Traducir esta página

English Russian Italiano DeutschPolonia Français Portuguese Chino Japones Arabe Sueco Noruego Corea

jueves, 15 de septiembre de 2011

"Cuba es un país soberano, que no acepta chantajes, presiones, ni prepotencias" (+ Vídeo)

Héctor R. Castillo Toledo

Durante una reciente conferencia de prensa con corresponsales de medios de habla hispana en la Casa Blanca, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, repìtió su gastado discurso para referirse a la Isla, al aseverar, y cito: "no ve en Cuba los cambios que al él le gustarían ver".
Sólo que a diferencia de ocasiones anteriores, en que más o menos con las mismas palabras en esencia se refirió a igual insatisfacción, ahora además del gastado pretexto de las remesas y los viajes -que según él se mantendrán porque "creemos que crean más espacio dentro de Cuba para las libertades civiles"-, ahora el inquilino del Despacho Oval se sometió además a proferir claras amenazas de corte injerencista en los asuntos internos de Cuba.
Porque están bien cerca en términos temporales las palabras del Nobel guerrerista de la Paz, y además porque se las ganó, se me antojan como respuesta para doble destinatario las palabras de la jefa de asuntos norteamericanos de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal, en referencia a la postura intransigente del ex gobernador de Nuevo México Bill Richardson durante una reciente visita de carácter privado a La Habana: "Cuba es un país soberano, que no acepta chantajes, presiones, ni prepotencias".
Esas palabras, aunque de forma no explícita, están dirigidas también a la manifiesta insatisfacción expresada dos días antes a los medios por el presidente Obama, por la velocidad con que Cuba ha acelerado reformas para activar su economía, con resultados que, tal vez, la actual administración no esperaba rindieran los frutos que ahora la realidad ofrece.
Al parecer, el señor Obama y sus asesores aguardaban porque lo que sus agoreros acompañantes, como el hasta hace unos días corresponsal de El País en La Habana, Mauricio Vicent, esperaban se convirtiera en detonante social -y me refiero en particular al programa de reordenamiento laboral-, cuestión que el "conocido" representante del diario español propiedad del grupo PRISA evaluó como medida draconiana que dejaría en la calle a millón y medio de trabajadores cubanos, según su percepción apocalíptica, se le ha convertido en boomerag en apenas un abrir y cerrar de ojos: hasta el cierre de agosto Cuba duplicó el número de personas empleadas en el sector no estatal.
Una vez más vuelven los vecinos del Norte a subestimar la capacidad de cubanos y cubanas para arreglárselas en medio de coyunturas difíciles. Y todavía no han visto nada: la progresión del cuentapropismo, por sólo mencionar una de las fórmulas para operar los cambios, apenas comienza su espiral ascendente. Porque libre de trabas burocráticas y con incentivos de diverso carácter, el obrero disponible sabe cómo "luchar" su sobrevivencia: trabajando.
Tal vez sea eso lo que no esperaba el mandatario imperial, cuyos asesores apostaban a que acá seguiría vigente y en fomento cual caldo de cultivo, el carcoma social de "vivir del cuento". Es evidente que no esperaban la respuesta que ha dado el país al urgente reclamo de su presidente de acabar con el mito de que Cuba es el único país del mundo donde la gente puede vivir sin trabajar.
Y sí, es cierto, siempre habrá quienes desde este lado del estrecho vivan a costa del sudor y el esfuerzo tremendos del familiar que, como por artes de birlibirloque, ahora realiza allá, en la otra ribera, lo que en la Isla nunca quiso: trabajar en la construcción o en la agricultura. Pero mucha gente honesta y con deseos de hacer busca cómo ganarse el pan con su sudor de entre las alternativas ofrecidas hasta hoy (181 figuras de empleo), que quién sabe, podrán continuar aumentando con el decursar de los meses, porque nuestras transformaciones, las que queremos darnos como pueblo sin yugo, se operarán sin apuro, pero tampoco sin detenernos.
Eso es lo que le preocupa a Obama y por eso afirma que "llegó la hora" de cambios para las autoridades cubanas.
El presidente de la poderosa nación que bloquea a Cuba desde hace cincuenta años y que hoy exhibe como principal logro una economía colapsada por una crisis que, más que cíclica da la impresión de ser algo permanente, se refirió a Cuba como un sistema "retrógrado" cuyos "estándares de vida no están mejorando de manera significativa y, de hecho, se están deteriorando".
Desde acá lo conminamos a que cese el absurdo y arcaico bloqueo, “obstáculo principal para el desarrollo” de la isla cuyos daños económicos directos hasta diciembre de 2010 se cifran en 104.000 millones de dólares a precios corrientes, aunque si los medimos en términos de la actual cotización del oro en el mercado internacional, esas pérdidas ascienden a más de 975.000 millones de dólares.
Aunque se esgrima como zanahoria para incautos el pretexto de una pretendida "flexibilización" tras la autorización de algunas categorías de viajes, las remesas o el permiso a aeropuertos para recibir vuelos charters, Cuba está en todo el derecho de reclamar que las medidas del presidente Barack Obama hacia la isla son insuficientes y limitadas, ya que en su esencia la política de bloqueo económico de Washington  mantiene su continuidad.
Al igual que en años anteriores (desde 1992 de forma oficial ante la Asamblea General de la ONU), el Gobierno cubano ha denunciado el bloqueo como “unilateral”, “inmoral” y una “violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos” de los cubanos.
El documento que Cuba llevará este año a consideración del órgano de Naciones Unidas señala que existe una “retórica oficial que pretende convencer a la opinión pública de que el actual Gobierno norteamericano ha introducido una política de cambios positivos”.
En ese sentido, el Informe destaca que la isla continúa sin poder comerciar con subsidiarias de empresas estadounidenses en terceros países, mientras que los empresarios de esas naciones interesados en invertir en el país “son sistemáticamente amenazados e incluidos en listas negras” o incluso multados.
Justamente, uno de los rasgos distintivos de la actual Administración de EEUU al aplicar el bloqueo ha sido el “recrudecimiento de la persecución de las transacciones financieras internacionales de Cuba, incluida las que provienen de los organismos multilaterales para la cooperación con la isla”.
Y sobre el verdadero alcance de la apertura de viajes a la isla implementada por Obama, Cuba insta a que el presidente haga uso de su capacidad ejecutiva para incrementar de forma notable las categorías de estadounidenses que pueden volar a la Isla, hoy restringida a cubanoamericanos y algunos sectores académicos e intelectuales, lo cual no quita que en determinados momentos y a figuras puntuales también se les hayan negado permisos para visitar Cuba.
Tal como lo expresó el viceministro de Relaciones Exteriores, Abelardo Moreno, al presentar el Informe que expondrá Cuba el próximo 25 de octubre ante el 66 período ordinario de sesiones de la Asamblea General de la ONU, “Estados Unidos continúa aferrado a condicionamientos y exigencias injerencistas inaceptables como condición para un cambio de política”.
En ese caso, señor Obama, me tomo la licencia de volver sobre las palabras que se ganó ayer el ex gobernador de Nuevo México: "Cuba es un país soberano, que no acepta chantajes, presiones, ni prepotencias".


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Buscar este blog