La política de Estados Unidos hacia Cuba ha sido un fracaso total, asegura el abogado Antonio Zamora. |
Entrevista al abogado Antonio Zamora, especialista en
Derecho Comercial Internacional, ex miembro de la Brigada 2506 y ex abogado de
la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA)
Edmundo García*
EDMUNDO GARCÍA: Buenas tardes al Abogado Antonio Zamora.
Creo que es la primera vez que estás en La Tarde se Mueve.
ANTONIO ZAMORA: Sí Edmundo, he oído tu programa muchas veces
y nos hemos conocido personalmente por supuesto.
EG: Esta es una entrevista que se va a publicar. Será en mi
estilo de entrevistador; yo soy un entrevistador a veces duro, yo espero que
usted entienda el papel que juega un entrevistador cuando quiere conseguir una
buena entrevista con un buen entrevistado.
AZ: No tienes problemas conmigo, no te preocupes.
EG: Usted nace en Cuba, de qué familia viene, en la de
clases que existía, de qué rango social.
AZ: Mi familia era
básicamente clase media alta, mi padre era profesor en la universidad, y tenía
un abuelo con algunas propiedades, nosotros teníamos tres casas en La Habana,
teníamos en el reparto Kohly dos de ellas y una en la 5ta. Avenida. Yo iba
mucho a un club, el Casino Español de La Habana, visitábamos los Estados Unidos
casi todos los años, etc. O sea, una familia de clase media alta aunque mi
padre murió cuando yo tenía 5 años y la situación económica no era tan buena
después de la muerte de mi padre por supuesto.
EG: Pero no hubo escasez en su familia después de la muerte
de su padre… ¿o eso fue un impacto muy dramático?
AZ: No, yo tenía 5 años, el impacto fue la muerte de él…
Nosotros realmente vivíamos bien, ya te digo, teníamos tres casas en La Habana,
la casa más importante la teníamos alquilada y vivíamos en una casa más pequeña
al lado; yo tenía dos hermanos mayores que se casaron y nosotros vivíamos en la
casa de al lado que era mucho más chica,
que también era propiedad nuestra.
EG: Yo le calculo a usted unos 73 años.
AZ: Bueno, tienes una bola de cristal: cumplí 73 hace unos
días. Yo nací el 18 de enero del año 41.
EG: ¿Usted participó en la lucha contra el dictador
Fulgencio Batista?
AZ: Sí, era muy joven, pero sí. En la familia mía yo diría
que casi todo el mundo estaba en contra de la dictadura de Batista. Mi hermano
mayor estaba en la Universidad de La Habana, ya se había graduado pero estaba
allí, yo también, la mayoría de la familia era oponente del gobierno de
Batista.
EG: ¿Pero usted participó en acciones en esa lucha contra
Batista?
AZ: Yo no diría en acciones; en algunas cositas por aquí y
por allá sí. Pero que yo recuerde, no de una demostración… sí ayudé a un amigo
mío que estaba muy involucrado en esconder armas y moverlas de un lado para
otro. Yo creo que esa fue la cosas más importante que yo hice, e imagino que
alguna manifestación en contra de Batista. Pero no recuerdo.
EG: Usted tenía 15, 16, 17 años, ¿por ahí?
AZ: Bueno, yo estaba en bachillerato, yo me gradué en el año
58 y en al año 58 la clase mía, básicamente, que éramos graduados, dejamos de
asistir al colegio después de la huelga del 9 de abril del 58. El 5to. año dejó
de funcionar, yo estaba en La Salle del Vedado, la escuela Hermanos de La
Salle, y cerraron, no pudimos seguir asistiendo entre otras cosas porque había
dos hijos de Batista que estaban en ese colegio. Pero después de la huelga del
9 de abril la clase mía entera se puso en huelga y no seguimos asistiendo.
Hicimos los exámenes, nos graduamos, pero no hubo una graduación formal. Hubo
una protesta, nosotros estudiantes del 5to. año hicimos una protesta dentro de
la escuela, y los Hermanos de La Salle lo aceptaron y no se siguieron las
clases hasta que nos dieron los diplomas; aunque pasamos los exámenes, los
exámenes de bachillerato de las escuelas en Cuba.
EG: Al triunfo de la Revolución Cubana, con la llegada del
Ejército Rebelde triunfante encabezado por el Comandante en Jefe Fidel Castro,
usted trabaja durante algún tiempo, ¿usted trabaja algún tiempo en lo que se
perfilaba y luego sería el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba?
AZ: Sí. Mi hermano mayor era de la edad de Fidel Castro,
conocía a Fidel Castro, y estaba contra Batista, a favor de la Revolución
Cubana, y él trabajó en el Ministerio de Relaciones Exteriores que en aquel
momento se llamó Ministerio de Estado. El fue director de cancillería, un
puesto bastante importante, y yo tenía un puesto entre otras cosas porque la
universidad estaba cerrada, y yo tuve un puesto primero en Educación y después
en el Ministerio de Estado, que después de llamó Ministerio de Relaciones
Exteriores.
EG: ¿Y usted qué hacía ahí?
AZ: Yo trabajaba en un departamento que se llamaba “Blancos
Consulares”; que son los documentos que se usan para hacer embarques hacia
Cuba. Había que hace un embarque hacia Cuba desde República Dominicana o
Estados Unidos, en aquella época, no sé si se hace ahora con las computadoras y
todas estas cosas… pero entonces había un documento que había que llenar sobre
lo que se estaba importando, para los gastos y ese tipo de cosas. Se llamaba
“Oficina de Blancos Consulares”.
EG: O sea usted era un burócrata, usted no era un
funcionario político.
AZ: Yo era un burócrata, yo estaba trabajando allí con 19 o
12 personas.
EG: ¿Cuándo y por qué usted se va de Cuba?
AZ: Bueno yo básicamente me empiezo a preocupar por lo que
había pasado en Cuba, y a disgustarme con lo que estaba pasando, cuando ya
Anastás Mikoyán va a Cuba, si no me equivoco en febrero de año 60, yo era muy
pro americano, curiosamente tal vez sea menos pro americano ahora que llevo
viviendo aquí 50 años, conozco muy bien este país, tengo la ciudadanía, soy
ciudadano norteamericano… Mi familia era muy pro americana, mi padre era
graduado de la Universidad de Harvard; mi hermano mayor que se llama igual que
mi padre, Juan Clemente Zamora, nació en Nueva York. Mi padre salió de Cuba a
dar clases, dio clases en la Universidad de Miami en los años 30, cuando el
“machadato”. Salió de Cuba, la Universidad de La Habana estaba cerrada.
Nosotros viajábamos a los Estados Unidos casi todos los años; yo me eduqué en
la primaria en un colegio americano en Cuba. Igual que mis dos hermanos.
Nosotros éramos muy pro americanos y la cosa de la Unión Soviética en aquel
momento era parte de la Guerra Fría. Entonces yo me sentí mal con eso porque yo
sentí que Cuba se iba a mantener fuera de esa situación. Yo entiendo por qué
pasó todo lo que pasó, y toda una serie de cosas, pero aquello me disgustó
mucho y entonces me fui de Cuba en octubre del año 60.
EG: Y regresa a Cuba ya como miembro de la Brigada 2506, en
la invasión de Bahía de Cochinos.
AZ: Sí, correcto. Y yo me entero que se está preparando una
invasión estando todavía en Cuba, por un tipo que yo asumo que era de la CIA,
como yo había ido a un colegio americano, yo me imagino que me tenían en alguna
lista, y a mí y a otras personas nos habló de que se estaba preparando una
invasión y entonces yo voy a unirme a las fuerzas invasoras.
EG: O sea usted sale de Cuba sabiendo ya que va a regresar
en una invasión desde Estados Unidos para derrocar a la Revolución.
AZ: No, no lo puedo poner de esa manera, yo no sabía lo que
se estaba preparando, yo no sabía lo que estaba pasando, en aquel momento no
existía la Brigada de Asalto 2506. O sea yo me voy de Cuba porque estoy
disgustado con la situación, entro en esto como un conflicto de la Guerra Fría,
entre Estados Unidos y la Unión Soviética, y porque este señor que hablaba con
nosotros y tenía un montón de amigos nos decía que por qué no nos íbamos, que
se iban a tomar acciones desde Estados Unidos, eso es lo que me motiva a mí a
irme. Yo me voy y me incorporo a la organización de la Brigada 2506 a los dos o
tres meses de haber llegado.
EG: ¿Usted desembarca?
AZ: Yo desembarco.
EG: ¿Y participa en combate?
AZ: Sí.
EG: ¿Y fue herido o nunca fue herido?
AZ: No, no fui herido, compañeros míos sí fueron heridos y
muertos, pero yo no fui herido.
EG: Y en el tiempo que estuvo preso cómo lo sobrellevó.
AZ: Mira, yo, primero, era joven; no estaba casado, no tenía
hijos ni nada de eso. Una de las cosas que hizo el gobierno cubano es que nos
separó, pero en grupos, yo tenía muy buenos amigos en la prisión. Hubo algún
que otro maltrato pero era mínimo. Un señor que había perdido creo que el
hermano en Bahía de Cochinos, en la invasión de Girón, ametralló a un grupo de
gentes. No mató a nadie pero hirió a varios. Estar preso siempre es malo, pero
yo realmente no sufrí gran cosa, estaba con mis amigos… ¡hombre perdí como 40
libras!, pero eso es otra cosa. Yo pasé mis 2 años y pico sin mucho problema.
EG: Al cabo de los años, cuando los años pasan, y las ideas
maduran, y los procesos históricos van tomando el sedimento del tiempo, usted
habrá reflexionado y no sé si habrá llegado a la conclusión, si muchos han
llegado a la conclusión, de que esa fue una invasión mercenaria producto de que
era dirigida, financiada y estructurada por una potencia extranjera de arriba
abajo, de principio a fin, de cabo a rabo, ¿usted ha llegado a esa conclusión o
no ha llegado a esa conclusión?
AZ: No, yo estoy bastante en desacuerdo con esa conclusión.
Primero, por lo menos desde el punto de vista mío, yo no era de ninguna manera
un mercenario; el problema mío era un problema de la Guerra Fría, yo no estaba
peleando contra los cubanos yo estaba peleando contra la Unión Soviética.
EG: Pero pelearon contra milicianos cubanos, no pelearon
contra soldados soviéticos.
AZ: Está bien pero en mi mente, los milicianos cubanos eran
dirigidos y manejados por la Unión Soviética, las armas contra las que nosotros
peleamos, los tanques, los cañones, todos vinieron de la Unión Soviética.
EG: Zamora, algo de ayuda en armamento, como Estados Unidos
ayudaba en armamentos a muchas personas, pero los milicianos cubanos eran
dirigidos por el Comandante en Jefe Fidel Castro y no por Mikoyán ni por
Kruschov. Mientras que la Brigada de Asalto 2506 era dirigida por Howard Hunt,
David Atlee Phillips y Allen Dulles, los tres grandes halcones de la CIA; eso
la historiografía norteamericana lo reconoce.
AZ: Yo estoy de acuerdo con lo que tú estás diciendo. Yo te
estaba diciendo como yo lo veía. Con lo que tú has dicho yo estoy de acuerdo;
excepto con una cosa. Yo una de las cosas que he estudiado, yo no leo novela,
no veo televisión, a mí me encanta la historia; yo tengo mi propia teoría de la
historia de Bahía de Cochinos y la parte de los Estados Unidos. Yo he estudiado
esto profundamente y es más he escrito hasta un libro sobre mi proceso político
que acaba de ser publicado hace unos meses, que se llama “Lo que aprendí de
Cuba yendo a Cuba”. Está publicado en inglés, eventualmente lo voy a hacer en
español y lo voy a documentar también con una serie de cosas. Mi interpretación
de lo que yo estaba haciendo es que estaba luchando contra la Unión Soviética;
que los milicianos eran cubanos, por supuesto, pero la idea era que uno no
estaba peleando necesariamente contra cubanos, que estaba peleando contra las
acciones de la Unión Soviética, y defendiendo los intereses de los Estados
Unidos. Eso es como yo lo veía, estoy seguro que mucha otra gente lo vieron
diferente, pero muchos lo vieron igual.
EG: Pero después usted, que le gusta la historia, ¿no se ha
puesto a poner la historia cronológicamente y darse cuenta que en ese momento
la relación entre Cuba y la Unión
Soviética no tenía el peso que alcanzó después de esa invasión y de la crisis
de los cohetes? O sea, que en ese momento aún el carácter socialista de la
revolución no había sido proclamado.
AZ: Bueno yo estoy de acuerdo con todo eso, pero las armas,
las cuatro bocas, los obuses, los tanques que nos derrotaron a nosotros… Íbamos
a perder de todas maneras, porque nosotros no teníamos el más mínimo chance; y
aunque no estuvieran esos tanques ahí, aunque no estuvieran esas cuatro bocas
allí, aunque no estuvieran los equipos soviéticos allí, íbamos a perder de
todas maneras. Nosotros no teníamos el más mínimo chance de ganar. Podemos
estar hablando diez días sobre eso; yo tengo mi teoría muy especial de qué fue
lo que pasó. Y parte de eso lo he puesto en el libro. Yo podría hacer tres
libros de lo que yo pienso. Mi teoría sobre Bahía de Cochinos no tiene nada que
ver con lo que dice la mayoría de la gente. Yo estoy prácticamente en contra de
todo lo que se ha dicho de Bahía de Cochinos.
EG: De lo que ha dicho quién, qué parte.
AZ: Los de aquí, no estoy hablando de los de allá. De las
interpretaciones de aquí de lo que pasó en Bahía de Cochinos. Yo creo que nadie
está de acuerdo con lo que yo digo.
EG: ¿Hoy en día usted saluda o critica la decisión del Presidente
Kennedy de no autorizar un bombardeo sobre Cuba?
AZ: Yo creo que eso es irrelevante completamente…
EG: ¿Irrelevante?
AZ: Nosotros íbamos a perder de todas maneras. La invasión
de Bahía de Cochinos fue un disparate inventado por la CIA basado en lo que
pasó con Jacobo Arbenz en Guatemala. El que no entienda eso no entiende nada.
Eso se preparó exactamente igual que se preparó la acción contra Jacobo Arbenz
en Guatemala.
EG: Y los tres mismos halcones.
AZ: Y fue un desastre. Porque se confundieron. Confundieron
a Jacobo Arbenz con Fidel Castro. Una tontería. Una imbecilidad completa. A
nosotros nos dan armas de la Segunda Guerra Mundial, nosotros teníamos cinco
tanques de basura. Nosotros estábamos peleando con el Garand, que era el arma
de los americanos en la Segunda Guerra Mundial.
EG: Y más allá de las armas. La respuesta popular que usted
vio, más allá de la calidad de las armas, Cuba tampoco tenía muchas armas en
ese momento…
AZ: Perdóname, Cuba tenía cincuenta tanques Stalin, tenía un
montón de cuatro bocas, tenía cañones que tiraban a 25 kilómetros. Nosotros no
teníamos el más mínimo chance. Mira, para darte una idea militar, la artillería
nuestra caminaba cuatro kilómetros. La artillería del gobierno cubano caminaba
quince kilómetros. No teníamos el más mínimo chance.
EG: Zamora usted hace mención dos veces a la CIA, ¿usted fue
miembro de la CIA?
AZ: No.
EG: ¿Usted nunca fue miembro de “la compañía”?
AZ: No.
EG: Cuando usted regresa, que el Presidente Kennedy consigue
que ustedes regresen, y entrega las compotas y los equipos agrícolas a Cuba, y
regresan a Miami, muchos fueron a “la compañía”. Tengo entendido que usted fue
a la Marina.
AZ: Pero eso no tiene que ver con la CIA.
EG: Yo lo sé. ¿Pero usted nunca fue agente de la CIA?
AZ: No, yo fui oficial de la Marina, no retirado porque yo
estuve nada más que dos años. Cuando nosotros salimos de Bahía de Cochinos, a
trescientos de nosotros más o menos, nos ofrecen posiciones de oficiales en las
fuerzas armadas de Estados Unidos: Marina, Ejército y Aviación. Yo acepté una
posición de oficial en la Marina de Guerra de los Estados Unidos, y estuve ahí
dos años más o menos. Eso se acabó después de la muerte de Kennedy.
EG: ¿Pero nunca tuvo nada que ver con “la compañía” usted?
AZ: No, nunca tuve nada que ver. Es posible que… bueno me
hayan… no sé, yo nunca he tenido sueldo en “la compañía” ni he trabajado para
nadie en la CIA.
EG: Se lo preguntaba porque hay un axioma que dice “una vez
en la compañía siempre en la compañía”, ¿será ese axioma cierto?
AZ: Sí, yo te voy a relatar una pequeña historia. Yo he sido
abogado desde los años 70, y sigo siendo abogado. Lo que más yo he hecho como
abogado es inversiones internacionales, negocios internacionales, sobre todo
con América Latina. Yo fui abogado de un jefe de inteligencia de América
Latina, específicamente de Venezuela, que me dijo en un momento determinado,
conversando en mi oficina en Miami, que la inteligencia es buena, porque la
inteligencia evita muchos problemas, evita muchos errores, es bueno que los
países tengan inteligencia pero me dio un consejo: nunca le digas una mentira a
un oficial de inteligencia, porque más tarde o más temprano van a saber que tú
dijiste una mentira. Y segunda cosa, que nunca hagas lo que un oficial de
inteligencia te pida. Por sencillo que sea; una llamada por teléfono, mandar
una carta, llevar un paquete… nunca hacer lo que te pida.
EG: ¿Usted me está hablando de Oscar García?
AZ: No, no estoy hablando de Oscar García. Además no se
llamaba Oscar. El Sr. García no se llamaba Oscar. Yo estoy hablando de un
funcionario venezolano. No tiene nada que ver con los cubanos. García murió
hace poco en Miami.
EG: Murió hace poco en Miami. Y estuvo muy vinculado a la
inteligencia venezolana.
AZ: Pero no era jefe. El mío era jefe.
EG: Ya…
AZ: Entonces yo no acepto eso. Primero no le digo mentiras a
nadie y no acepto nada que me pidan, o favores. Esa es mi política por muchos
años, por lo que me dijo este señor le estoy muy agradecido. El falleció hace
ya mucho tiempo.
EG: Déjeme pasar a un tema, ¿usted se hace abogado en qué
año, en el 73?
AZ: Yo me gradué de abogado en el 73, sí.
EG: Y cómo comienza sus vínculos con Jorge Mas Canosa.
AZ: Bueno, yo conozco a Jorge en Fort Benning. Jorge fue del
grupo ese de trescientos que aceptaron ser oficiales en las fuerzas armadas de
los Estados Unidos. Yo estaba en la Marina y él estaba en el Ejército, y yo lo
conozco de ahí.
EG: Usted trabajó como abogado de la Fundación Nacional
Cubano Americana, tal vez uno de los primeros o el primero. ¿Lo invita Jorge
Mas Canosa como parte de esa amistad a formar parte de la Fundación Nacional
Cubano Americana?
AZ: Sí. El que crea La Fundación como abogado es un abogado
norteamericano que no recuerdo cómo se llama, ya murió hace un tiempo, que era
abogado de Jorge. Pero después que se creó la organización, formalmente, y se
inscribió en el registro público y ese tipo de cosas, Jorge un día me invita a
almorzar y me pide que yo sea el consejero legal de La Fundación, y lo fui por
once años.
EG: Y sus vínculos, ¿eran solo los de la representación
legal o usted formaba parte de la Junta Directiva de la Fundación Nacional
Cubano Americana?
AZ: Era básicamente el asesoramiento legal, aunque como el
abogado de La Fundación participaba de reuniones del Director y de ese tipo.
EG: ¿Pero fue miembro de la Junta de Directores?
AZ: Creo que sí, pero por unos años, no me acuerdo, mi
función era la de abogado.
EG: ¿Cómo es la salida suya de la Fundación Nacional Cubano
Americana y por qué?
AZ: Muy sencillo y lo explico en el libro. Cuando viene la
caída de la Unión Soviética, en el año 89-90, yo, todos nosotros, esperábamos
que Cuba iba a pasar por el proceso de una colonia, una Hungría, etc., pensamos
que se caía el gobierno cubano. Nosotros tuvimos infinidades de reuniones,
conversaciones, acciones, cosas que se hicieron, se prepararon para esa
eventualidad. Eso se relaciona en muchos aspectos con la elección de Ronald
Reagan en el año 80, nosotros estábamos muy cerca de la administración Reagan;
se cayó la Unión Soviética pues Cuba se cae también. Eso no pasó, y yo, que
aparte de ser abogado estudié Ciencias Políticas por muchos años, y estaba
haciendo un Doctorado en Ciencias Políticas con una especialidad en América
Latina, yo pensé que había algo raro que yo no entendía, y yo iba a tratar de
averiguarlo, entonces sin mucho aspaviento, porque a mí no me gusta pelearme
con nadie, la gente se pelea conmigo pero yo no me peleo con nadie, le escribí
a Jorge Mas Canosa y le dije: mira Jorge, llevo once años trabajando para La
Fundación, me quiero coger una licencia, así que mira, yo voy a dejar mi
puesto. Lo que yo iba a hacer era ponerme a estudiar lo que estaba pasando con
Cuba, porque yo no entendía. Haciendo una historia larga, que repito yo pongo
en el libro, yo he estado bastante involucrado en la política de Miami de los
70 y los 80, sobre todo de los 80, cuando era Vicepresidente de la Junta de
Comercio Internacional de la Ciudad de Miami. Con esa posición yo conocía a
mucha gente de América Latina, presidentes de América Latina y del Caribe, y muchas veces yo les hablaba de
Cuba; algunos me decían que no estaban interesados, decían que no querían
hablar de eso sino de otra cosa, pero la mayoría me decía que nosotros
estábamos equivocados con lo que estábamos haciendo con Cuba; que era tratar de
cambiar el régimen cubano, utilizando a los Estados Unidos, es una estrategia
que no llega a ningún lado, que lo único que hace es fortalecer al régimen
cubano. Eso es lo que me dijeron a mí personalmente dos docenas de presidentes
de América Latina. Segunda cosa que me decían, era que lo que había que hacer
con Cuba era traerla de vuelta a la OEA y entonces ahí discutir el problema de
los exilados y etc. A mí esa cosa, con el hecho de que la Unión Soviética había
desaparecido, y Cuba seguía manteniendo su posición como un país independiente,
yo decidí que yo quería saber por qué. Y eso me hace ir a Cuba en el año 95,
además de que me pongo a leer un montón de libros.
EG: Antes de llegar a su primera visita a Cuba, ¿usted tuvo
conocimiento de que Jorge Mas Canosa en persona envió a través de Francisco
González Aruca un mensaje a las máximas autoridades cubanas de que él quería
reunirse con Fidel Castro? Cosa que Fidel Castro, para hablarlo claramente, lo
tiró a mierda inmediatamente. Pero que Jorge Mas Canosa insistía y envió un
mensaje por ese canal para tratar de tener un contacto en los momentos
difíciles de la década del 90. ¿Sabía usted eso?
AZ: Bueno, yo no sé si Aruca hizo eso, pero yo sé que hubo
una llamada de Jorge Mas Canosa a Carlos Lage…
EG: A Chile.
AZ: … en Chile.
EG: ¿El alguna vez le manifestó que quería hablar con Fidel?
AZ: Bueno con Fidel no sé, yo no recuerdo eso específicamente,
pero hablar con el gobierno cubano sí.
EG: El gobierno cubano lo dirigía y lo encabezaba Fidel.
AZ: Bueno está bien, pero tú puedes hablar con un embajador
y no estás hablando con Fidel. El embajador le reporta a Fidel.
EG: Hay que ser un poco ingenuo para pensar que un embajador
hablaría con Jorge Mas Canosa sin la venia del Presidente de los Consejos de
Estado y de Ministros de Cuba, sin la venia del Comandante en Jefe Fidel
Castro.
AZ: Sí pero eso no es lo que yo estoy diciendo. Tú puedes
llamar al embajador o a Carlos Lage cuando estuvo en Chile, y decirle que te
quieres reunir. Tú puedes hablar con personas de segundo nivel y esas personas
se lo llevan al alto nivel. Eso pasó, para no ir más lejos, con Bernardo Benes
y el diálogo y todo eso.
EG: Pero usted entenderá que si a mí me dan la opción de
entrevistar a alguien del gobierno de los Estados Unidos yo voy a tratar de
entrevistar a Barack Obama. Aunque lo que consiga sea Eric Holder o a un
Subsecretario, la primera intención es entrevistar al Presidente. Cuando uno
está tratando de tener contacto con un gobierno está tratando de llevarlo al
mayor nivel posible. Es como una verdad de Perogrullo.
AZ: No, yo no estoy de acuerdo, perdóname, no estoy de
acuerdo.
EG: Se puede querer hablar con alguien y no con la máxima
autoridad.
AZ: Es que tú empiezas… y si la máxima autoridad te da
entrada, perfecto, pero si la máxima autoridad no te quiere dar entrada o tú no
tienes cómo llegar tú vas por otros caminos. Eso es lo que yo creo que pasó,
que hubo un intento; yo no sabía que Aruca había llevado (un mensaje), no me
extraña, para nada. Sí sabía que había esa intención.
EG: Aruca y Mas Canosa eran vecinos, en Pinecrest, no sé si
usted sabía eso.
AZ: No, no sabía eso… Pero no me extraña; estamos
discutiendo una cosa que no tiene sentido.
EG: Muy bien.
AZ: Yo no estoy diciendo que no sea correcto, pero en muchas
ocasiones, en la gran mayoría de las ocasiones, tú no hablas con el jefe de
gobierno, eso no pasa, en el mundo diplomático real, entre países, eso no pasa.
Tú primero hablas con alguien más abajo y entonces eventualmente tú hablas con
el presidente, si es que te dejan llegar al presidente. O sea, el mundo
diplomático no funciona como tú lo estás viendo.
EG: Esa pudiera ser otra discusión pero vamos a dejarlo ahí.
¿Usted termina en buenos términos con Mas Canosa y con la Fundación Nacional
Cubano Americana?
AZ: Sí, en general sí.
EG: O sea hasta el final, hasta su muerte, fue amigo de él.
AZ: No, yo no era amigo de él. Yo era amigo de que lo
conocía, él me conocía, pero yo no era cercano a él ni nada de eso. Yo no era
de su grupo íntimo ni mucho menos; debo haber estado en su casa una o dos
veces, pero yo no era de sus amigos íntimos. Aunque yo me consideraba un amigo.
EG: ¿Usted conoció de la existencia de un ala militar o
paramilitar de La Fundación?
AZ: Vagamente.
EG: ¿Qué quiere decir con “vagamente”?
AZ: Bueno, “vagamente” quiere decir que lo que tú me estás
diciendo desde el punto de vista legal, organizativo, no tenía nada que ver con
la Fundación Nacional Cubano Americana. Y una de las cosas que yo tenía que
hacer era mantener esas cosas separadas. Porque La Fundación era una
organización privada, no lucrativa, que hacía labores de cabildeo pero como
otra organización. Todo eso estaba organizado dentro de las leyes de los
Estados Unidos. Existían cosas paralelas, pero una de mis funciones era
mantener esas cosas paralelas separadas de La Fundación.
EG: Pero por ejemplo, sobre las bombas estallaron en los
hoteles cubanos Posada Carriles le dijo a Ann Louise Bardach que él era
financiado por la Fundación Nacional Cubano Americana y por Jorge Mas Canosa;
además la Fundación Nacional Cubano Americana compra una página en The Miami Herald
y en El Nuevo Herald diciendo que eso eran levantamientos de militares cubanos,
¿usted estaba allí? Y si estaba allí, ¿se creyó esta historia?
AZ: Yo no tenía nada que ver con eso; yo dejé La Fundación
en el año 93, yo no sé nada de eso que tú me estás hablando.
EG: ¿Usted no sabe que La Fundación publicó una página en El
Herald diciendo que las bombas que estaban explotando en La Habana eran por
levantamiento de fuerzas militares dentro de Cuba?
AZ: Yo sé que Posada Carriles hizo eso. Yo sé que Posada
Carriles hizo lo de las bombas, que fue el que voló el avión de Barbados, que
estuvo involucrado en esas cosas. Ahora…
EG: Citó a Jorge Mas Canosa, diciendo que había sido
financiado por la Fundación Nacional Cubano Americana y Jorge Mas Canosa.
AZ: Lo que tú me estás diciendo yo no lo sé.
EG: ¿Usted no leyó ese artículo de Ann Louise Bardach en The
New York Times?
AZ: No. He leído el libro de Bardach, pero el artículo que
me estás diciendo no.
EG: Como a usted le gusta la historia, yo se lo voy a
enviar; tanto el artículo como la página pagada por La Fundación, inculpando a
militares cubanos de que había un levantamiento. Solamente para que tenga la
referencia histórica.
AZ: Perfecto, te lo agradezco mucho, no conozco la cosa esa.
En ese momento no estaba en La Fundación ni seguía de cerca lo que hacía La
Fundación.
EG: ¿Cómo se produce el regreso suyo a Cuba, Zamora?
AZ: Bueno el regreso a Cuba se produce porque un par de
amigos míos que habían ido a Cuba, incluyendo a uno que había sido de La
Fundación, todo eso lo explico en el libro, y voy a Cuba, quien me ayudó en ese
proceso fue John Cabañas; voy a Cuba inclusive con un mensaje de la
administración Clinton; voy a Cuba porque quiero ir a Cuba, porque me dejan ir
a Cuba, la administración Clinton me da permiso para ir a Cuba, voy con mi
esposa, y con otro matrimonio, y voy a Cuba llevando un mensaje de la
administración Clinton y de una cosa que se llamaba el Caribbean Latin American
Conference, para invitar a un ministro cubano a una de las conferencias de esta
organización; la del año 96. Y yo voy a Cuba en octubre del 95 con esa
invitación (todo eso lo explico en el libro), presento en lo que hemos quedado
con Estados Unidos, con el gobierno americano. Todo eso pasó en el año 95;
después en el año 96 derriban los aviones de Hermanos al Rescate y el gobierno
americano por supuesto cancela la invitación.
EG: ¿Tuvo usted consecuencias personales entre antiguos
miembros, amigos o colegas por haber visitado Cuba?
AZ: Tuve bastantes, sí, pero los amigos míos de verdad no se
pelearon conmigo. No les gustó lo que yo hice pero no se pelearon conmigo.
EG: ¿Usted es de los expulsados de la Brigada 2506 como
Alfredo Durán?
AZ: Bueno, yo no me río de eso, pero cuando a mi me expulsan
ya yo no era miembro de la organización esa de Veteranos de Bahía de Cochinos.
Yo había dejado de ser miembro unos años antes.
EG: ¿Entre las consecuencias que usted tuvo que pagar por el
viaje a Cuba hubo alguna de gravedad para su familia para su economía?
AZ: Sí, yo fui vetado de varias posiciones que me
ofrecieron. Por ejemplo un bufete, un puesto que me estaban ofreciendo
relacionado con América Latina y un grupo de abogados cubanos se encargaron de
decir que si yo entraba al bufete ese ellos dejaban de ser clientes. Eso me
pasó varias veces, pero en este caso me hicieron la oferta, y después me la
retiraron.
EG: Usted está preparando ahora un evento que tiene que ver
con un grupo de abogados aquí en el estado de la Florida. Este evento
probablemente busca un acercamiento hacia Cuba pero al parecer tampoco
contempla una crítica al embargo, o al bloqueo, o a otros temas. ¿Ese evento
del cual usted formará parte no incluirá cosas bien claras como el carácter
extraterritorial de la Ley Helms-Burton y otros temas de ese tipo?
AZ: Pero este es un proyecto del Florida Bar, del Colegio de
Abogados de la Florida, del cual yo soy parte, yo soy el director de un
subcomité sobre el Caribe, y este subcomité está preparando una conferencia
sobre Cuba y Estados Unidos. Esa conferencia va a tener lugar en Orlando y no
va a ser política. Nosotros vamos a presentar una posición, vamos a llamarle
“imparcial”, de lo que son las leyes de Estados Unidos hacia Cuba y las leyes
de Cuba que se reflejan en Estados Unidos; porque es una cosa legal y de
comercio.
EG: Pero el carácter extraterritorial de la política de la
Ley Helms-Burton, ¿está incluido en ese sumario?
AZ: No.
EG: Entonces, me atrevo a decir yo, como que no es muy serio
por el impedimento de la extraterritorialidad considerado por muchos países del
mundo, de la Ley Helms-Burton, dígame usted.
AZ: La ley Helms-Burton se va a discutir, desde el punto de
vista de Estados Unidos, pero no se va a “evaluar”. Se va a considerar que esa
es la ley de Estados Unidos y las implicaciones que tiene esa ley. Pero lo que
tú me estás diciendo es que se va a condenar la ley, y no; nosotros no vamos a
tomar una posición de que si es buena o es mala, vamos a explicar qué cosa es.
Igual que vamos a explicar las leyes cubanas sin decir si son malas o buenas.
Vamos explicarlas.
EG: Y usted qué opinión tiene de la Ley Helms-Burton.
AZ: Bueno yo creo que es un disparate completo.
EG: Y no puede alguien que tiene ya esa convicción luchar en
el seno del board de abogados de la Florida para que se entienda ese disparate.
AZ: Yo vengo hablando mal de la Ley Helms-Burton desde que
la pasaron; es más, desde antes que la pasaran yo vengo diciendo que es un
disparate. Y a los que hicieron la ley se los he dicho públicamente, es un
total absurdo. Pero eso no tiene nada que ver con una conferencia. La Ley
Helms-Burton es una ley, una ley que no se aplica, dicho sea de paso, tiene
cosas que no se aplican. Lo que nosotros vamos a hacer es explicar qué cosas
hay en la ley que se aplican y no se aplican; igual que vamos a explicar cuál
es la ley de inversión en Cuba, la nueva y la anterior; vamos a explicar cómo
es, cómo se hace y cómo se aplica. Pero no vamos a decir si es mala o buena,
vamos a hablar de lo que existe. Y eso es lo que vamos a hacer en esa
conferencia de abogados; que es lo que se hace en la mayoría de las
conferencias de abogados.
EG: ¿Qué opinión le merece la reunión de la CELAC que acaba
de concluir en La Habana?
AZ: Un éxito extraordinario. Sé que hay mucha gente que se
está despertando con esto. Una de las cosas que yo digo en el libro, donde hago
un análisis de la política internacional y de la política de Estados Unidos
hacia Cuba, es que el punto de aislar a Cuba, que formaba parte de esta
política, y lo que demuestra lo que pasó en La Habana es que quien ha quedado
aislado es Estados Unidos. No Cuba. La política de Estados Unidos hacia Cuba ha
sido un fracaso total en sus tres puntos fundamentales: recuperar las
propiedades, aislar a Cuba y cambiar al régimen. Las tres cosas han sido un
fracaso.
EG: ¿Cuál es su opinión del Comandante Fidel Castro?
AZ: Es un revolucionario; alguien que hizo cosas
importantes, pero por otro lado pienso que desde el punto de vista de la
sostenibilidad de la nación cubana ha sido bastante malo. Las políticas
económicas de Fidel Castro, y esto no lo digo sino hasta su hermano Raúl
Castro, han sido un error.
EG: ¿Usted ha oído a Raúl Castro, usted puede darme la cita
exacta donde Raúl Castro dice eso?
AZ: No, pero sí te puedo decir que eso es una cosa que se
comenta mucho en Cuba.
EG: ¿Pero alguien, usted tiene algún aval de que Raúl Castro
haya dicho eso una sola vez en la vida?
AZ: Lo que está haciendo Raúl Castro como presidente de Cuba
es una serie de cosas que se deberían haber hecho hace mucho tiempo.
EG: Pero eso significa esa afirmación que usted ha hecho de
que lo ha dicho el propio Raúl Castro.
AZ: Retiro la cosa, pero las acciones de Raúl Castro indican
eso. Y yo retiro lo que dije porque es verdad que no lo ha dicho.
EG: ¿Y usted cree que con la autoridad de Fidel, y estando
en plena capacidad intelectual, usted cree que Raúl Castro, lo dijo cuando
asumió el mandato, no conversa todas esas medidas con Fidel?
AZ: Es posible, me imagino que probablemente sí. Pero que ha
habido un cambio profundo creo que no cabe la menor duda. Si mal yo no
recuerdo, y yo no sigo esto demasiado cerca, fue el propio Fidel Castro en su
último discurso, yo creo que después no ha habido otro discurso, en la
escalinata de la Universidad de La Habana quien dijo que “el modelo nuestro no
nos sirve ni a nosotros”.
EG: Bueno, eso fue al periodista Jeffrey Goldberg, de la
comunidad judeoamericana que escribe para la revista The Atlantic; entonces ya
Fidel no estaba en funciones y fue dentro de una conversación en el Acuario, no
en la escalinata universitaria, y fue una frase dentro de un contexto de
opiniones.
AZ: Pero bueno, no tiene que ver tanto que estuviera o no
estuviera.
EG: Lo preciso para aclarárselo a la audiencia. Me gustaría
como último punto, preguntarle qué solución ve usted al caso de los cinco
antiterroristas cubanos y al caso de Alan Gross. ¿Qué solución usted considera
viable?
AZ: Primero, ya no son cinco. Van a ser tres. Yo creo que
Alan Gross debe ser liberado, y creo que los otros tres que están prisión deben
ser liberados también. Yo no creo que eso sea posible legalmente en los Estados
Unidos a no ser por un indulto presidencial; yo estoy a favor del indulto
presidencial, pero para eso probablemente habrá que esperar a cuando se termine
la administración de Obama. Yo soy abogado pero no soy litigante en cuestiones
criminales; y ambos casos son criminales. Yo creo que eso es lo que va a pasar;
que yo quisiera que pasara, que soltaran a Alan Gross y que eventualmente los
tres que van a quedar en prisión aquí también sean liberados y por supuesto
enviados a Cuba.
EG: ¿Usted cree que el control de lo que muchos consideran
la línea dura, ese sector llamado por algunos “exilio histórico, usted cree que
se ha debilitado ya, o todavía tiene un gran poder de influencia en la
comunidad y en el gobierno federal?
AZ: Yo creo que la línea dura sigue teniendo influencia en
el gobierno local, en el gobierno del estado y en el gobierno federal; ha
disminuido tremendamente, y creo que cada día la van a seguir perdiendo.
Principalmente porque las posiciones que ellos tienen están basadas en una Cuba
que ya no existe; la Cuba del 59, del 58 fue completamente diferente. Otra
cosa, la gente que estaba viva en los años 50 un gran por ciento ya falleció,
estamos en otra cosa completamente diferente y aquí no lo entienden. La Cuba
que se ve aquí en la línea dura es un disparate completo; nada más que tienes
que leer los periódicos lo que dicen esta gente, no todos por supuesto.
EG: Antonio Zamora, muchas gracias por haber contestado
todas mis inquisiciones y preguntas, por haber participado en La Tarde seMueve, le prometo que una próxima vez será sobre otros tópicos, pero yo creía
que era necesario, a partir de la vida que usted ha vivido, tener una primera
entrevista en este tono. No sé si usted se ha sentido molesto, no era mi
intención, pero yo me siento satisfecho con la entrevista.
AZ: Yo también, yo no me siento molesto por nada; yo hablo
lo que yo pienso y de la forma en que veo las cosas.
EG: Muchas gracias por participar. Gracias a todos los
oyentes. Nos vemos en La tarde se mueve, a las 5 en punto.
Cuenta del autor en Twitter: @EdmundoGarcia65
(*) Periodista cubano residente en EE.UU., conductor del
programa La Tarde se Mueve.
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