Seis mandatarios de entre el centenar presentes en Johanesburgo para asistir a las exequias al líder sudafricano Nelson Mandela, fueron incluidos en la lista de oradores de este martes durante el servicio fúnebre, entre los cuales sólo dos latinoamericanos, la brasileña Dilma Rosseff y el cubano Raúl Castro, tuvieron tal deferencia.
Medios internacionales calificaron la intervención del Presidente Raúl Castro como una de las más esperadas, en particular luego del saludo que se dispensaran con un estrechón de manos él y su par estadounidense Barack Obama, hecho circunstancial que se ha convertido en cintillo mediático.
El mandatario cubano intervino en su turno tras el presidente indio. Al ser presentado por el maestro de ceremonias, Raúl fue calificado como “el representante de una Isla pequeña que nos liberó a todos”, en clara alusión al papel desempeñado por nuestras tropas internacionalistas en la expulsión de los invasores sudafricanos de Angola y Namibia, tras la victoriosa batalla en Cuito Cuanavale, un hecho que removió los cimientos del oprobioso régimen del apartheid y obligó a los segregacionistas a sentarse en la mesa de negociaciones.
“Rendimos emocionado tributo a Nelson Mandela a quien se reconoce como símbolo supremo de dignidad y de consagración inclaudicable a la lucha revolucionaria por la libertad y la justicia, como un profeta de la unidad, la reconciliación y la paz”, dijo el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba al cerrar el primer bloque de intervenciones oficiales.
Añadió que “junto a sus compañeros de lucha dirigió a su pueblo en la batalla contra el apartheid para abrir el camino hacia una nueva Sudáfrica no racial y unida en la búsqueda de la felicidad, la igualdad y el bienestar de todos sus hijos para superar las secuelas del colonialismo, la esclavitud y la segregación racial”
Raúl también recordó que Mandela fue un ejemplo de integridad y perseverancia, encabezó luego el esfuerzo dirigido a la eliminación de la pobreza, la reducción de la desigualdad y la creación de oportunidades para todos.
“Mandela es un ejemplo insuperable para América Latina y el Caribe que avanzan hacia la unidad e integración en beneficios de sus pueblos, respetuosos de su diversidad, con la convicción de que le diálogo y la cooperación son el camino para la solución de las diferencias la convivencia civilizada de quienes piensan distinto”, dijo.
El Presidente cubano afirmó que “la humanidad no podrá responder a los colosales desafíos que amenazan su propia existencia si no lo hacen mediante una nueva concertación de esfuerzos entre todas las naciones como la vida de Mandela preconiza. Cuba, que lleva en sus venas sangre africana, surgió en la lucha por la independencia y por la abolición de la esclavitud y posteriormente ha tenido el privilegio de combatir y construir junto a las naciones africanas”.
"Jamás olvidaremos el emocionado homenaje de Mandela a nuestra lucha común cuando nos visitó el 26 de Julio de 1991" y añadió: “El pueblo cubano ocupa un lugar especial en el corazón de los pueblos de África”.
Raúl recordó entrañable amistad de Mandela con Fidel Castro, símbolo de la hermandad entre africanos y cubanos, quien expresó: “Nelson Mandela no pasará a la historia por los 27 años consecutivos que vivió ahí encarcelado si ceder jamás en sus ideas, pasará porque fue capaz de arrancar de su alma todo el veneno que pudo crear tan injusto castigo, con la generosidad y al sabiduría con que en la hora de la victoria ya incontenible supo dirigir tan brillantemente su abnegado y heroico pueblo, conociendo que la nueva Sudáfrica no podría jamás construirse sobre cimientos de odio y de venganza”.
¡Honor y gloria eternas a Nelson Mandela y al heroico pueblo de Sudáfrica!, concluyó Raúl.
Tras las palabras del Presidente cubano, el maestro de ceremonia Cyril Ramaphosa agradeció las palabras con un: ”Gracias, Castro, por la ayuda de Cuba durante los años de lucha de Sudáfrica. Los dos países están unidos fuertemente en muchos ámbitos”.
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