Una vez al año los cubanos ganamos una hora de sueño. Esta noche la perderemos y el ciclo horario volverá a equilibrarse. En la medianoche de este domingo 1 de abril los habitantes de la Isla adelantamos una hora los relojes, una semana después que la mayoría del resto de las naciones que ya lo hicieron en el hemisferio norte para pasar al horario de verano, un acontecimiento postergado en la Mayor de las Antillas para no provocar alteraciones al programa de la visita que finalizó hace tres días al país el Papa Benedicto XVI.
El objetivo de esta medida, que usualmente se aplica el último domingo de marzo y el último de octubre, es ahorrar energía al aprovecharse al máximo la iluminación solar. El cambio de horario se empezó a generalizar a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del Astro Rey y consumir menos electricidad.
Lo que dura una hora
Pero, ¿cuántas cosas podrían suceder en esa hora que se queda en el limbo?
Si se dejara un grifo abierto durante la inexistente hora, se desperdiciarían 720 litros de agua, el equivalente a una piscina infantil de medio metro de profundidad.
Los terremotos harían temblar el suelo con más o menos intensidad en 165 puntos de la Tierra, aunque solo uno de los sismos alcanzaría el 8 en la escala de Richter. A la vez, la Estación Espacial Internacional seguiría su trayectoria alrededor de la tierra y recorrería 29.000 kilómetros. Le faltarían aún 31 minutos para terminar la vuelta completa al planeta.
Un poquito más lento sería Usain Bolt. El atleta sería capaz de repetir hasta 375 veces su récord mundial en 100 metros lisos (9,58 segundos), siempre y cuando no se cansara.
Ahorrar a tope
La aplicación del Horario de Verano en Cuba constituye una medida de alta incidencia en el ahorro energético. "Con esta decisión, no solo se obtendrá una reducción del consumo de electricidad motivado por un mayor aprovechamiento de la luz solar", explica una misiva de la Unión Nacional Eléctrica.
Abunda la nota que al desplazar en una hora el momento en que se comienzan a encender las luces en casa, dejará de coincidir la demanda de electricidad para la cocción de la comida con aquella que se necesita para iluminar los hogares, con lo cual se reducirá la máxima demanda en la llamada "hora pico".
La adopción del nuevo huso horario pone a Cuba a cuatro horas de diferencia negativa (-4) en relación con la del meridiano cero o de Greenwinch u hora GMT.
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