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lunes, 4 de junio de 2012

Nuevo asesor de Obama para Latinoamérica es nieto de golpista y faldero del cabo Cason

Ricardo Zúñiga / Fanal Cubano
Jean-Guy Allard

Nieto homónimo de un politiquero hondureño retrogrado, recordado por haber dado un apoyo firme a la feroz dictadura militar del coronel Oswaldo Lopez, el funcionario norteamericano Ricardo Zúñiga, recién nombrado por Barack Obama como Director para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, también manejó en La Habana, bajo las órdenes de James Cason, las operaciones sucias de subversión y desestabilización en la Sección de Intereses norteamericana (SINA) antes de supervisarlas desde Washington.
Zúñiga sustituye en el puesto a Dan Restrepo, de origen colombiano, catapultado de su sillón después del lamentable show de la Cumbre de las Américas donde Obama se desprestigió, tanto por su incapacitad para enfrentarse a las aspiraciones de una América Latina emancipada, como por las excentricidades lúbricas de sus ángeles de la guardia.
Secretario Político Económico de la Sección de Intereses de EEUU en La Habana a inicios de la década del 2000, Zúñiga sirvió como colaborador del gobierno estadounidense para fomentar una supuesta disidencia en la nación caribeña.
Asimismo, prestó servicios durante varios años en la oficina Cuba del departamento de Estado, y se convirtió en coordinador de Asuntos Cubanos de 2009 a 2010, cuando fue nombrado jefe de la sección política de la Embajada de Estados Unidos en Brasil, reportó en fecha reciente el diario The Bellingham Herald.
Zúñiga, quien se convierte en el primer diplomático de carrera que dirija la sección del hemisferio occidental del Consejo de Seguridad Nacional desde 2004, encargado de brindar asesoría a la Casa Blanca sobre política latinoamericana, es un norteamericano de origen hondureño, nieto del político Ricardo Zúniga Agustinus, el hombre fuerte del Partido Nacional, arquitecto maquiavélico de la toma del poder por Oswaldo Lopez Arrellano (OLA) mediante un golpe militar diez días antes de elecciones presidenciales.

ABUELITO, UN ANTICOMUNISTA FEROZ 
Y GRAN SOCIO DE LA UNITED FRUIT

Anticomunista enfermizo, el abuelo Zúñiga estructuró el gobierno ilegítimo y lo controló totalmente hasta tal punto que sus amos yanquis se pusieron nerviosos por el descontento que creó en las propias filas del ejercito hondureño. El régimen instaurado por Zúñiga y encabezado por el inepto OLA se consagró a hostigar todo aquel que mostrara alguna señal de izquierdismo.
Zúñiga y su Partido Nacional que controlaba con guante de hierro, llevaron a sus partidarios al delirio de “salvar Honduras del comunismo” con un “régimen de terror, odio y muerte”, según un testigo de la época.
Así fue como OLA se hizo presidente por primera vez el 3 de octubre de 1963 para quedarse en el poder hasta el 7 de junio de 1971, cuando permitió que se realizaran otras elecciones, Pero fue elegido quien lo molestaba y el 4 de diciembre de 1972, volvió a tomarse la “presidencia” por la fuerza.
A pesar de su afinidad con la United Fruit, OLA y su fiel Zúñiga fueron expulsados del poder el 22 de abril de 1975 en otro golpe militar liderado por el General Juan Alberto Melgar Castro, después de un escándalo provocado por EEUU y conocido como el “Bananagate”.
Candidato presidencial en 1981, el abuelo Zúñiga fue a parar en el gran cesto de la historia.

EN CUBA, ZUÑIGA NIETO ROMPE 
RECORDS DE INJERENCIA

Por su parte, Ricardo Zúñiga nieto consolidó su carrera diplomática “durante una misión de los Estados Unidos en La Habana, Cuba, en donde fungió como asesor en derechos humanos”, según el diario golpista hondureño La Prensa.
Pero la realidad en torno al aventajado nieto del politiquero golpista es bien distinta y no tan limpia.
Zúñiga trabajó en el búnker diplomático norteamericano del Malecón de La Habana, bajo la dirección del excéntrico James Cason -luego nombrado embajador en Paraguay donde se dedicó a cantar en guaraní, y ahora alcalde de Coral Gables, municipio de Miami donde acaba de ocurrir un atentado terrorista dirigido contra Cuba.
En La Habana, Zúñiga estaba a cargo de todo el sector de subversión y financiamiento de “disidentes”, en concordancia no solo con el Departamento de Estado, sino con la CIA y la mafia terrorista de Miami. En materia de injerencia, aquí el nieto Zúñiga rompió records.
Tanta fue su falta de respecto hacia Cuba, su pueblo y su soberanía, que llego a crear un ambiente de confrontación diaria, a fuerza de groseras provocaciones, con las autoridades revolucionarias de la Isla.
En una comparecencia especial televisada, el 25 de abril de 2003, el líder cubano Fidel Castro designó a Zuñiga y a su jefe Cason, como principales responsables del incremento de las acciones agresivas registradas del gobierno de Estados Unidos contra Cuba.
Fidel citó varios incidentes en los cuales el dúo Cason-Zúñiga se dedicó, de forma abiertamente descarada e injerencista, a inventar un “partido” de oposición que intentaría derrocar al gobierno cubano.
Entre los días 19 y 25 de enero del 2003, mencionó Fidel, James Cason y Ricardo Zúñiga realizaron durante seis días un recorrido por las provincias de Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, dedicándose al “abastecimiento material” de grupúsculos contrarrevolucionarios.
Tales visitas a través del país a todo lo que parecía manifestar un cierto descontento, hizo de Zúñiga un verdadero vendedor itinerante de las ideas más retrogradas y anticubanas a una clientela en gran parte constituida de delincuentes y antisociales en busca de una visa para los Estados Unidos con estancia subsidiada.
Aleida Godínez, la Agente Vilma de la Seguridad del Estado, quién estuvo infiltrada en este mismo periodo en la llamada “disidencia”, se recuerda bien de “Ricky” Zúñiga: “Es el prototipo del yanqui, no importa si es hijo de Honduras, contrario a la opinión de su tía Elizabeth 'Tita' Zúñiga que dice que nunca olvida sus raíces. No tiene nada de latinoamericano.
“A pesar de la candidez que trasluce en su expresión personal y en su afable trato es un enemigo acérrimo porque va allí, a la semilla, a garantizar el éxito con sus manos”, aseguró la agente encubierta.
Al terminar su “misión humanitaria” en Cuba, Zúñiga fue honrado por sus hazañas anticomunistas y nombrado funcionario de la oficina de Cuba del Departamento de Estado que luego encabezó, donde pudo seguir dando libre curso a sus compulsiones derechistas.
Finalmente fue nombrado jefe de la sección política de la embajada de Estados Unidos en Brasil -se pude adivinar a que se dedicó- antes de esta última promoción en la capital imperial donde su responsabilidad será brindar asesoría a la Casa Blanca sobre su política latinoamericana.


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