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sábado, 25 de enero de 2014

Eric Nepomuceno: Casa de las Américas es un puerto de llegada

Francisco G. Navarro

Como un puerto de llegada, nunca de partida, calificó hoy a la Casa de las Américas el escritor brasileño Éric Nepomuceno, traductor al portugués de muchos de los mitos del Boom de la literatura latinoamericana.
Nepomuceno, quien tuvo a su cargo el lunes las palabras inaugurales de la edición 55 del Premio Literario convocado por la institución habanera, comentó que la Casa es un sitio de encuentro, un símbolo, más allá de la función cultural que cumple en la región.
"Lo que para los cubanos es una institución de investigación, de difusión (artística), para nosotros es mucho más, es un sitio de encuentro, un puerto, de llegada, no de partida", insistió el también periodista que participa como jurado del Premio dedicado a la literatura de su país.
Aunque no es mi caso, son poquísimos los intelectuales brasileños que tienen un tránsito por América Latina, la latinoamericanidad en las artes de mi país es más bien escasa, añadió durante el diálogo en la ciudad sede de las labores del Premio, Cienfuegos, 250 kilómetros al sudeste de la capital.

Muchísimos brasileños descubrieron América a partir de la Casa de las Américas y a través de ella establecieron lazos de amistad y trabajo con intelectuales de otros países de la región, enfatizó el ganador en par de ocasiones del Premio Jabuti (como traductor) en el Gigante Suramericano.
La presencia de Nepomuceno en el jurado (que comparte con sus compatriotas Luiz Bernardo Pericás y Suely Rolnik) coincide con el medio siglo de la primera participación de un literato de su país en este concurso, el dramaturgo Oduvaldo Viana, triunfador en el género de teatro con la pieza Cuatro cuadras de tierra.
"Viana fue un gran dramaturgo y participó cuando aún se podía, unos meses antes del golpe de estado del 1 de abril de 1964 contra el presidente Joao Goulart, que instauró el largo período de las dictaduras militares", recordó.
"Porque hoy parece una broma de mal gusto, pero yo siempre recuerdo que entonces  teníamos en el pasaporte un sello que decía 'Válido para todo el mundo, excepto Cuba'", concluyó el autor del reciente celebrado volumen de cuentos Blangadesh, tal vez.

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