Dos semanas después del aún sin esclarecer atentado terrorista perpetrado en Miami contra una agencia de viajes a Cuba (el FBI sigue sin detener a nadie en relación con este crimen), una organización de abogados criminalistas premia al abogado mafioso miamense Arturo Hernández como Defensor del Año por su proceso en favor del terrorista internacional Luis Posada Carriles.
Junto a Orlando Bosch, Luis Posada Carriles es sin duda unos de los peores terroristas asentados en el país que anualmente redacta una “lista de los patrocinadores del terrorismo internacional” con la cual difama de las naciones que se niegan a arrodillarse ante su poder imperial.
Al anunciar su decisión, la Asociación de Abogados Penalistas de la Florida (FACDL), dijo atribuir el premio a Hernández por su “prolongada y compleja defensa de Posada desde el 2006”.
El viejo agente CIA estaba acusado de fraude migratorio y perjurio por el gobierno de Estados Unidos quién siempre se negó a enjuiciarlo por terrorista a pesar de su historial de asesino. En abril del 2011, una jueza federal de Texas nombrada por George W. Bush y un jurado complaciente, absolvieron a Posada de los once cargos menores imputados.
Con el anuncio, se reveló que el Departamento de Justicia gastó entre $25 y $40 millones de dólares en esta farsa judicial al final de la cual el agente de la CIA, ex comisario torturador de la DISIP venezolana y responsable de la voladura en pleno vuelo de un avión cubano, fue absuelto. De hecho, el caso Posada fue ya desde el principio orientado en el aparato judicial corrupto de EEUU por el funcionario federal mafioso Roger Noriega.
La asociación de abogados criminalistas, con sede en Tallahassee, también distinguió a la abogada Ronda Anderson, del mismo bufete de Coconut Grove, y al veterano juez Alan Gold, titular del tribunal federal de Miami.
Los premios fueron otorgados durante una cena de gala, en la propia ciudad de Miami, santuario de prófugos de la justicia, mercenarios y terroristas de toda América Latina.
Como si ello no fuera suficiente, Hernández anunció la salida eventual de un libro, redactado por Posada, que contará los pormenores legales del caso que aumentó su fortuna con unos millones recogidos por un ”Fondo de Defensa” presidido por la congresista ultraderechista Ileana Ros-Lehtinen.
En los últimos años, Hernández ha tenido a su cargo la defensa de otras “personalidades” del mundo criminal de la Florida tales como en el caso Habibe, uno de los mayores procesos de narcotráfico y lavado de dinero en la historia judicial de Estados Unidos.
Pero desde el 2005, se atribuyó la lucrativa misión de defender a unos de los peores elementos de la fauna terrorista de la Florida, creada, utilizada y tolerada desde décadas por el gobierno estadounidense y sus servicios de inteligencia.
Entre sus clientes figuran el llamado “benefactor” de Posada Carriles, el empresario Santiago Álvarez Fernández-Magriñá, quién lo acompaño hasta en Panamá, en un fracasado intento de asesinato del líder cubano Fidel Castro, y Robert Ferro, arrestado con el mayor arsenal de armas en la historia de EEUU y ya liberado por una justicia cómplice y complaciente.
Mercenario de la Brigada 2506 que la CIA desembarcó en Playa Girón en 1961, Álvarez integró los grupos terroristas Alpha 66 y Comandos L. En el momento de su último arresto, se le ocuparon 30 ametralladoras, un lanzacohetes, varias granadas, más de 200 libras de dinamita y 14 de explosivo C-4.
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