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domingo, 28 de febrero de 2016

Si de Derechos Humanos se trata

Algunos de los 'derechos' a que podíamos aspirar
los cubanos antes del 1ro de enero de 1959.

Andrés García Suárez

Ahora que el Presidente Obama anuncia su visita a Cuba dis que a tratar entre otras cosas sobre los Derechos Humanos, yo que se un poco de eso, por mis 83 años de vida siempre en Cuba, y en Cienfuegos mi ciudad natal, quisiera meter baza en el tema.
Mi abuelo, fue fogonero de la Sinclair Oil Company durante más de veinte años, enclavada al final del barrio de Reina, con 70 años y más se introducía dentro de las calderas a limpiarlas y en dos ocasiones se fracturó costillas, sin que le pagaran accidente de trabajo.
Continuó laborando en su especialidad hasta los los 81 años en que falleció y su viuda, mi abuela, recibió un cheque por valor de mil pesos con lo cual aplicaron el Derecho de esa empresa a tener su propia Seguridad Social.
Mi padre fue por varios años oficinista de esa entidad. Cuando la Sinclair construyó su propio edificio en el Vedado habanero y trasladó hacia allá todas las oficinas del interior del país, allá a finales de los años cuarenta, se quedó sin trabajo porque no admitieron a nadie que no residiera en la Capital, y no recibió indemnización alguna debido al Derecho anterior.
Como no pudo la familia seguir pagando mi matrícula en el colegio de los Hermanos Maristas donde estudiaba el Bachillerato, y era Derecho de sus propietarios religiosos  no admitirme, pasé al Instituto público, lo que agradezco porque allí me hice revolucionario, lo cual era mi Derecho.
Como papá no consiguió un trabajo en aquella sociedad capitalista, que estaba en su Derecho de no propiciárselo a la gente, tampoco pudimos pagar el alquiler mensual de la vivienda que ocupábamos, y el dueño que poseía medio centenar de casas más, nos demandó apelando a su Derecho al desahucio, y la Ley burguesa nos puso de patitas en la calle, con muebles y todo, porque faltaba casi una decena de años para que la Revolución triunfara y privara de ese Derecho a los caseros y a los terratenientes.
Como los estudiantes secundarios manifestábamos y usábamos nuestro Derecho a las huelgas contra la opresión de aquella sociedad de lobos, los policías y soldados usaban su Derecho a la represión y maltrataban, detenían, torturaban y asesinaban, como asesinaron en los siete años de la dictadura de Batista a más de 20 mil cubanos.
Como los pobres no teníamos Derecho a camas en los hospitales estatales ni posibilidades económicas para ir a clínicas privadas, teníamos que morir porque eso era también un Derecho nuestro. Y cuando nos cansamos de ese estado de cosas usamos el Derecho a defendernos y derrocamos a la tiranía, entonces sus socios, los imperialistas, aplicaron su Derecho a mantener dictaduras en el país y en el continente nuestroamericano, y desde entonces utilizó su Derecho a atacarnos de maneras muchas y bloquearnos por más de 50 años.  Pero como Martí nos enseñó que los Derechos no se mendigan, nos hemos mantenido erectos y así estamos, en espera de poder conversar al respecto de tantos Derechos que existen en el mundo, unos humanos y otros tan inhumanos que no parecen andar derechos.

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