Arthur González
Para que nadie se equivoque con los verdaderos propósitos de la actual política de Estados Unidos hacia Cuba, mientras firman documentos de entendimiento sobre aspectos que no mejoran en nada la guerra económica, comercial y financiera, ni las acciones subversivas que hacen la vida del pueblo más difícil, por otra parte, continúan condenando al Gobierno de la Isla.
Así sucedió hace unas semanas, con la información aportada por el Departamento de Estado en la nueva edición de su informe anual del 2015 sobre el tráfico de personas, donde mantienen a Cuba en la categoría de “observación especial”.
Sin el menor respeto por la verdad dicho reporte considera que Cuba “no cumple completamente con los estándares mínimos para la eliminación del tráfico de personas”, algo insólito cuando Washington insiste en mantener la manipulada Ley de Ajuste Cubano, aprobada en 1966 para ajustarle el estatus migratorio a cientos de personas que a partir de 1959 entraron de forma ilegal en ese país.
Parte de los beneficiados fueron asesinos, torturadores, ladrones y testaferros del régimen del dictador Fulgencio Batista, quien asumió el poder en 1952 mediante un golpe de estado y a pesar de ello fue apoyado por la Casa Blanca.
Para que nadie piense que las relaciones entre los dos países transitan por un camino de leche y miel, producto de la firma de 11 documentos de entendimiento, el Gobierno estadounidense anunció a inicios del presente mes de julio que en el caso de Cuba ellos consideran que su Gobierno “no cumple completamente con los estándares mínimos para la eliminación del tráfico de personas, a pesar de estar haciendo esfuerzos significativos para hacerlo”.
Al no poder demostrar la implicación de la isla en esos hechos y para continuar con la matriz mediática de una imagen negativa hacia Cuba, el informe del Departamento de Estado afirma sin el menor pudor que el Gobierno revolucionario “no demostró, en general, un aumento en sus esfuerzos contra el tráfico de personas en comparación con el anterior período del año 2014, por lo que Cuba vuelve a estar en la categoría de “observación especial” por segundo año consecutivo, algo similar al de estar incluida en la lista negra.
Para reforzar el cuadro distorsionado del Gobierno cubano y como prueba de que no darán pasos positivos en aspectos que beneficien realmente a Cuba, el documento emitido por los Jueces del mundo, expresa que la isla “es un país de origen y destino de adultos y niños sujetos al tráfico sexual y los trabajos forzados”.
Esa afirmación pretende influir negativamente en las visitas de extranjeros a Cuba y por tanto justificación para no levantar la prohibición de que los estadounidenses viajen libremente a la mayor de las Antillas, con lo cual fortalecen también su guerra económica al impedir la entrada del dinero que aporta el turismo.
Con un cinismo sin límites, el Departamento de Estado dice en su reporte:
“Algunos participantes en las misiones médicas cubanas en el extranjero y otras fuentes, aseguran que los funcionarios cubanos fuerzan o coaccionan a la participación en el programa, pero el Gobierno y algunos participantes dicen que el programa es voluntario y está bien pagado en comparación con los empleos en Cuba”.
“El Gobierno cubano usa a algunos estudiantes de instituto en áreas rurales para recolectar cosechas y no les paga por su trabajo, pero asegura que ese trabajo no se hace bajo coacción”.
“El Gobierno no prohibió el trabajo forzado, no informó de esfuerzos para prevenir el trabajo forzado ni reconoció el trabajo forzado como un posible problema que pueda afectar a sus ciudadanos en las misiones médicas en el extranjero”, apunta el documento.
Creyéndose “los dioses del Olimpo”, dicho informe agrega:
“Estados Unidos le recomienda a Cuba aprobar una ley integral que prohíba y castigue suficientemente todas las formas del tráfico de personas, incluidos los trabajos forzados y el tráfico sexual de los niños de 16 y 17 años, además de investigar y procesar vigorosamente a quienes se impliquen en esas actividades”.
Hasta dónde tendrá Cuba que soportar las acciones de Estados Unidos, país que posee la industria del sexo más poderosa del mundo, donde participan niños y niñas, con sitios pornográficos, publicaciones, filmes y servicios telefónicos para complacer a los clientes más pervertidos, en los que emigrantes ilegales están presentes y sin derecho a reclamos de ninguna clase.
Estados Unidos no conoce lo que es la solidaridad ni la ayuda a los más necesitados, labor en la que Cuba demuestra una sensibilidad inigualable y cuenta con el agradecimiento de millones de personas en el mundo, la mayoría de bajos recursos que reciben tratamiento médico gratuito y recuperan su salud gracias al personal cubano.
Ese informe no menciona que son ellos, “los dioses del Olimpo”, quienes estimulan las salidas ilegales de la isla y la de médicos cubanos en misiones internacionalistas en el mundo, mediante un execrable plan denominado que intenta afectar la participación de médicos y enfermeros de Cuba en la ayuda desinteresada a miles de personas que no cuentan con los recursos monetarios para costear una operación o tratamiento médico.
Estados Unidos no comprende lo que es el trabajo voluntario donde los ciudadanos aportan por el bien social, ni asistir a una persona que se desmaye en una calle, o ayudar a un vecino necesitado, para ellos todo vale y debe pagarse. Por eso son millones los estadounidenses que no pueden recibir un servicio médico ante la falta de costosos seguros.
Para ellos eso no es violar los derechos humanos, al final quien no tenga dinero se puede morir y los emigrantes deben ser expulsados, es el país donde nadie ayuda a nadie, para eso son los jueces del mundo “respetuosos y profesionales” cuando se sientan a discutir con los demás.
Por esas actitudes dijo José Martí:
“Las cosas han de decirse descarnadas, para que resulten como son”.
Fuente: El Heraldo Cubano
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