El pasado viernes, mucho antes de que el huracán Sandy fuera una amenaza tangible para la costa Este de los Estados Unidos, la agencia Reuters informó que en el camino pronosticado para el meteoro -y la realidad se excedió con creces 96 horas después- quedaban los emplazamientos de 16 reactores nucleares.
Pasada la debacle, y pese a la insistencia de los medios en asegurar que ninguna de las plantas habría sufrido averías, la Comisión Reguladora Nuclear de la vecina nación del Norte informa hoy del envío de inspectores adicionales para asegurar una “supervisión realzada” en ocho de las usinas nucleares:
Calvert Cliffs, en Lusby, (Maryland); Salem and Hope Creek, de Hancocks Bridge y Oyster Creek, en Lacey Township, ambas en New Jersey; en Pennsylvania las de Peach Bottom, en Delta, Three Mile Island 1, en Middletown y la de Susquehanna, en Salem Township; además de la Indian Point, en Buchanan, (New York) y Millstone, en Waterford, Connecticut.
Según Arnie Gundersen, un ex ejecutivo de la industria de la energía nuclear encargado de la coordinación de proyectos en 70 plantas por toda la Unión, la central de Oyster Creek podría ser la mayor causa de preocupación.
El porqué está contenido en declaraciones suyas al sitio digital Democracy Now! el lunes por la mañana(*), cuando el especialista dijo: “Oyster Creek tiene el mismo diseño, pero es incluso más antigua que la unidad 1 de Fukushima Daiichi. Ahora está parada para reaprovisionar combustible combustible. Eso significa que todo el combustible nuclear no está en el reactor nuclear, sino en la piscina de combustible usado. Y en esa condición, no hay energía de reserva para las piscinas de combustible usado. Por lo tanto, si Oyster Creek perdiera el suministro externo de electricidad no habría una fuente de alimentación externa para las piscinas de combustible usado. Así, si Oyster Creek perdiera su suministro externo de energía, y francamente es realmente posible, no habría modo de enfriar el combustible nuclear que se encuentra en la piscina de combustible hasta que se restablezca la electricidad”.
Según Gundersen, que tiene 40 años de experiencia en la ingeniería de la energía nuclear: “La lección más importante que podemos extraer de Fukushima Daiichi y del cambio climático, y especialmente en el caso del huracán Sandy, es que no se puede esperar para enfriar esas piscinas de suministro”.
Por su parte Gar Smith, cofundador de Ecologistas contra la Guerra y editor emérito de Earth Island Journal, aseveró que Oyster Creek no es la única planta de energía nuclear con el mismo diseño que la planta de Fukushima enmarcada en el área cubierta por las inundaciones y los fuertes vientos de "Sandy".
“En particular son preocupantes varios reactores GE Mark 1 que comparten los mismos defectos de diseño que los tres reactores construidos por General Electric que perdieron energía, sufrieron fusiones y estallaron en Fukushima, Japón”, escribe Smith. “Los ocho reactores al estilo de Fukushima ubicados en el camino de Sandy son: Fitzpatrick (Nueva York), Hope Creek (Nueva Jersey), Nine Mile Point 1 (Nueva York), Oyster Creek (Nueva Jersey), Peach Bottom 1 & 2 (Pennsylvania), Pilgrim (Massachusetts), y Vermont Yankee (Vermont)".
Gundersen afirma que muchas de las plantas tienen diseños antiguos necesitados de una reevaluación profunda y que podrían ser clausurados en los próximos días, ya que las redes eléctricas no cuentan con energía eléctrica. En Oyster Creek, por ejemplo, se declaró el estado de emergencia cuando la marejada provocada por la tormenta estuvo a unos quince centímetros de inundar las bombas de agua encargadas de refrigerar el reactor. En otras palabras, a "un pelo" de reproducir del lado de acá del mundo una tragedia similar a la de Fukushima, Japón cuando el terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011 en aquel archipiélago.
Dicho todo esto, en lo personal me queda una rara sensación de duda. ¿Se habrá dicho toda la verdad acerca del alcance de las afectaciones del huracán Sandy sobre la guirnalda de plantas nucleares que encontró a su paso?
Ojalá no haya bola escondida en asunto tan delicado. Porque además de inexplicable falta al muy cacareado libre acceso a la información, sería como una estocada mortal a la controvertida energía que apenas tres décadas atrás nos pintaban como la mágica solución al agotamiento de los combustibles fósiles en el planeta.
Para acceder a a la transcripción en inglés del diálogo con Amy Goodman, pinche aquí.
Fuentes empleadas:
- http://www.commondreams.org/headline/2012/10/29-2
- http://www.democracynow.org/
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