El llevado y traído tema de las regulaciones aduaneras puestas en vigor este lunes vieron transcurrir la primera jornada de aplicación con normalidad y sin contratiempos entre los viajeros que llegaban hoy en distintos vuelos a la isla.
"Todo bien. Sin problemas", era la respuesta más habitual entre los pasajeros que llegaban en los primeros chárter desde Miami, la mayoría de ellos cubanos residentes en EEUU, que viajan a Cuba con frecuencia y generalmente cargados de regalos para sus familiares.
Este lunes fueron puestas en vigor las resoluciones 206, 207 y 208 de la Aduana y la 300 del Ministerio de Finanzas y Precios, medidas aduaneras que buscan imponer límites al carácter no comercial de las importaciones por personas naturales, normas vistas por muchos como un obstáculo, aunque otros las consideran como algo normal, tal cual sucede en otras partes del mundo.
Uno de los que así opinó fue Vidal Valdés, cubano residente en EEUU, quien estima las nuevas medidas "son lógicas" y responden a la necesidad de Cuba de "defender su mercado interno como hacen todos los países del mundo" y atajar el problema de las "mulas", personas que se dedican a "hacer negocio" con productos que traen del exterior.
Valdés indicó que, por una bicicleta traída de regalo para su nieto, pagó más en Miami que en Cuba: "Por sacarla de Miami tuve que pagar 170 dólares y aquí sólo he tenido que pagar 25", dijo.
"Vengo con el peso de equipaje permitido y sin ningún problema. Allí en Miami estaban todos encendidos con lo que pensaban que iba a ser; pero yo no creo que estas medidas afecten para futuros viajes", contaba Carlos Hernando, otro cubano de 55 años residente en Miami.
Por su parte, Silvio Probón, también arribante en uno de los vuelos desde Florida y quien viaja a Cuba varias veces al año, cree que las nuevas medidas se ajustan a la realidad y que imponen límites claros que marcan la diferencia entre el simple viajero y el que introduce bienes de contrabando.
"Tú sabes que no puedes traer 30 pares de zapatos, pero es que cualquier persona que sea un trabajador no tiene tantos zapatos", precisó.
La mayoría de los viajeros expresaban su conformidad con las nuevas normas, ya que se mantiene invariable el límite de peso del equipaje personal que pueden introducir a la isla, 25 kilos libres de impuestos, que se pueden ampliar en 100 kilos más con el pago en aduana de 1.000 pesos cubanos, unos 50 dólares.
Sin embargo, una de las quejas más extendidas sobre esta norma es el aumento del precio en aduana por aparatos electrónicos, coste que en la mayoría de los casos se ha encarecido hasta en 100 dólares; de manera que introducir un televisor de 32 pulgadas cuesta ahora 250 dólares, cantidad que asciende a 400 o 500 dólares para televisores de mayor tamaño.
"Es la primera vez que traigo un televisor y me han cobrado 500 dólares en la aduana aquí y 190 allá. Primera y última vez que traigo un televisor", contaba un pasajero.
"Ahora si vienes con una laptop (ordenador portátil) también tienes que pagar, cuando antes si sólo traías uno se consideraba equipaje personal y no pagabas", se lamentaba otro viajero, Ramón, de 38 años, residente en Miami desde hace ocho.
A pesar de estas quejas, el sentimiento más generalizado fue de normalidad, un mensaje que también trasladaron los trabajadores del aeropuerto y de la aduana.
"Todo ha transcurrido con la normalidad habitual. Esta medida no va a afectar en el día a día. La gente venía de allá con unas ideas por la mala propaganda, pero han llegado aquí y se han encontrado que todo está normal. El cambio de la ley no ha sido tan significativo", señaló Luis González, segundo jefe de la terminal 2, a la que llegan los vuelos procedentes de EEUU.
El funcionario de la aduana, Carlos Ruiz, enviaba el mismo mensaje al asegurar que "todo fluye con normalidad, sin dificultades". (Con información de EFE)
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