Cuba se medirá a Sudcorea en la fase de cuartos de final. Foto: Yonhap News |
Lo de actuación de altas y bajas no es necesario explicarlo. Se pierde o se le gana apretado, pero bien, a los 'grandes' de la poule para al siguiente día aparentar rotundez frente a otro de menos cualidad que termina empatando un juego visto para sentencia y nos obliga a llegar a la victoria in extremis.
Y el de hoy, el que todo el mundo veía como asunto de complacencia, finalmente se convirtió en pesadilla, en trámite de cara o cruz después del buen duelo que perdimos ayer frente a los anfitriones, en gran medida por los caprichos de un Víctor Mesa que no acaba de metabolizar aquello de que en el béisbol nada resulta tan estimulante para un bateador contrario como herirle el orgullo. Con menos, muchísimo menos regocijo que en aquel choque del 'Sandino' en la final Villa Clara-Matanzas, los cubanos sentimos igual de rotundo el galletazo sin mano. Sólo que los papeles estaban trocados: Ariel Pestano por Chim-Sheng Lin.
Perdíamos la oportunidad de ir al cierre con cupo a mitad de bolsillo. Pero nada. Hubo que guapearlo y bien contra los azzurra, mientras Despaigne nos sacaba las castañas del fuego con el hit decisivo después de poncharse en el primero y sexto capítulos. Esos son los peloteros de talla extra, como ese Fréderich Cepeda al que más de una vez hemos invocado en este Premier 12 como diciendo, ¡caramba, quién lo tuviera a mano!
Había que ganar de a todas, pues uno nunca sabe. Y en verdad hubiésemos quedado colgados de la brocha, pues en la fecha de cierre, en otro imprevisto resultado que dejó fuera de la fiesta al anfitrión, Taipei perdió su juego contra Puerto Rico y los boricuas se ganaron el derecho de acceder a cuartos de final.
Cuba venció por cerrado marcador de 2x1, en duelo en el que los antillanos volvieron a batear muy poco ante tres lanzadores italianos, entre ellos el diestro Alesandro Maestri, un hombre que tiene en su haber la experiencia sumada de cuatro campañas con los Búfalos de Orix, equipo del segundo mejor béisbol profesional del mundo después del de la MLB, el japonés.
Durante cuatro capítulos y dos tercios que parecieron la eternidad misma, el derecho de 30 años cerró a cal y canto la ofensiva cubana. En ese lapso el tirador oriundo de Cesena, capital de la norteña provincia italiana de Forlì-Cesena, solo toleró una limpia, la de la paridad, pues cuando entregó el box el choque iba parejo en el marcador luego que en la segunda entrada los bambinos le enredaran la pita al abridor cubano Yosvani Torres.
Por suerte, el pinareño consiguió tomar un segundo aire y caminar de manera impecable el resto del duelo, pero como había sucedido hasta hoy, cuando se recomponía una parte cancaneaba la otra. Y así, mientras el pitcheo respondía a las expectativas, la toletería cubana fallaba estrepitosamente frente a un staff que había sumado la bicoca de 34 carreras, con 42 cohetazos, sin contar el aderezo de una defensa de equipo con seis máculas.
Pensando tal vez en el choque de menos presión, hubo movimientos en un roster que con sus falencias consabidas había demostrado funcionar. Sin provocar alteraciones en el line up, la dirección del conjunto puso a Osvaldo Vázquez en el octavo turno como designado, mientras el más pequeño de los Gourriel pasaba a defender la segunda almohadilla y Alfredo Despaigne patrullaba el prado izquierdo.
A veces basta la introducción de un mínimo cambio para que las cosas no marchen como lo habían hecho antes. Y justo eso sucedió, Cuba fue maniatada, aunque por suerte, reitero, por suerte, en el dichoso Lucky Seven la diosa fortuna decidió decantarse del lado nuestro: puso en manos del fornido granmense la decisión, y con cohete Despaigne remolcó desde la intermedia a Yordan Manduley, quien había ingresado a la ruta por boleto y fue llevado a segunda gracias a sacrificio de Lourdes Jr.
Para afincar la ventaja mínima, otro pinareño, Livan Moinelo, se encargó de repetir un excelente relevo frente a la disminuida tanda italiana.
Con este triunfo de visos risibles Cuba aseguró su clasificación a cuartos de final, y casi simultáneamente celebró su segundo lugar en el grupo A, pues Canadá venció 3x1 a Holanda, resultado que le aseguró a los tulipanes terminar con balance de tres éxitos y dos fracasos, similar al de los nuestros que habían asegurado el compromiso particular.
Como ya les adelantaba, Puerto Rico se ganó el cuarto boleto de la llave tras su peleada victoria frente a Taipei de China, selección víctima de rotunda decepción al quedar fuera de esta primera cita de los doce grandes del béisbol mundial después de haber demostrado una vez más sus elevadas dotes de excelente anfitrión.
Por el segmento B, Japón ganó otro duelo en las postrimerías, ahora ante Venezuela y terminó invicto al mando del apartado, por lo que se medirá en el cruce a los boricuas. El resto de los cotejos quedó definido tras el desenlace de última hora entre Sudcorea y Estados Unidos, favorable a los norteños 3x2 en diez episodios por medio de la veleidosa regla IBAF.
De esta forma, Cuba se medirá a Sudcorea, Estados Unidos a Holanda y Canadá a México.
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