Manuel Benítez del Río
En España vivimos momentos extraordinarios, excepcionales, jodidos... a tal punto que una pregunta se extiende desde Finisterre al Cabo de Gata: ¿es sostenible esta democracia?
¿Cuál democracia...?, pregunto, pues no sé si lo que hay sobre el tapete es sostenible, pero estoy seguro de que esto no es una democracia, o al menos no es lo que yo entiendo por democracia, quizás porque hace rato que me hice mayor, y ya ni Tía Tata me puede venir con cuentos.
Le Monde, periódico orientado hacia el progresismo, publicó hace poco una portada escalofriante para el Gobierno Rajoy: “España se convierte en la gran preocupación de Europa”, señalaba el diario más prestigioso de la República francesa.
Pero ayer tocó el turno a The Financial Times y a The Wall Street Journal, ambos conservadores y muy influyentes en el ámbito de los grandes negocios financieros.
El diagnóstico de estos relevantes rotativos fue parecido: "cada día que pasa, Rajoy lo tiene más crudo".
Venían ambos a decir cosas similares, pero escasamente positivas para el jefe del Gobierno español:
“Rajoy quizás tenga el trabajo menos envidiado del mundo”, precisaba con sarcasmo el periódico propiedad del magnate Rupert Murdoch, uno de cuyos asalariados, como es sabido, es José María Aznar, al fin y al cabo el padrino de mari-Ano Rajoy.
El periódico de Murdoch advierte que mari-Ano no ha conseguido la confianza de los mercados. La confianza -recuérdese- era para el líder del PP como el bálsamo analgésico. Pero en la práctica, ese bálsamo ná de ná...
De la cacareada confianza que iban a tener la UE, los mercados y otros factores decisivos ¡ni cohete!
Y como si fuera poco, ayer la zarina alemana Angela Merkel le mandó una especie de correo contable al acogotado, acoquinado, inquieto y desbordado, mari-Ano, para fiscalizar el dinero que todavía queda en las arcas del Reino de España.
Vaya ridículo el de mari-Ano, que ha tenido que pasar por semejante humillación, lo cierto es que estamos en las manos de Merkel.
En medio de tamaño berenjenal, los asesores de mari-Ano le han convencido que debía encerrarse -con urgencia- en un búnker desde donde repetir una y otra vez que la culpa de todo la tienen Zapatero y Rubalcaba.
Pero lo que le funcionó bastante bien durante la segunda legislatura socialista -con la crisis reposando plácidamente en los brazos de los dirigentes del PP-, ahora sólo confirma la soledad de un presidente que, para su desgracia, es mentiroso.
Resumiendo: el presidente mari-Ano está rodeado por tres cocos; el primero y al que más le teme es el de los mercados y Berlín.
Porque ése coco es implacable: recortes y más recortes; ajustes y más ajustes... Y luego, de postre, más ajustes aún. ¡Caiga quien caiga! Algo tan inviable como tozudo. Y si no lo haces, te decapito, mari-Ano, te decapito. Porque puedo. Ya probó de esa medicina el huido Zapaticos, quiero decir Zapatero.
El segundo coco son los sindicatos y organizaciones sociales de izquierda que no están dispuestos a perder derechos históricos y que tiene poder para movilizar al pueblo y ponerlo en la calle como ya vimos el pasado 29 durante la huelga general.
El tercer coco es el conjunto de la sociedad española: Andalucía, Asturias, huelga general, otras movilizaciones, medios de prensa... que le están diciendo a mari-Ano que haga lo que tenga que hacer pero “sin pasarse” y dando buen ejemplo.
Buen ejemplo que no está dando mari-Ano con el tema del nepotismo, que quiere decir preferencia, predilección, injusticia, parcialidad, amiguismo, favoritismo con los que más tienen dando por culo constantemente a los que menos tienen.
Tampoco está dando buen ejemplo el mari-Ano al ubicar a familiares y/o a familiares de familiares y de amigos en cojonudos puestos con aún más cojonudos salarios, mientras en marzo el paro subió en más de 38 mil personas, para situarnos muy cerca de los cinco millones de parados.
Pero quizás el punto más vulnerable de cuantas medidas ha tomado el Ejecutivo hasta el momento -vendrán otras, porque Merkel es insaciable y en Moncloa lo saben- sea el tema de la amnistía fiscal popularmente conocida como amnistía fecal para los defraudadores.
Quien más haya defraudado pagará menos a Hacienda, y quienes menos ganen pagarán más a Hacienda y les darán más por el culo: eso es la amnistía fiscal.
Gracias a mi profesión he conocido a varios dirigentes políticos ¡y he entrevistado a unos cuantos presidentes! algunos con tanta capacidad de supervivencia como mari-Ano, o más pero nunca he visto a otro gobernante rodeado por circunstancias tan peligrosas, autodestructivas y liquidativas.
¡Dios te salve, mari-Ano!, lo vas a necesitar.
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