Julio Martínez Molina
Aunque ella no lo expresara de forma pública, barrunto que a Litz Alfonso le acompañó semejantes ánimo, desiderata e imago del alemán Wim Wenders en su Buena Vista Social Club, para aunar a voces quienes -no obstante no encontrarse esquinadas en su propia tierra, cual el caso precedente de los conspicuos octogenarios- sí merecían esta integración procurada por la dueña de la compañía danzaria homónima, e intuitiva artista-mecenas, en el espectáculo musical Amigas, presentado en el teatro Tomás Terry de miércoles a domingo.
El éxito nacional e internacional del montaje ha sido notorio. Alrededor de 42 mil personas lo apreciaron durante el año anterior en La Habana; en 2011 “fascinó” a la prensa especializada alemana, según las mismas palabras empleadas por los colegas del Rhin.
En un parteaguas de la breve gira cubana, iniciada en Cienfuegos y a proseguirse en breve en Holguín, partirá hacia el Festival de Invierno de Bahrein, por segunda ocasión. Luego Holanda, Bélgica, el Caribe…
En verdad no sería prudente ponderar más Amigas en tanto suerte de “resurrección” de un “teatro musical” con arreglo a las formas canónicas más ortodoxas, o de amago a lo Broadway -pese a nuestro esfuerzo, requiérense todavía demasiados dólares para ello-, que en tanto propósito encomiable de (re) posicionar sobre la escena el extraordinario legado musical patrio (Osvaldo Farrés, Gonzalo Roig, Juan Formell, Noel Nicola…) en las voces “recuperadoras” y muy bien empastadas de Niurka Reyes, Yaíma Saéz y Sory. De manera suplente, Gretell Barreiro, quien recordó en el recital conjunto a su abuelo, el compositor Carlos Fariñas, nacido en Cienfuegos (el otro fue Manuel Dúchesne-Cuzán, así que de casta le viene al galgo su talento) e Interpretó temas de su propia autoría. Ya por ello, la Alfonso merece las palmas, como les fueron batidas antes aquí a Ivette Cepeda, insuperable en frente tal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario