El grupito de vividores a costa del negocio de la contrarrevolución y varios más de su misma calaña residentes en otros países, fueron acogidos en México en un hotel 5 estrellas en la Riviera Maya. |
Así como lo ha leído, estimado lector, no hablamos de fantasmas. La historia se repite, ahora como farsa, o más bien como vodevil. A unas cinco décadas de que la revolución cubana desmantelara las bases de sustentación económica, social y política de la contrarrevolución, que siempre fue dirigida por Estados Unidos, la resaca de aquella ha escogido a México como lugar predilecto de reunión por lo menos desde 2014.
Siempre con los auspicios y el financiamiento de la Fundación Konrad Adenauer (FKA), entidad de la gobernante democracia cristiana de Alemania, así como de la Organización Demócrata Cristiana de América Latina (ODCA), de la que el Partido Acción Nacional (PAN) es uno de sus miembros más prominentes. Existe estrecha cooperación de la FKA con la National Endowment for Democracy (NED) –pantalla de la CIA– en diversos programas subversivos contra gobiernos populares y progresistas de América Latina y el Caribe. La FKA y la ODCA pertenecen al Movimiento Mundial para la Democracia, entidad creada por la NED, de la que reciben financiamiento.
La resaca que mencionaba se domicilió en Miami, donde quedan algunos de sus girones, veteranos agentes de la CIA de frustradas acciones violentas contra Cuba y de actos terroristas constitutivos de crímenes de lesa humanidad como la voladura de un avión comercial cubano con 73 personas a bordo en aguas de Barbados, que costaron mucha sangre y dolor al pueblo cubano. El monstruo responsable de ese crimen y de otros, Luis Posada Carriles, vive plácidamente en Miami, en plena guerra contra el terrorismo.
Mientras, en la isla, al paso de los años fueron formándose grupitos de vividores, desclasados, muchos sin hábitos laborales, personajes llenos de resentimiento, algunos con graves desajustes de personalidad y, con frecuencia, muy ignorantes, pero con infinito afán de lucro y de sobresalir, atraída por los privilegios que les ofrecían diplomáticos de la entonces Sección de Intereses de Estados Unidos (SINA) en La Habana y colegas de otros países aliados del imperio, listos para ocupar un lugar junto a los estadounidenses en ese esperpento subversivo y anexionista llamado transición democrática en Cuba. Se supone que los cabecillas alentados por la SINA son sus héroes y heroínas. Varios de ellos, por cierto, en sus continuos viajes de la isla a Miami visitan y se toman sin empacho amistosas fotos con el terrorista Posada Carriles puesto que abierta o sutilmente su único fin es derrocar la revolución.
Hete aquí que varios de ellos y algunos más de su calaña residentes en otros países, fueron de nuevo convocados a México a finales de junio por la FKA y por la ODCA, como siempre a instalaciones hoteleras lujosas, dentro del programa Caminos Democráticos para Cuba edición III, que auspician ambas organizaciones. A juzgar por las fotos de la reunión, acogidos, apapachados y arbitrados por Stefan Jost, director de la FKA en México, en esta ocasión nada menos que en el hotel 5 estrellas Blue Bay Grand Esmeralda, ubicado en la paradisiaca Riviera Maya. Totalmente desprestigiados en Cuba y pese a la rimbombancia con que nombran a sus organizaciones, la membresía no pasa de sus familiares más cercanos y de algunos vivos en busca de dólares fáciles, adoradores del agonizante American way of life.
Estados Unidos lleva años tratando de crear una oposición en Cuba pero sus propios diplomáticos, como podemos leer en los cables de Wikileaks, se quejan del interés desmedido de dinero de sus reclutas, su falta de proyecto de futuro y su pobre influencia en la población. Sin embargo, su objetivo se mantiene, aunque parezca masoquista, en el supuesto de que junto a muchas otras acciones esos grupos ayudarán a acabar algún día con la revolución cubana. Eso sí, hay que reconocer sus esfuerzos por buscar caras jóvenes con discurso renovado. El único problema es que más temprano que tarde reproducen la codicia de las anteriores por los dólares.
Pero volviendo a la Riviera Maya, lo que parece haber sido el plato fuerte en esta ocasión fue la elección de la nueva directiva de la Mesa de la Unidad de Acción Democrática (MUAD), una especie de remedo de la pestilente MUD de Venezuela. De la MUAD se esperaba que uniera a los grupos presentes en México. Misión imposible, pues no había concluido el circo de la Riviera Maya y ya estallaban graves conflictos entre ellos.
¿Reportará la FKA a la Secretaría de Hacienda los fondos que desde territorio mexicano dedica a la subversión en Cuba? (Tomado de La Jornada)
- Cuenta del autor en Twitter: @aguerraguerra
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