Héctor Díaz-Polanco, antropólogo, sociólogo, ensayista e historiador mexicano. |
Durante una conferencia sobre el tema ofrecida en el Club de Periodistas de México, el también sociólogo, ensayista e historiador dijo que este paso igualmente demuestra el fracaso del bloqueo norteamericano mantenido por décadas contra la isla en el intento de aplastar a Cuba, a un gran costo para su pueblo.
Recordó que esta gran noticia del 17 de diciembre pasado estuvo acompañada por otro relevante hecho, de una gran carga emocional: el regreso a la patria de los antiterroristas cubanos que aún cumplían injusta condena en cárceles estadounidenses -Antonio Guerrero, Gerardo Hernández y Ramón Labañino.
Entre los factores que a su juicio posibilitaron el acercamiento entre ambas naciones está la construcción desde el triunfo rebelde de 1959 "de un sistema revolucionario con sentido colectivo, principios de soberanía y de independencia nacional", precisó.
Revolución, socialismo y sentido nacional, dignidad, están íntimamente relacionados en Cuba, que ha hecho que la isla sobreviviera a los ataques norteamericanos desde diversos ángulos, expuso.
Explicó que este cambio de Estados Unidos se debió asimismo a la propia política exterior del gobierno cubano, su firmeza al no apartarse de principios fundamentales.
Otro elemento influyente, a su juicio, fue la solidaridad internacional y sus resultados, porque "el estado que tuvo el propósito de aislar a Cuba, obtuvo el efecto contrario".
Citó al respecto las votaciones por más de 20 años en la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con sede en Ginebra, Suiza, de resoluciones contra la injusta medida punitiva, respaldadas por la gran mayoría de países.
A su entender, también influyó en el hecho la irrupción de gobiernos progresistas como los de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, y de igual forma Argentina y Brasil, con una política inclinada cada vez más a la soberanía, mientras Estados Unidos quedaba cada vez más aislado, señaló.
Vinculado a la aparición de gobiernos progresistas, surge en América Latina un proceso de integración de los que son ejemplos la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), subrayó.
La denominada nueva política de Estados Unidos hacia Cuba no persigue otra cosa que el mismo objetivo de siempre, provocar un cambio, ahora disfrazado con nuevos ropajes, al estilo de estas declaraciones del secretario de Estado, John Kerry, durante una audiencia ante la comisión de Asignaciones Presupuestarias del Senado estadounidense: "Es realmente la oportunidad de proporcionar al pueblo de Cuba la posibilidad de una transformación. Y tengo la esperanza de que podamos completar esa tarea".
En la visión simplista de Kerry, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas bilaterales, interrumpidas en la década de 1960, permitirá "remover un pretexto que ha sido utilizado durante décadas (...) el gobierno cubano no podrá culparnos por causa del embargo. Tendrán que asumir responsabilidades por sus propios errores".
Nada, que como mismo no se ruborizan al plantear que a determinados países que no se pliegan a sus designios en determinado momento ellos serían capaces de torcerle el brazo, a los Estados Unidos les revuelve las bilis reconocer el fracaso de su política de aislamiento primero y bloqueo total después contra Cuba, tal cual ha dejado en claro la conferencia del antropólogo Héctor Díaz Polanco.
El encuentro fue auspiciado por el Movimiento Mexicano de Solidaridad con Cuba, que aprovechó la ocasión para convocar al XX Encuentro Nacional de Solidaridad con Cuba, que tendrá lugar 21 y 22 de marzo próximo en la Universidad Obrera de México, sita en el Centro Histórico del Distrito Federal.
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