A 14 años del inicio del juicio a cinco antiterroristas cubanos en la ciudad estadounidense de Miami, el mundo sigue a la espera de que la Casa Blanca rectifique lo que expertos catalogan de una gran injusticia.
El 27 de noviembre del 2000 comenzó en la corte del distrito sur de Florida el proceso contra Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René González, conocidos luego a nivel internacional como Los Cinco en las campañas por su liberación.
Al referirse a la efeméride en su diario, René González señaló que el juicio empezó aquel día "alrededor de las nueve de la mañana" en lo que sería la "parte visible de este proceso" pues ya se habían agotado "todas las bajezas, presiones y abusos que han constituido hasta el momento el ochenta por ciento del mismo".
De los detenidos el 12 de septiembre de 1998 durante un operativo del FBI en Miami, solo "nosotros cinco habíamos decidido enfrentar la presión y el chantaje de los fiscales", apuntó González.
El diario de René es el recuento detallado de lo que iría ocurriendo en cada jornada dentro de la corte miamense, redactado en forma de misiva a su esposa Olga Salanueva.
Según confesó desde la primera línea es "la carta más larga que he escrito o escribiré en mi vida. Te la dedico a ti en este día en que tantos sentimientos y sensaciones encontradas me asaltan".
Organismos de derechos humanos, activistas, personalidades de diferentes ámbitos, incluso un grupo de expertos de Naciones Unidas han expresado sus inquietudes sobre las circunstancias del arresto y la farsa judicial seguida contra esos hombres.
El 9 de agosto de 2005 un panel del XI Circuito de Apelaciones de Atlanta desestimó las sentencias dictadas contra los cinco en 2001 en virtud de lo que consideraron ocurrió: una tormenta perfecta.
La animosidad existente en Miami contra la isla, la publicidad negativa que rodeó al proceso y otros actos de la comunidad se combinaron para que no pudieran obtener allí un juicio justo e imparcial.
Una de los más evidentes pruebas de la falta de transparencia fueron los pagos que la administración de turno en EEUU, a través de su agencia de propaganda oficial, el Buró de Gobernadores de Transmisiones (BBG), les estaba realizando en secreto a prominentes periodistas de Miami. Así, al mismo tiempo que el gobierno hacía su acusación, saturaba los medios de Miami con reportes altamente provocativos y perjudiciales para los Cinco cubanos.
La presencia de periodistas de Miami en las nóminas de pagos "por debajo de la mesa", va a lo más intrínseco en la injusta condena de los Cinco, quienes no solo fueron víctimas de una acusación por causas políticas, sino también de una bien elaborada operación de propaganda realizada por el gobierno.
Por tanto, era Miami, como han expresado los Cinco y muchos amigos de esta causa, el único lugar donde jamás recibirían justicia tratándose de un caso que involucraba a Cuba.
Con la ya citada conclusión del XI Circuito de Apelaciones de Atlanta coincide otra anterior del Grupo de Trabajo de la ONU para la Detención Arbitraria, que calificó las condenas de absurdas y contrarias al derecho internacional.
Este no solo fue uno de los juicios más largos en la historia de Estados Unidos en el momento en que tuvo lugar, también fue un caso que involucró importantes asuntos de política exterior y terrorismo internacional, en el cual comparecieron 74 testigos, entre ellos, generales, un almirante, así como un asesor de la Casa Blanca, quienes coincidieron en que Cuba no constituía una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos.
Tampoco accedieron a ninguna información que comprometiera la integriad de la nación del Norte. Su tarea fue monitorear y dar seguimiento a esos grupos violentos radicados en el sur de Florida, por décadas dedicados al terrorismo contra Cuba mientras el gobierno hace la vista gorda.
Con el juicio empezó un tortuoso camino en el cual se enfrentarían los cinco a "un aparato legal que de antemano estaba afinado para que se nos encontrara culpables", enfatizó René González, a propósito de la fecha en un post publicado este jueves en su blog Soy un espía, dicen.
"La tónica de revancha y desquite que aquella escena representaba determinaría el espíritu de la actuación de la fiscalía y el funcionamiento de las ruedas de la justicia federal desde entonces hasta nuestros días", acotó en su bitácora en internet.
De los Cinco, solo Fernando y René González se encuentran en la isla luego de cumplir la totalidad de sus injustas sentencias.
Permanecen en prisiones federales Gerardo Hernández (doble cadena perpetua más 15 años), Ramón Labañino (30 años) y Antonio Guerrero (21 años, 10 meses y otros cinco años de libertad supervisada). (PL)
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