de Superman o de Rambo) son inimitables y expresan un poder superior. Elpidio Valdés, en cambio, se apoya en la valentía, la inteligencia y la picardía. ¿Esas construcciones se corresponden con un concepto y un paradigma de héroes que se asocia, respectivamente, a cada proyecto de nación? ¿Cómo describirías el paradigma cubano del héroe?
Obviamente no es lo mismo construir un imperio que levantar sobre una nación de la periferia neocolonial un proyecto de estado soberano. Los héroes ficticios –y los ejemplos que pones tanto de uno como de otro proyecto lo son- al final terminan representando lo que cada uno de esos diseños ha tomado de su historia real para representar al héroe; a lo que se suma en el caso del establishment norteamericano el extravío histórico como herramienta de alienación y adormecimiento. Sería mucho pedirles que asumieran como héroes a hombres como Nat Turner o John Brown. Para ellos es más eficaz glorificar a Custer o a Roosevelt, cuya heroicidad en la vida real tiene tanto de ficticio como la humanidad de los paradigmas suyos a que haces referencia. Al final los héroes son construidos –o seleccionados- a imagen y semejanza de quienes rigen la comunidad que representan. Es difícil imaginarse una sociedad en que el presidente pueda hacer el ridículo que hizo Bush al aterrizar en un portaaviones para proclamar la supuesta victoria en un conflicto, sin que hubiera consecuencias políticas. Hay algo de alienación colectiva en eso que requiere de un “trabajo de mesa” multigeneracional; incluyendo la narrativa de la que resultan caricaturas como Supermán o como Rambo.
Elpidio Valdés representa a ese sencillo mambí que hasta que la guerra se lo impuso probablemente era ajeno a su propia valentía. Fue ese cubano, lo mismo soldado como general, que terminada la guerra se regresaba a su conuco y seguía labrando la tierra. Es el mismo guajiro que luego protagonizara en la Sierra una hazaña militar asombrosa; pero también el cubano que en la paz se fue a alfabetizar o se movilizaba buena parte del año hacia la zafra. A diferencia del ciudadano común que observa boquiabierto cómo Spiderman le resuelve el problema con “los malos” nuestro héroe es el ciudadano común mismo, escribiendo la historia como protagonista de un proceso de emancipación colectiva, pero también individual en cada miembro de ese colectivo.
Ese es mi paradigma de héroe: El ciudadano común, consciente de su mortalidad y de la vulnerabilidad de su condición humana para quien la conducta que lo enaltece implica un sacrificio, pero sin otras pretensiones lo acepta como costo por hacer sencillamente lo correcto.
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