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viernes, 20 de enero de 2012

El 'Casa' tiene autonomía y libertad, pero lo que publica Costa Rica se decide en Bonn

Francisco G. Navarro

El Premio Casa de las Américas, que organiza por estos días su edición 53, resulta el más importante certamen literario de América Latina, enfatizó en Cienfuegos, escenario de las sesiones de lectura del jurado, el narrador y ensayista costarricense Quince Duncan.
"Cualquier escritor (de este ámbito geopolítico) aspiraría a ser Premio Casa porque es el de mayor prestigio cultural entre los de su tipo", comentó a la prensa el Doctor Honoris Causa del St. Olaf Collage, de Minnesota, Estados Unidos.
Duncan destacó también la gran labor editorial que a lo largo de su más de medio siglo de gestión ha desarrollado la institución cubana, a la cual considera un símbolo.
"Existen textos fundamentales en su colección, al menos en mi obra literaria hay varios trabajos investigativos que han dependido mucho del material publicado por Casa, entre ellos artículos de (el poeta y ensayista cubano) Roberto Fernández Retamar, su actual presidente", dijo.
El autor de la novela Final de calle, Premio Nacional Costa Rica (1978) y Aquileo J. Echeverría (1979) contrapuso el hecho de que en los últimos años los españoles compraron las casas editoriales de América Latina y luego los alemanes hicieron lo mismo con las españolas.
"De tal manera resulta que ahora en Bonn deciden qué podemos publicar o no en San José de Costa Rica", apuntó.
"Otra cosa importante radica en el hecho de que la Casa haya podido mantenerse al margen de esa entrega de recursos, con autonomía y libertad", precisó Duncan.
El intelectual tico dijo sentirse totalmente feliz con la convocatoria este año del Premio Extraordinario sobre la presencia negra en la América y el Caribe contemporáneos, de cuyo jurado forma parte junto a la argentina Rita Laura Segato y el cubano Esteban Morales.
"Entiendo que lo vayan a mantener de manera permanente porque en Latinoamérica hemos caído muchas veces en la misma trampa: creer que si resolvemos el problema económico automáticamente se soluciona el cultural de la discriminación y el racismo", acotó el miembro del Comité Científico del proyecto la Ruta del Esclavo.

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