Messi celebra el primer gol de su equipo contra el Atlético de Madrid, correspondiente a la 22 jornada de liga. El rosarino ha marcado 25 veces en sus 28 enfrentamientos ante los colchoneros. |
La hazaña que había logrado el Atlético, de mantenerle el pulso al Barça en la clasificación y desdibujarlo hasta la media hora en el Camp Nou, acabó en una tragedia para los de Diego Pablo "El Cholo" Simeone, ya que en los pocos errores que cometieron se vieron remontados (2-1), Filipe Luis fue expulsado en la última acción de la primera parte, Godín también acabó expulsado por doble amarilla, y cuando las cosas no le podía ir peor, el recién fichado Augusto debió abandonar el partido por una lesión en la rodilla.
Con esta victoria, el Barça abre una brecha de tres puntos en lo alto de la clasificación y con el partido pendiente en el Molinón, que de ganarlo pondría la Liga con el equipo azulgrana con seis puntos más la diferencia de goles respecto a los atléticos.
El partido ofreció una primera parte de lujo en el Camp Nou, con dos equipos poniendo sobre el tapete lo mejor de su fútbol: el Barça, con su tridente demoledor, y el Atlético, que apostó por un innovador 4-1-4-1, dando un magisterio de cómo defender a uno de los rivales más temibles que hay en el planeta.
Al Atlético le salió un buen rato de fútbol en el que bajó los humos a su rival, fue solidario y disciplinado, y con el gol de Koke envió un mensaje contundente al atestado cuartel general de la selección culé, porque iba a cobrar muy cara la victoria azulgrana.
Al Barça le costó una eternidad sacar en balón cada vez que Bravo o Piqué se disponían a tirar al equipo azulgrana hacia arriba. Allí estaba Griezmann en posición de ariete para incordiar, y una línea a cuatro jugadores (Carrasco, Gabi, Saúl y Koke) para no dejar pasar ni el aire. Con esta situación, Iniesta, Rakitic y Sergio Busquets se las vieron y desearon para tocar un balón con dignidad. Delante, Neymar, Suárez y Messi ni la olían.
La primera del Atlético la tuvo en el minuto 3, con un fuerte disparo de Saúl que Bravo, a brazo cambiado, realizó una palomita para sacarse el balón.
Antes del 10, un centro de Saúl al que Griezmann no llegó, se encontró con Koke libre de marcaje y con el disparo franco: el madrileño remató al fondo de las mallas (0-1). Un gol muy dañino para un Barça que no tenía ni idea de cómo llevar, ni que fuese de rebote, el balón a las inmediaciones de Oblak.
Al cuarto de hora, el equipo de Luis Enrique trazó una acción que tuvo a Messi enviando un balón alto a Neymar, que cortó un Godín muy atento echándose al suelo.
El Atlético mandaba y era superior hasta que en una acción en el 20, con los azulgrana descentrados, y con la mirada en un Neymar que no se sacaba la cojera de encima, tuvo en Augusto la opción de un segundo gol, cuando en disparo claro, al que no entró Busquets, se fue ligeramente desviado.
El Barcelona aterrizó a la media hora, cuando encadenó una serie de acciones de mérito, que empezaron con un remate a la media vuelta de Suárez, que Oblak desvió, y que culminó Lionel, en el 31, con un tanto tras recibir de Alba un pase preciso, después de que el catalán tuviese la pausa para levantar la cabeza y ver al argentino con la caña a punto (1-1).
Messi, que ha marcado 25 goles en sus 28 enfrentamientos ante el Atlético, parecía que se estaba reservando para ese momento puesto que apenas había fulgurado en el partido. Pero apareció justo cuando más le necesitó su equipo y envió al fondo de las mallas la mejor jugada hasta ese momento del conjunto azulgrana. Con un quiebro de los suyos Neymar engañó la atención rojiblanca y conectó con Jordi Alba, que sirvió al punto de penalti para que el rosarino lograra el empate en el marcador.
El 1-1 ya dio paso a un partido totalmente diferente, con un Barça confiado y un Atlético dolido. Los discípulos de Luis Enrique habían logrado lo que parecía imposible, como era marcarle un gol al Atlético.
Y así, en plena ebullición de contrastes futbolísticos, Dani Alves se aprovechó pasada la media hora de juego de la confusión rojiblanca y con un envío en largo dejó completamente solo a Luis Suárez ante Jan Oblak, que prefirió defender su portería en lugar de salir al despeje. El uruguayo, que no es precisamente de los que perdonan este tipo de indecisiones, batía al esloveno con un disparo raso que se coló por debajo de sus piernas. El 2-1 provocó la algarabía en el Camp Nou, que se quedó mudo por momentos cuando Filipe Luís, al borde del descanso y en un ataque de locura transitoria, elevó su pierna derecha peligrosamente ante Lionel Messi y dejó a su equipo con un jugador menos para el resto del encuentro.
Al término de los primeros 45 minutos, los colchoneros se retiraban al camerino cabizbajos sin saber cómo se les había escapado de las manos un tesoro que habían tenido en manos momentáneamente.
A pesar de jugar con diez, el Atlético salió con ganas en la segunda parte, dispuesto a morir de pie en el Camp Nou y aferrado a Yannick Carrasco, un jugador que se convirtió con su eléctrica velocidad en pesadilla para los azulgranas. Precisamente una jugada del extremo belga supuso la mejor opción de los atléticos en este segundo acto, cuando un centro suyo desde la banda derecha terminó en un remate a bocajarro de Antoine Griezmann que salvó milagrosamente el chileno con su botín zurdo cuando ya caía casi batido. No pocos hablan ya de que se trata, sin lugar a dudas, de un parón que pudiera valer la Liga.
La ocasión del delantero galo acrecentó la esperanza rojiblanca por el empate. Pero fue un espejismo. Y como todo espejismo se difuminó con un cruel final. En una jugada aparentemente inofensiva para los interesas atléticos, Diego Godín se lanzaba con los pies por delante ante Luis Suárez y Undiano Mallenco enviaba al uruguayo a la caseta por doble amarilla. Ya con nueve el partido perdió intensidad y el Barça se dedicó a contemporizar el resultado, una victoria que acerca un poquito más el título al conjunto de Luis Enrique y que deja tocado a los del 'Cholo' Simeone.
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