En 1999, durante la guerra de Kosovo, la Red Voltaire expresó su indignación sobre el hecho que Francia participara en la guerra junto a la OTAN sin que se realizara un voto al respecto en la Asamblea Nacional y con la silenciosa complicidad de los presidentes de los grupos parlamentarios. Señalamos entonces que la negativa del presidente de la República y del primer ministro a organizar un verdadero debate permitía presagiar la opacidad que rodearía la conducción de la guerra.
También tomamos entonces la iniciativa de publicar un boletín cotidiano sobre el conflicto. La OTAN destruyó de inmediato los sitios web del gobierno serbio impidiéndonos así tener acceso a la versión serbia sobre los hechos. Para remediar esa carencia nos suscribimos a las agencias de prensa de la región (las de Croacia, Bosnia, Grecia, Chipre, Turquía, Hungría, etc.).
Durante todo el conflicto ofrecimos un resumen diario de la conferencia de prensa que ofrecía la OTAN en Bruselas y también un resumen de los testimonios de los periodistas de países vecinos; países que, habían tenido a veces graves diferencias con Serbia, pero cuyos gobiernos narraban los hechos de la misma manera. A medida que iba pasando el tiempo, la versión de la OTAN y la de los periodistas locales fueron separándose, hasta que llegó el momento en que ya no tenían nada en común.
Al final eran ya dos historias radicalmente diferentes. No teníamos cómo saber quién mentía o si una de las dos partes estaba diciendo la verdad. Nuestros lectores tenían la impresión de estar volviéndose esquizofrénicos, sobre todo si se tiene en cuenta que los medios de prensa de Europa occidental sólo repetían la versión de la OTAN y que, por lo tanto, nuestros lectores sólo tenían dos versiones paralelas cuando nos leían a nosotros.
Proseguimos esa línea de trabajo a lo largo de los 3 meses de duración de los combates. Cuando por fin cesó el tronar de las armas, los colegas y amigos que pudieron entonces viajar a los lugares de los hechos comprobaron con estupor que no hubo “propaganda de ambas partas”.
No, la versión de la OTAN era enteramente falsa mientras que la de los periodistas locales era enteramente real. Durante los siguientes meses informes parlamentarios de varios países miembros de la OTAN permitieron comprobar los hechos. Varios libros fueron publicados sobre el método concebido por el consejero de prensa de Tony Blair, método que permitió a la OTAN manipular a toda la prensa occidental y que se conoce como “story telling”.
Se puede intoxicar a todos los periodistas occidentales y esconderles los hechos si se les cuenta un cuento de niños, a condición de no interrumpir jamás la narración, de cargarla con referencias capaces de despertar lejanas reminiscencias y de mantener su coherencia.
No tuve entonces el reflejo de irme rápidamente a Serbia antes de que estallara la guerra y ya no pude hacerlo cuando comenzó el tronar de las armas. Pero en este momento, amigo lector, me encuentro en Siria, donde he tenido tiempo de investigar como es debido y desde allí escribo este artículo. Es por lo tanto con conocimiento de causa que afirmo aquí que la máquina de propaganda de la OTAN se ha puesto nuevamente en marcha en el caso de Siria, como anteriormente sucedió en Serbia.
La OTAN está contando una historia que no tiene nada que ver con la realidad y lo hace con ánimo de justificar una “intervención militar humanitaria”, al estilo del oxímoron blairiano. Y ahí termina el paralelismo: Slobodan Milosevic era un criminal de guerra que nos presentaron como un autor de crímenes contra la humanidad para justificar el desmembramiento de su país; Bachar el-Assad es un combatiente de la resistencia antiimperialista y antisionista que apoyó al Hezbollah cuando el Líbano fue agredido y que además respalda al Hamas y a la Yihad islámica en su lucha por la liberación de la patria palestina.
Cuatro mentiras de la OTAN
- 1. Según la OTAN y sus aliados del Golfo, masivas manifestaciones vienen desarrollándose en Siria desde hace 8 meses en demanda de más libertades y del retiro del presidente Bachar el-Assad.
- 2. Según la OTAN y sus aliados del Golfo, el “régimen” respondió a las manifestaciones dispersando a las multitudes con el uso de municiones de guerra, lo cual habría provocado al menos 3 500 muertos en lo que va de año.
- 3. Cuando logramos romper el muro del silencio y que numerosos medios de prensa reconocieran la presencia en Siria de escuadrones de la muerte provenientes del exterior que asesinan civiles en las ciudades y tienden emboscadas al ejército, la OTAN y sus aliados del Golfo empezaron a hablar de un ejército de desertores. Según la OTAN y sus cómplices del Golfo, hubo militares (no policías) que recibieron órdenes de disparar contra la gente por lo que decidieron rebelarse y conformar un ejército sirio libre, que ya contaría con 1 500 hombres.
- 4. Según la OTAN y sus aliados del Golfo, el ciclo revolución/represión ha cedido su lugar a un principio de “guerra civil”. Atrapados en esa circunstancia, 1,5 millones de sirios estarían siendo víctimas del hambre. Sería por lo tanto conveniente organizar “corredores humanitarios” para permitir el envío de alimentos y la huida de los civiles que deseen abandonar las zonas de combate.
En definitiva, aunque nos encontramos aún en una etapa de guerra no convencional, con envío de mercenarios y de fuerzas especiales para desestabilizar el país, la narración que ofrecen la OTAN y sus aliados del Golfo ya se aleja considerablemente de la realidad. Y el abismo entre esa imagen y la realidad de los hechos ira acentuándose cada vez más. En lo que a usted concierne, amigo lector, al no hallarse usted en el lugar de los hechos, no tiene razón alguna para confiar en mí más que en la OTAN. Pero sí existen, sin embargo, algunos indicios que pueden indicarle cómo orientarse.
Bernard-Henry Levy, quien se jacta de haber impulsado a Francia a implicarse en la guerra contra Libia en interés de Israel, anuncia en el diario francés Le Parisien que tiene una lista de objetivos. |
Cuatro evidencias que la OTAN se empeña en ocultar
- 1. Sería lógico creer que las acusaciones sobre la supuesta represión y la cantidad de víctimas han sido objeto de la más cuidadosa comprobación. Pero no es así. Todos los datos al respecto provienen de una sola fuente: el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede… en Londres, cuyos responsables se escudan tras el más estricto anonimato. ¿Qué valor pueden tener esas graves acusaciones si no se confrontan con los informes de otras fuentes? ¿Por qué instituciones como la Oficina del Alto Comisario de la ONU para los Derechos Humanos se hacen eco de tales acusaciones sin tomarse el trabajo de comprobar su veracidad?
- 2. Rusia y China recurrieron al veto contra un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que abría el camino a una intervención militar internacional. Los responsables políticos de la OTAN nos explican, apenados, que los rusos están protegiendo su base naval militar del puerto sirio de Tartus y que los chinos son capaces de cualquier cosa con tal de obtener unos cuantos barriles de petróleo. ¿Debemos aceptar el concepto maniqueo de que Washington, Londres y París hacen gala de buenos sentimientos mientras que Moscú y Pekín son esencialmente egoístas e insensibles al martirio de un pueblo? ¿Es posible no darnos cuenta de que Rusia y China tienen muchos menos interés en defender Siria que los países occidentales en destruirla?
- 3. Resulta ciertamente extraña la composición de la coalición de estos países supuestamente bien intencionados. ¿Podemos acaso pasar por alto el hecho que los dos principales contribuyentes de la Liga Árabe y promotores de la “democratización” en Siria son precisamente Arabia Saudita y Qatar, dos dictaduras al servicio de Estados Unidos y de Gran Bretaña? ¿Podemos acaso dejar de preguntarnos si los mismos países occidentales que acaban de destruir sucesivamente Afganistán, Irak y Libia –donde ya demostraron lo poco que les importa la vida humana– son realmente honestos cuando enarbolan el estandarte humanitario?
- 4. Y ante todo, para no dejarnos manipular en cuanto a los acontecimientos en Siria, es esencial ponerlos en su contexto. Para la OTAN y sus aliados del Golfo –cuyos ejércitos ya invadieron Yemen y Bahrein ahogando allí en sangre las manifestaciones– la “revolución siria” es la prolongación de la “primavera árabe”, según la cual los pueblos de la región aspiran a la democracia de mercado y al confort del American Way of Life.
Los “grandes medios de prensa comercial” occidentales ante los hechos y como testigos
Ya al terminar este artículo quisiera señalar, amigo lector, que la Red Voltaire facilitó una gira de prensa organizada por iniciativa del Centro Católico de Información de los Cristianos de Oriente, en el marco de la apertura a los medios de prensa occidentales, apertura que el propio presidente el-Assad anunció a la Liga Árabe.
Nosotros mismos ayudamos a los periodistas de los grandes medios a viajar a las zonas de combate. Nuestros colegas se sintieron al principio incómodos en nuestra compañía, al mismo tiempo porque tenían de nosotros una imagen negativa preconcebida y porque creían trataríamos de lavarles el cerebro. Pero pudieron comprobar posteriormente que somos personas normales y que nuestro compromiso no nos ha hecho renunciar a nuestro espíritu crítico.
En definitiva, a pesar de que están íntimamente convencidos de la bondad de la OTAN y de que no comparten nuestro propio compromiso antiimperialista, pudieron ver y oír la realidad de los hechos. Con honestidad, mencionaron en sus trabajos las acciones de las bandas armadas que siembran el terror en el país.
También es cierto que se abstuvieron de contradecir abiertamente la versión atlantista y que trataron de conciliar con esa versión lo que ellos mismos habían podido ver y oír, lo cual los obligó a veces a hacer toda una serie de piruetas alrededor del concepto de “guerra civil” entre el ejército sirio y mercenarios extranjeros. En todo caso, los reportajes de la Radio Televisión Belge (RTBF) o los del diario La Libre Belgique, por citar tan sólo dos casos, demuestran que desde hace 8 meses la OTAN ha venido escondiendo las acciones de los escuadrones de la muerte extranjeros cuyos crímenes atribuye a las autoridades sirias. (Tomado de Red Voltaire)
Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis
sobre política exterior se publican en la prensa árabe,
latinoamericana y rusa. Última obra publicada en español:
medios de comunicación (Monte Ávila Editores, 2008).
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