¿Se definen hoy los finalistas de los play offs del béisbol cubano?

Con su cuarto bambinazo en la postemporada, el máscara Osvaldo Vázquez prendió la mecha de lo que al final resultó épica remontada de los avileños frente al pitcheo de relevo de Granma.

Piratas de la Isla de la Juventud y Tigres de Ciego de Ávila podrían dejar definidos hoy los dos finalistas de la postemporada del béisbol cubano, si en definitivas consuman los triunfos en sus respectivas semifinales versus Cocodrilos de Matanzas y Alazanes de Granma, paso con el cual accederían a la discusión de un título que detentó Pinar del Río desde la pasada campaña.
Con la serie 3-2 a su favor, los isleños vuelven al estadio Victoria de Girón, sede de los saurios del mentor Víctor Mesa, que luego de trastabillar par de veces en el ultramarino "Cristóbal Labra" consiguieron devolver la serie a su feudo tras rotundo y contundente nocao de 13x0 el pasado domingo.
A la escuadra de Matanzas no le queda otra opción que ganar con tal de igualar a tres triunfos por bando el play off y avanzar a un séptimo desafío para el cual muchos —y yo me cuento entre ellos—, no se atreverían a dar pronósticos, con todo y el favoritismo mediático de los yumurinos, habida cuenta su condición de equipo más ganador durante la fase clasificatoria.

Con el objetivo de impedir o asegurar tales afanes, los directores de Piratas y Cocodrilos han perfilado como eventuales cartas desde el box a sus más experimentados hombres en estas lides de borrón y cuenta nueva: el veterano Yoalkis Cruz por los isleños, y Jonder Martínez en representación de los actuales subcampeones.
Entretanto, los felinos avileños pusieron anoche la semifinal "oriental" a punto de mate tras superar a Granma con marcador de 9x4 y tomar ventaja de 3-1 en el duelo bilateral.
Con dominio del pitcheo abridor, el encuentro, efectuado en el parque avileño José Ramón Cepero, marchó hasta el quinto episodio sin anotaciones, pero en esa entrada los Alazanes se fueron delante por cuatro carreras, fabricadas en un santiamén ante los envíos del supersónico Vladimir García, quien toleró jonrones de Yordanis Alarcón, Adrián Moreno y Alfredo Despaigne, este último con un corredor en circulación.
Los dirigidos por Carlos Martí amenazaron con ampliar el marcador al llenar las bases en el sexto y séptimo capítulos, pero en ambas ocasiones faltó un batazo oportuno que habría dejado casi fuera de combate a la escuadra de Ciego de Ávila.
Pero como buenos cazadores, los felinos de Róger Machado se mantuvieron al acecho y esperando no más abandonara el box el diestro Lázaro Blanco, quien hasta el llamado inning de la suerte los había mantenido a raya y en un puño. Pero ni siquiera eso esperaron los Tigres, que al primer parpadeo del líder de ganados descontaron merced enorme cuadrangular de dos carreras del máscara Osvaldo Vázquez, autor de su cuarto bambinazo en la postemporada.
Ya con Blanco fuera del box, los anfitriones aprovecharon las profundas lagunas del pitcheo de segunda línea de Granma para fabricar gran racimo de siete anotaciones en la octava entrada, más que suficientes para garantizar el éxito en el desafío, respaldado por eficientes relevos monticulares del refuerzo y acomodador zurdo cienfueguero Leorisbel "Paporo" Sánchez y Dachel Duquesne, quien finalmente se adjudicó el triunfo al limitar la poderosa ofensiva de los Alazanes a solo un indiscutible en tres episodios de labor, con un ponche y dos boletos.
En ese decisivo octavo episodio Ciego de Ávila combinó par de pelotazos y dos bases por bolas con cinco imparables, incluidos sendos dobletes de Andy Zamora y José A. García, ante el desfile de tres relevistas de Granma, entre ellos el derrotado Juan Ramón Olivera.
Hoy, en busca de la cuarta y definitiva victoria de Ciego de Ávila, podría ser Yander Guevara el elegido por Róger Machado para lanzar las serpentinas locales. El diestro resultó ganador en el segundo partido de la ronda semifinal.
Por su parte, el alto mando de Granma apelará a todo su staff con tal de ganar y forzar el regreso de la serie al "Mártires de Barbados", un escenario donde los Alazanes se sienten a placer en rol de dueños del "potrero" y gustan de mandar a paseo las buenas costumbres del anfitrión.