El Rey Juan Carlos ha reaparecido en público este sábado en Valladolid, después de su operación de cadera el pasado mes de abril, motivada por una caída en Botswana durante una cacería de elefantes. Mala pata; y peor que el asunto trascendiera a los medios. Pero qué se le va a hacer: el equipo de prensa de la Casa Real debe hacer su trabajo...
Pues bien, el monarca, ayudado con una muleta, presidió el acto central por el Día de las Fuerzas Armadas en España, unos fastos marcados por la "austeridad" a la que obliga la crisis económica, como si al español común se le hubiesen olvidado ya las costosas tropelías del Borbón septuagenario en suelo africano.
"A ver si hubierais aguantado vosotros", le comentó en tono jocoso a los periodistas, en una salida de evidente y fina bis irónica que al interior, allá por los recónditos vericuetos del subconsciente, se hubiese traducido con algo así como: "A ver, hijos de su madre, aquí me tienen y no pasó ni hostias..., que pa' eso soy el Rey. Que les quede claro...".
Y para respaldar lo que en palabras su oficina de prensa califica como "rapidísima" recuperación tras la intervención quirúrgica, el nieto de Alfonso XIII inicia este domingo su primer viaje internacional: una visita (diz que) de trabajo a Brasil y Chile. El precedente, ya se sabe fue a Bostwana a matar paquidermos, aunque los medios cercanos al círculo real insistan en decir que este sería el primero desde la llegada al poder del actual Gobierno encabezado por el Partido Popular de mari-Ano Rajoy.
Mas no vamos a andarnos con remilgos sobre si sería el primero o el segundo, que para el caso da igual: a la larga paga el contribuyente español, hastiado de sacarle las castañas del fuego a la clase poderosa, mientras carga sobre sus hombros el oneroso peso de una crisis galopante.
Y vaya si los gastos serán por las nubes, pues Don Juan Carlos viaja al frente de una nutrida representación de una veintena de grupos empresariales y bancarios españoles, cuya presencia en las citadas naciones buscará reforzar la cooperación política y económica. Que con los batacazos de las recientes expropiaciones de YPF en Argentina y de Red Eléctrica Española en Bolivia, ya resulta suficiente por ahora, ¿no creen?
Y por supuesto, en la gira debía acompañar al monarca alguien del Gobierno. Ese papel se lo encargaron al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, el mismo a quien Cuba hubo de recordarle en breve pero rotunda nota diplomática que este país "ya no es una colonia de su país, ni de ningún otro" al tiempo que le recomendaba "ocuparse más de la profunda crisis económica y social que vive España y del enorme descontento que existen en esa sociedad".
Sí, el mismísimo canciller que se autoinvitó a La Habana y luego condicionó su "soñado" periplo a la Mayor de Las Antillas sólo si le otorgaban la posibilidad de reunirse con los grupúsculos de la contrarrevolución, declaraciones que el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Dagoberto Rodríguez, calificó de injerencistas, irrespetuosos, e incluso, ingenuas.
Pero volvamos al programa de la visita real. La agenda de la visita a Brasil -íntegramente en Brasilia- comenzará el lunes en el Palacio de Planalto, donde el rey será recibido por la presidenta Dilma Rousseff para luego ambos presidir continuación un encuentro empresarial binacional. Continuará la gira el martes por Santiago de Chile, que seguirá un esquema similar al anterior tras el encuentro en el Palacio de la Moneda con Sebastián Piñera.
En Chile está prevista una tercera etapa del viaje, pues el miércoles, en Cerro Paranal, al el norte del país austral, está prevista la firmar del acta constituyente de la Alianza del Pacífico, una propuesta de bloque comercial que Piñera comparte con los presidentes de Colombia, Perú y México y por la que se han interesado Panamá y Costa Rica.
El Rey Juan Carlos fue invitado por Piñera al almuerzo con el que dará comienzo esa cita y, de este modo, el rey tendrá ocasión de tratar diversos asuntos internacionales con los presidentes de Chile, Perú, Colombia y México -que ya han confirmado su asistencia a la Cumbre Iberoamericana de Cádiz, en noviembre-, así como con los representantes de Panamá y Costa Rica que acudan a Cerro Paranal.
Aunque el programa no lo acota por ninguna parte, y pese a la muleta que le acompaña, hay muche gente inquieta y sobre todo preocupada por si no será esta otra treta del monarca para darse una escapadita a cazar suculentos capibaras.
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