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lunes, 6 de mayo de 2013

“La obra de Allende no se quebró, perviven sus ideales”

A 40 años del golpe de estado fascista, uno de los integrantes del Grupo de Amigos Personales (GAP, cuerpo de seguridad del dignatario chileno) recuerda aquel 11 de septiembre de 1973 en La Moneda

Julio Martínez Molina

Solo contaba con 19 años cuando al dirigente estudiantil Luis Renato González Córdova le confiaron la responsabilidad de integrar el dispositivo de seguridad personal de Salvador Allende, conocido como Grupo de Amigos Personales (GAP) del Presidente, función que él anhelaba sobremanera por su cariño y respeto al líder de la Unidad Popular.
Interrogado acerca de cómo, tan joven, pasó a formar parte de sus filas, responde: “Mi abuelo, Juan González, era fundador del Partido Socialista y toda nuestra familia, de extracción obrera, militaba en sus filas. Yo, además de confiable, era educado y muy discreto, practicaba kung-fú, sabía de armas. Eso me lo viabilizó”.

El 11 de septiembre de 1973, Eladio -nombre de combate de Luis Renato- inició su guardia en la residencia presidencial de Tomás Moro 200 a las 6 de la mañana. Le correspondía hasta las 9:00 a.m.
“Temprano cayó una llamada de alerta, pero mis compañeros y yo teníamos órdenes de no despertar al doctor, quien la noche anterior estuvo reunido hasta muy tarde. Hablaban de un posible golpe, mas inicialmente no se hizo mucho caso, puesto que hubo varias alarmas de ese tipo antes. Después la cosa cambió”, rememora.
Luego que el general de Carabineros, Jorge Urrutia, se comunicó con Allende y le puso al tanto de la situación real, el presidente emitió órdenes y el jefe de la guarnición colocó a Eladio en la escolta del mandatario, para partir raudos hacia La Moneda. Fue uno de los 16 guardias de seguridad que participaron en el hecho.
“Ya allí, el jefe nos reunió, nos habló y agradeció por estar junto a él, en lo que era un golpe de estado artero de los militares en contubernio con Washington. Sabía el peligro de quedarse y nos dio la posibilidad de discrepar y marcharnos. Nadie lo hizo. Dejó claro, sí, su decisión de permanecer en pie de lucha hasta el final”.
En medio del ataque y del bombardeo aéreo, Allende no cesaba de dar instrucciones y preocuparse por el estado de quienes le defendían. Quería evitar un derramamiento de sangre innecesario, evoca González. 
No obstante, la figura elegida democráticamente por las masas, tranquila y dueña siempre de la situación, combatió con gallardía con un fusil AK-47 regalado por Fidel; se expuso a los disparos en la defensa de palacio e incluso disparó una bazooka, refiere.
Tras una batalla en la cual pocas personas fueron capaces de enfrentar con tamaña resistencia y valentía a fuerza militar extremadamente más poderosa (tanques Sherman, cañones sin retroceso de 75 mm. montados en jeeps, aviones caza y 200 uniformados de dos regimientos) los golpistas penetraron a La Moneda y detuvieron a los miembros del GAP a culatazos y salvajes golpes. Él no presenció el final de Allende, afirma.
Cuanto sucedió después con el joven devino casi cinematográfico: en la posta central donde fue trasladado por una suerte de curiosas razones se hizo pasar por camillero y escapó en la cara de sus captores. Luego de fugaz estancia en una casa de seguridad, se asiló en la Embajada de México.
Partió más tarde a un largo exilio compartido entre ese país y, sobre todo, Cuba, la cual hizo su segunda patria por décadas. “Viví 30 años en Cienfuegos, donde trabajé en las Empresas de Cultivos Varios y Glucosa y tuve a mi hijo Iván”. Tras el plebiscito del No al sátrapa Pinochet, retornó a Chile.
Luis Renato, uno de los cuatro ex integrantes del GAP hoy día vivos (dos están en Chile y otro en Francia; tras el asalto a La Moneda muchos fueron detenidos y luego asesinados) no encontró en su retorno al país soñado. Lamenta que allí se demorasen tres años para diagnosticar la afección renal que lo aqueja. “En Cuba, adonde me trajo de vuelta mi hijo Iván, no tardaron ni doce horas”.
En estos momentos, el ex combatiente del GAP está ingresado en la sala de Nefrología del Hospital Provincial Gustavo Aldereguía Lima, de Cienfuegos, donde es dialisado. Él agradece tanto la atención del equipo médico; como el trato -siempre de amigo y nunca de exiliado-, recibido en Cuba por tantos años.
A la altura del aniversario 40 de la muerte de Allende, destaca la bella amistad que lo unió con nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro; así como el valor de su ejemplo imperecedero. “Su obra no se quebró, porque perviven sus ideales. Se abren las grandes alamedas en América Latina y los pueblos tienen la palabra”.

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3 comentarios:

  1. ESPERO DESDE LA DISTANCIA QUE ESTÉ RECUPERÁNDOSE SATISFACTORIAMENTE. ATTE. INA GONZÁLEZ ESCALONA (HIJA DE LUIS RENATO GONZÁLEZ CÓRDOVA)

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  2. Un abrazo grande a mi amigo Renato desde San Antonio de Chile. De corazón esperamos que su recuperación marche bien.

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  3. A Ina y Juan, un detalle de Fanal Cubano. Ver http://youtu.be/z6_fskMULLs

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