Mauricio Isla (No. 4) fue el héroe de Chile tras anotar el gol del triunfo ante Uruguay. |
Gracias en parte al protagonismo negativo del arbitraje (desastrosa labor de impartición de justicia a cargo de la terna brasileña encabezada por Sandro Ricci), Chile venció con lo justo a Uruguay 1-0 y avanzó a semifinales de la Copa América 2015, dejando en el camino al último campeón, un equipo que dio batalla hasta el pitazo de conclusiones pese a terminar con nueve hombres sobre la cancha y con el técnico dirigiendo desde las gradas.
Como alegaba un popular comentarista, ganó el mejor de la peor manera posible. Sí, en un disputado y vistoso partido hasta el intermedio, con un empate a cero que puso a pensar a muchos en el deleite de una apertura de cuartos en decisión por penales.
Pero en el minuto 63 Ricci se dejó llevar por los reclamantes de rojo ante una riposta de escaso alcance y la máxima figura del campeón defensor, el delantero y bujía de los charrúas, Edinson Cavani, debió abandonar la cancha por doble acumulación de amarillas.
La expulsión del 'Matador' Cavani desinfló el partido, lo despojó de lucimiento y allanó el camino de Chile hacia la victoria, en un encuentro en el que, fiel a su estilo, la 'Roja' dominó en posesión del balón y oportunidades de gol ante un Uruguay con su habitual 'garra' y que pese al lastre del doble diezmo vendió cara su derrota.
¡Dieciocho minutos! resistió la celeste el abrazo a cero a pesar de faltarle una pieza. ¡Y de qué calibre! Porque apenas restaban nueve para el final del partido cuando, tras desafortunado despeje de puños de Fernando Muslera al centro de la frontal (craso error), Valdivia recogió el rebote y le sirvió de lujo a Mauricio Isla, quien aprovechando el descoloque del meta charrúa anotó a placer con potente remate de derecha el tanto de la victoria para los dirigidos por el argentino Jorge Sampaoli.
Cavani, que jugó el partido golpeado por un drama familiar, fue la cara más representativa de un equipo uruguayo que rompió ante Chile una racha de estar al menos en semifinales en las últimas cuatro ediciones de la Copa, y que para colmo terminó el partido con nueve hombres por otra inexplicable expulsión, la de Jorge Fucile (88') en un mano a mano con Alexis Sánchez que visto en replay permite apreciar el claro despeje del celeste al balón mientras el chileno se enreda con la pierna que trae detrás el defensor.
Fue la gota de Ricci con cuyo contenido se desbordó la copa. Motivo para larga y acalorada disputa que deslució el prometedor encuentro de dos de los ocho grandes de esta Copa América.
Yo saco cuenta de cuán desacertadas estuvieron las decisiones arbitrales, cuando un hombre de la talla y rectitud proba del profesor Washington Tabarez perdió la tabla y también terminó del otro lado de las bardas mirando impotente aquel robo descarado.
Con la ilusión intacta de ganar ante su gente por primera vez en su historia el torneo continental, y encima de ello tras lograr quitar de en medio a un campeón aureoleado además por la cábala de ser el enterrador* de cuatro anfitriones de Copa América, Chile irá en semifinales con el ganador del choque de este jueves en Temuco entre Bolivia y Perú. Para muchos, y me incluyo entre esos, con ese apretado tanteador la 'Roja' aseguró esta noche meter pie y medio en la final.
Veremos qué sucede por el otro lado del organigrama. Mientras buena parte da favoritos para la segunda semifinal a Brasil y Argentina, yo sigo aferrado a mi tesis de que Colombia todavía puede dar la sorpresa. El gran error estuvo en darle vida al once cafetero, para mi el próximo campeón en esta cita del fútbol de este lado del Atlántico.
(*) Antes del partido de este miércoles la pregunta en boca de todos era si se repetiría la historia de Uruguay con el cartel colgado al cuello de ser el temido aguafiestas de los organizadores de la Copa América.
Sí, porque desde 1987 los charrúas dejaron fuera a los anfitriones del torneo en cuatro torneos. Ese año eliminaron a Argentina en semifinales al vencerlos por 1-0 en el Monumental de Núñez.
Doce años después, en 1999, se enfrentaron a Paraguay en Asunción. El Defensores del Chaco fue escenario de la definición por penales que favoreció 5-3 a Uruguay en los cuartos de final.
En el 2007 lo sufrió la Vinotinto de Venezuela. En San Cristóbal los celestes golearon 4-1 y clasificaron a las semifinales del torneo.
Y sin ir muy lejos, en la pasada Copa América, Argentina 2011, los albicelestes volvieron a sufrir a los charrúas. Con uno menos sobre la cancha, Uruguay aguantó y hasta los penales, donde salieron victoriosos por 5-4 para clasificar a semifinales.
Antes, con el anterior formato de la Copa América, Uruguay también se dio el gusto de eliminar a un local. En 1983 eliminó a Brasil en los partidos de ida y vuelta. Ganaron 1-0 en Montevideo y empataron en Bahía, con lo que se llevaron el torneo.
Durante el primer tiempo asistimos a un partido trepidante, en el que nadie dio ni pidió tregua. En la foto el Cebolla se lleva el cuero ante Vargas. |
Pero cuando el arbitraje se apodera de los papeles protagónicos, jode el mejor de los partidos de fútbol. Y eso pasó con el brasileño Sandro Ricci y sus auxiliares. |
Jara le buscó las cosquillas a Cavani y el uruguayo picó el anzuelo para acabar siendo expulsado. |
Después del desaguisado ya el encuentro se fue de control y perdió lucidez. |
Qué bueno. Me acabo de enterar de que van a abrirle un expediente al cochino de Gonzalo Jara por esa conducta propia de gamberro. Si como ya se ha dicho es reincidente, debían sancionarlo de manera ejemplar como hicieron con Luis Suárez cuando mordió a Chiellini. Y Chile imagino llevará sobre sus hombros el peso de una victoria inmerecida. Para que fuera más bochornosa su salida de esta Copa que han organizado, me daría por satisfecho si Perú le diera una soberana paliza en semifinales. Es lo menos que les deseo por tramposos y bajos.
ResponderEliminarHe visto hoy las burlas en torno al dedazo de Jara. Ninguna me provocó gracia, por el contrario, mucha ira por la manera sucia y antideportiva en que Chile tumbó a su rival. Con el perdon de nuestros comentaristas de TV, ese cuento de que dentro de un terreno todo vale es absurdo. Asiumirlo como normal sería igual que extenderle una patente de corso al intento homicida de Lisbán Correa cuando corrió detrás de un pitcher espirituano para molerlo a batazos, o la consumada e increíblemente bien vista por algunos matanceros agresión de Demis Valdés al villaclareño Freddy Asiel Álvarez, que como en este caso de Jara, todo el mundo sabe que no fue x iniciativa propia: le fue indicado que lo hiciera.
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