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lunes, 15 de junio de 2015

Jeb Bush, un halcón que no debe anidar en la Casa Blanca

Jeb Bush ha mostrado poca honestidad ante las
preguntas que tienen que ver con su posición
frente al desastroso legado que dejó su hermano,
el ex presidente George W. Bush.
Edmundo García

En el día de hoy, lunes 15 de junio, Jeb Bush anunciará oficialmente su campaña para lograr la nominación como candidato Republicano en la Convención Nacional de ese partido que tendrá lugar en Cleveland del 18 al 21 julio de 2016; lo que le permitiría, de ganar las elecciones de noviembre ese año, convertirse en el presidente número 45 de los Estados Unidos, y el número 12 con quien tendría que lidiar la Revolución, el gobierno y el pueblo cubano.

El anuncio se hará muy cerca de donde vivo, en el Kendall Campus del Miami Dade College, a las 3:00 de la tarde. Kendall es un área del condado Miami Dade con una gran concentración de cubanos, por eso es de mucho interés para los politiqueros locales que estarán junto a Jeb Bush; como los congresistas Mario Díaz-Balart, Ileana Ros Lehtinen y Carlos Curbelo, más una buena representación de la prensa miamense que les apoya, así como esos llamados líderes de organizaciones contrarrevolucionarias del sur de la Florida. Tampoco faltarán cabecillas de la derecha que han salido trasquilados de la vida política, como los ex congresistas Lincoln Díaz-Balart y David Rivera. Unos puntos, fijos, en este tipo de reuniones.
Por su parte el senador Marco Rubio, según un artículo de Sean Sullivan publicado en la mañana de este lunes en The Washington Post, parece que se dará por satisfecho llamándolo amigo y deseándole suerte a quien considera su mentor.
Hace unos años, siendo reportero de Univisión, cubrí varias actividades que realizó Jeb Bush cuando era gobernador de la Florida (1999-2007). Recuerdo una conversación que sostuvimos durante un acto relacionado con las obras de limpieza y dragado del Río de Miami; además de varios contactos durante emergencias, como el paso de huracanes e inundaciones. Algunos de esos encuentros se produjeron teniendo como trasfondo la política guerrerista y criminal que hacía su hermano George W. Bush desde la Casa Blanca, lo que me hizo pensar por contraste que Jeb era un Bush un poco diferente, más sensato, racional, sensibilizado por los problemas civiles, preocupado por la educación y la emigración, dada su condición de padre, además de esposo de Columba, quien proviene de una familia de inmigrantes mexicanos de León (Guanajuato). Pero sinceramente debo reconocer que me equivoqué.
Desde el inicio de las presentaciones públicas de Jeb Bush insinuando que podría aspirar a la presidencia de Estados Unidos, hasta el día de hoy en que lo declarará oficialmente, este demagogo ha mostrado poca honestidad ante las preguntas que tienen que ver con su posición ante el desastroso legado que ha dejado su hermano, el ex presidente George W. Bush. De cierta toma de distancia ensayada cuando daba sus primeros pasos, Jeb se fue proyectando cada vez más de una forma justificativa, hasta acabar revelándose como cómplice y nuevo halcón dispuesto a comprometer la paz con amenazas irresponsables y aventuras que su inexperiencia en política exterior no le permiten calcular en sus resultados.
En el programa La Tarde se mueve del miércoles 10 de junio que realicé junto a Álvaro Fernández, director de Progreso Semanal, llamamos la atención sobre la falsedad de la imagen de Jeb Bush como un Republicano “moderado”. Muy lejos ya de esa supuesta moderación, el más joven de los Bush durante un reciente viaje a Alemania se dedicó a amenazar irresponsablemente a Rusia, acusando de corrupto al presidente Vladimir Putin y prometiendo emplazar armas y escudos militares en las cercanías de Rusia, interfiriendo de esa forma en la política exterior de la actual administración Demócrata.
Jeb Bush no es lo que creíamos. Incluso buena parte de la prensa norteamericana está diciendo ahora, tras los disparates sobre política exterior, que en algunos puntos quien parece el Bush “inteligente” es George W. Parece esta una familia destinada a traer desgracias a Estados Unidos y el mundo.
Jeb debe tener cuidado con sus arrebatos irracionales; hay dos países en el mundo con los que no se puede jugar a la guerra como él está haciendo, Rusia y China. No se trata de un juego, ambos tienen armamento nuclear suficiente como para destruir el mundo. Estados Unidos también. Ya no se trata de fusiles y cañones como en el pasado; hoy hablamos de la misma sobrevivencia del planeta y de la especie humana.
Estas desacertadas amenazas de Jeb Bush en policía exterior, así como algunas torpes apreciaciones en política interior, le han afectado bastante en las encuestas. En cuanto a la política hacia Cuba, como se lo ha prometido varias veces a la derecha cubanoamericana de Miami, Jeb Bush iría hacia el pasado, a la política restrictiva y anti unificación familiar de su hermano George W. Bush, tratando de anular todos los pasos hacia la normalización de relaciones dados por el presidente Obama.
Son estos peligros en ciernes lo que me hicieron proponer que, a pesar de todas las diferencias que se pueda tener con su candidatura, con Hillary Clinton estamos “obligao carabina”. (Tomado de La Tarde se Mueve)

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