Luis Manuel Arce
Podemos seguir adelante muy bien sin la Organización de Estados Americanos (OEA), por tanto, si no asume una actitud respetuosa frente a nuestros países, será reducida apenas a una organización de Estados Unidos y Canadá.
Esa tajante afirmación corresponde a Frei Betto, el conocido dominico brasileño representante de la Teología de la Liberación, quien visitó a Cuba por la reedición de su exitoso libro Fidel y la Religión, impreso hace 30 años.
La visita de Betto a La Habana coincidió con la celebración de la VII Cumbre de las Américas en Panamá, y fue desde la capital cubana donde pudo seguir paso a paso la cita continental en la que por vez primera participó Cuba representada por su presidente, Raúl Castro.
En una entrevista exclusiva con Prensa Latina sobre ese acontecimiento y el triste papel jugado por la OEA al otorgar credenciales a mercenarios y negarlas a representantes verdaderos de organizaciones de varios países, incluida Cuba, Betto hizo algunas reflexiones.
"Aún es muy temprano para dar una evaluación concreta. Sin embargo, el hecho de Cuba retornar y ocupar el centro de la atención en Panamá, ya de por sí representa un marco histórico. Sobre todo, porque obligó al presidente Barack Obama a la autocrítica, aún no siendo sincera".
El religioso brasileño aclaró que, en su criterio, la presencia de Cuba en la VII Cumbre es el resultado de la pasión de los países latinoamericanos y caribeños que unidos amenazaron con hacer implosionar a la OEA.
"Al menos en el discurso, Obama tuvo que abandonar la tradicional arrogancia de los ocupantes de la Casa Blanca en relación con América Latina", dijo Frei Betto.
En su análisis de las fortalezas y debilidades que América Latina y el Caribe presentaron en la Cumbre, el teólogo de la liberación consideró que los países de la región saldrán fortalecidos en la medida en que los progresistas, sobre todo gobiernos como el de Venezuela, enfrenten a los Estados Unidos de igual a igual y digan verdades que la Casa Blanca no acostumbra a oir.
"La debilidad consiste en el hecho de que Estados Unidos y Canadá disponen de poderes, sobre todo económicos y militares muy superiores a los demás países del continente", apuntó.
Siguiendo esa misma idea, Betto explica que Estados Unidos se vio obligado a admitir la existencia de solidaridad entre los países del continente, y que no basta con cambiar sus métodos en relación con esos países. Lo principal es modificar los objetivos, que continúan siendo imperialistas e intervencionistas.
Entrando de lleno en la valoración de la OEA y el poco sentido que tiene su permanencia al seguir actuando como un Ministerio de Colonias de Estados Unidos, lo cual quedó evidenciado con la infamia de dar credenciales y créditos a mercenarios a sueldo, el teórico brasileño fue muy enfático.
"Los Estados Unidos saben que hoy existen nuevos organismos que congregan nuestros países, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que excluyen la participación de la Casa Blanca.
"Podemos seguir adelante muy bien sin la OEA. Por tanto, si ella no asume una actitud respetuosa frente a nuestros países, será reducida a ser apenas la Organización de Estados Unidos y Canadá".
Sobre el mismo tema, y reflexionando sobre el hecho de que la OEA pudiera existir en tanto y cuanto es un ámbito de interlocución con Estados Unidos y Canadá, y que incluso pudiera ser sustituida por el propio mecanismo de las Cumbres de las Américas, el entrevistado estima que es necesario ver cómo la Casa Blanca se comportará de aquí en adelante.
Finalmente, hablando de la dicotomía que puede sugerir la convivencia en el tiempo de la CELAC y la OEA, cuyos miembros latinoamericanos y del Caribe son los mismos, Betto admite cierta incongruencia ocasional de sus integrantes al sur del río Bravo que a veces no son unánimes en sus votaciones o análisis.
Según Frei Betto eso se debe en parte a que los Estados Unidos generan un desequilibrio de fuerzas y hay jefes de Estado del continente que infelizmente aún son lacayos del imperialismo.
Versión en portugués:
- Frei Betto: Podemos seguir adiante muito bem sem a OEA
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